Sobre la experiencia del pase*

Quizás puede resultar un tanto atrevido hablar del pase cuando se cree estar muy lejos de esa experiencia, como es mi caso. Sin embargo, en las Escuelas lacanianas el pase está en el horizonte, para todos. Es por esa razón, que hice la lectura preguntándole al texto por aquello que podría interesarme del pase, estando tan lejos de esa experiencia, encontrando dos elementos que me ha parecido importante discutir:

  1. La especificidad del discurso analítico que es inherente al pase
  2. Funcionamiento de los grupos - Funcionamiento de las sociedades psicoanalíticas

He tomado, en relación con esos dos elementos, varias citas de Lacan del texto “Sobre la experiencia del pase”1y las he acompañado por otras de Miller extraídas de El Banquete de los analistas2, agregando algunos comentarios sobre mi apreciación de la experiencia del pase, en la distancia.

Primer punto, sobre la selección del AE Lacan sostiene: “la tarea de conglomerar personas cuya sola presencia entre ellos cambiaba por completo el alcance de ese título. Esto es lo que se produce en todo conglomerado humano cuando los seres reclutados se sitúan en ese real en nombre de principios muy diferentes de los que anteriormente permitieron constituir una clase3.

En mi lectura, entiendo el pase como el dispositivo inventado por Lacan para funcionar por fuera de los mecanismos identificatorios de las masas. La Escuela, implica un lugar en el que, aunque operan las identificaciones como en cualquier grupo, se sostiene por la desidentificación. El AE y su mecanismo de selección encarna una manera de llevar al extremo el conjunto de los que están en el grupo pero que no pertenecen a ningún grupo, es decir un destello: un analista.

Segundo punto: las sociedades como un grupo. “El problema es saber cómo funcionó efectivamente hasta ahora la sociedad analítica, cuyos primeros lineamientos trazó Freud y que después fue cobrando una forma cada vez más precisa. Estas sociedades acabaron siendo demasiado prudentes, pues funcionan según las leyes ordinarias del grupo, donde siempre, en efecto, es absolutamente necesario que se manifieste el amo”4. Nuevamente Lacan en este otro párrafo sostiene la diferencia que trató de marcar inventando del dispositivo del pase entre las sociedades y la escuela.

Miller dice al respecto: “Se supone que una sociedad reagrupa a los analistas en distintos momentos de su formación, lo que ya marca una diferencia con la Escuela. Luego, la Escuela no es una sociedad y no se supone de entrada que concentre a los analistas; pues su concepto ya está fundado en el carácter problemático de la cualidad de analista. Y así como el concepto de sociedad ya supone que ésta tendría la solución, la definición de lo que es un analista, la Escuela con sus dos tiempos está pensada para complicar y hacer que se trabaje sobre esta definición”5.

Vale entonces recordar que en la mayoría de las sociedades, y esto incluye a las analíticas, se ingresa cuando ya se cuenta con algún tipo de grado. En cambio, en la Escuela la aceptación de analistas y no analistas ha estado desde el inicio y, cuidadosamente acomodado, el pase en el centro como dispositivo que trata de mantener la interrogación sobre lo que es un analista, siempre en circulación.

Miller agrega otro aspecto con el cual marca la diferencia entre las sociedades y la escuela, aclarando como en las sociedades, la selección de los analistas estaría sostenido desde criterios similares a los del AME.

Cito nuevamente a Miller en El Banquete de los analistas refiriéndose al pase: “La novedad de Lacan es proponer un método que permite detectar al psicoanalista a priori, concibe el pase como una prueba de capacidad [...] EI pase es el intento de Lacan de definir una evaluación del psicoanalista, de un sujeto que antes de haberlo hecho y sobre la base de la transformación que sufrió en su propio análisis, sería capaz de ejercer psicoanálisis [...] No se trata en absoluto de un esfuerzo para evaluar la competencia psicoanalítica, sino para apreciar el resultado al que este sujeto llegó en su análisis y preguntarle qué ocurre con esto en él. ¿Qué consecuencias extrajo? ¿Qué aprendió? ¿Por qué esto le hizo pensar que él también podría ocupar bien el lugar de analista? ¿Podría hacerlo mejor? ¿Qué cree que podría hacer? ¿Piensa que puede curar? ¿Puede aportar algo nuevo al psicoanálisis? ¿Podría aclarar algunas cosas que quizá no se entienden bien? ”6.

En todo caso, para mí el pase y su resultado, un AE, elude la experiencia didáctica (los años trabajando, titulación, trabajos, las curas dirigidas...) y da toda la importancia a la experiencia del inconsciente: ¿Cuál es el saber que cada uno puede extraer de su análisis?

Considero que para extraer un saber del análisis no hace falta esperar el momento de presentarse al dispositivo del pase. Si el inconsciente existe, la relación de cada uno con lo real y con la pulsión en las curas que se dirigen, irán sufriendo modificaciones imposibles de calcular y tampoco de evitar. Son justamente las consecuencias de los restos de saber que se van extrayendo del análisis, siendo el pase la versión acabada de esta modificación ¿Es acaso esta una manera de mantener el pase en el centro de la Escuela?

Dice Lacan “El pase permite a alguien que piensa que puede ser analista, a alguien que se autoriza él mismo a ello, o que está a punto de hacerlo, dar a conocer qué fue lo que lo decidió, e introducirse en un discurso del cual pienso que por cierto no es fácil ser el soporte”7.

En este orden de ideas, formarse como analista no es una experiencia didáctica y Lacan va a comparar el aprendizaje con el proceso que se produce cuando metes animales en laberintos y aprenden a pulsar botones para salir, en tanto que en un análisis no se trataría de aprender a pulsar botones para que se abra el inconsciente, sino más bien “es la conquista de un saber que estaba ahí antes”8.

Lacan describe entonces el pase de la siguiente manera: “Era el primer escalón de un reclutamiento de estilo diferente, de un orden modelado muy precisamente sobre lo que entonces consideré que daba especificidad al discurso analítico”9y menciona la especificidad del pase en tanto perteneciente al discurso del analista desde la diferencia con el discurso del amo, “Si no existiera discurso analítico, nunca habría pensado yo el discurso del amo como, simplemente un determinado tipo, un determinado modo de cristalización de lo que constituye, en resumidas cuentas, el fondo de nuestra experiencia, a saber: la estructura misma del inconsciente; antes que yo, nadie había pensado en referir a eso el discurso del amo[...] Lo que, en el llamado discurso del amo, viene a ocupar el lugar del plus-de- gozar es algo que hace ya largo tiempo denominé objeto a10.

Lacan señala que “El discurso analítico permite advertir que por ese lenguaje se ve el hombre separado, taponado respecto a todo lo referente a la relación sexual, y que, por ahí hace su entrada en lo real; para ser más exactos, por ahí resulta faltar a ese real”11.

La justificación que añadirá Lacan a la especificidad del discurso analítico que tiene el pase dentro de La Escuela, implica que colocar al analista en la posición rectora del S1, es decir del amo, llevaría a la Escuela a funcionar de la misma forma que las viejas sociedades sostenidas por el discurso del amo. En cambio, el dispositivo del pase coloca a alguien, hablo del analista, a ocupar el lugar del objeto a; se trata de una transmisión que no es desde el lugar del amo, sino desde el lugar del objeto a.

Concluyo con una cita de la Proposición del 9 de octubre del 64 :Partimos de que la raíz de la experiencia del campo del psicoanálisis planteado en su extensión, única base posible para dar motivo a una Escuela, debe ser hallada en la experiencia psicoanalítica misma”12.

* Intervención en la actividad “La formación del analista” realizada en la sede de A Coruña de la ELP en diciembre de 2024, donde se trabajó el texto “Sobre la experiencia del pase” de Jacques Lacan.

 

Notas:

  1. Lacan, Jacques. “Sobre la experiencia del pase”, Ornicar? nº 1. Petrel, Barcelona, 1981, pp. 31-40.
  2. Miller, J.-A. El Banquete de los analistas. Paidós, Buenos Aires, 2010.
  3. Lacan, Jacques. “Sobre la experiencia del pase”, 3 de noviembre 1973. Op. cit., p. 31.
  4. Ibid., p. 32.
  5. Miller, J.-A.. El Banquete de los analistas. Op. cit., p. 222.
  6. Ibid., pp. 229-230.
  7. Lacan, Jacques. “Sobre la experiencia del pase”. Op. cit., p. 33.
  8. Ibid., p. 37.
  9. Ibid., p. 33.
  10. Ibid., pp. 34-35.
  11. Ibid., p. 35.
  12. Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre de 1967 del analista de la Escuela”, Ornicar ? nº 1. Op. cit., pp. 11-30.