Reseña de la velada de preparación a las XXIII Jornadas de la ELP
Comenzó la jornada dando la bienvenida Pía Nebreda, Secretaria actual de la sede de Bilbao, que señaló el gran trabajo y buen ambiente de la comisión in situ.
A continuación, Marta Berenguer y Julio González, directores de las Jornadas, las presentaron.
Marta Berenguer recortó cuatro puntos fundamentales, en torno a los que se escribió el argumento de éstas: en primer lugar, la necesidad de separar el psicoanálisis de las psicoterapias, sin olvidar los efectos terapéuticos de éste derivados de la rectificación de la relación de un sujeto con su deseo; señalando qué diferencia hay entre los efectos terapéuticos que se obtiene en el inicio de una cura y los que se obtienen al final.
En segundo lugar, que será una ocasión para actualizar algunos conceptos fundamentales del psicoanálisis; en concreto, se refirió a inconsciente y pulsión y al recorrido de Lacan en su enseñanza que va del primero (significante) al segundo (goce).
Es imposible pensar el inconsciente hoy sin tener en cuenta esa dimensión autística que habita en cada uno y cómo al inicio, el síntoma es el “aguafiestas” que viene a hacer fallar la relación y en un segundo momento, eso sufre una inversión y es a partir del síntoma que el sujeto hace existir la relación ya sea a partir de su negativa o de su fracaso.
En tercer lugar, que es una oferta la que crea la demanda; es el analista el que hace existir el inconsciente a partir de su deseo y de su acto. Y por último, lo real en juego en la formación del analista: qué preguntas nos hacemos como comunidad, qué nos hace obstáculo en la práctica y cómo pensarlo en grupo, sin olvidar la singularidad de cada uno, tendrá efectos de formación.
Julio González señaló como primer punto la actualidad del tema “entradas en análisis”. Desde los años 90 no se había escrito nada sobre entrevistas preliminares y sin embargo ahora ha habido un “boom” muy reciente sobre esta cuestión, en su opinión, relacionado con la necesidad actual de articular las entradas en análisis con los desarrollos posteriores, a partir de la enseñanza de Miller, sobre los finales de análisis.
Como ya señalaba Lacan en “La proposición del 9 de octubre”1 la destitución subjetiva está inscrita ya en el billete de entrada. En segundo lugar, destacó como las demandas actuales se caracterizan por la urgencia y la exigencia de un goce y cómo nos vamos a situar respecto a dicha demanda, ya que eso distingue el psicoanálisis de las psicoterapias. Como tercer punto, se preguntó ¿qué oferta puede hacer hoy el psicoanalista para que advenga una verdadera demanda de análisis?
No hay relación sexual, pero en su lugar hay discursos; lo único que hace barrera al goce es estar en un discurso, es decir, en el lazo social. Julio propuso la posibilidad de plantear, en esta época, el desplazamiento de la entrada en análisis a la entrada en el discurso o lazo social y al amor.
Por último, se pregunta ¿cómo abrir la dimensión del amor de transferencia? Y recuerda las palabras de Eric Laurent que dice que el encuentro con el goce siempre es fallido y eso empuja al sujeto contemporáneo a buscar un analista. El analista debe hacer presente lo fallido que funda el inconsciente, respondiendo a la demanda desde la falta en el Otro.
Tras la presentación se inició la primera mesa
Begoña Isasi, miembro de la ELP y de la AMP, presentó su trabajo titulado “Los comienzos de análisis hoy”
Se apoyó en “Clínica bajo transferencia”2 de Miller y señaló la absoluta vigencia de este texto clásico ya que se articula con el momento actual en el que todo el mundo tiene derecho, donde desde una reivindicación igualitaria desaparece la clínica, sustituyéndose por estilos de vida escogidos en libertad por los sujetos de derecho.
Las personas que acuden hoy a las consultas demandan pautas rápidas para gestionar sus padeceres, sin preguntarse qué les ocurre. Está en cuestión el Sujeto supuesto al saber, porque topamos con el saber del semblante absoluto, el saber cifrado: las encuestas, los cuestionarios, la IA…lo que constituye una negación del inconsciente.
Se ha sustituido en la clínica las presentaciones clásicas (melancolía, paranoia…) por conductas adictivas que son consideradas anormales y han de ser rectificadas. El código y la estadística ha sustituido a la historia del sujeto, por la que no hay ningún interés. La clínica continuista es una enseñanza viva orientada por la última enseñanza de Lacan y es preciso que los psicoanalistas se adapten a estos cambios.
El análisis comienza cuando el malestar se convierte en pregunta y se instala el SsS. La entrada suele estar connotada por la conmoción del fantasma y el encuentro con lo real; pero el SsS recubre la destitución subjetiva. El acto analítico es la consecuencia de una transferencia ya establecida con anterioridad, por eso Miller señala que es un error llamarlas preliminares. Para ser analizable hay que poder consentir en hablar sin saber lo que uno dice pero haciéndose cargo de las consecuencias. El SsS no es el analista, sino la creencia del analizante en su inconsciente. A lo largo del análisis el sujeto descubrirá que tras el SsS está el objeto a, cuyo semblante encarna el analista; es desde allí, desde donde el sujeto podrá hacerse cargo de su ser de goce.
Onintze Orbegozo, socia de la Sede de Donostia de la CPV de la ELP, eligió la noción de “Consentimiento” tan de actualidad.
Miller en su seminario “Causa y consentimiento”3 recuerda que en psicoanálisis la causalidad no suprime al sujeto, lo que lo diferencia de lo que vale para la ciencia. Cuando el hombre de los lobos le preguntó a Freud ¿en qué medida el psicoanálisis cura? Éste le respondió que al final del análisis tenemos en nuestro bolsillo el billete de tren, pero hace falta querer cogerlo. Hace falta consentimiento al inicio y al final.
Miller señala que el analista debe decir si o no a la demanda del analizante, y decidir si el sujeto es o no, analizable. Para el analista ahí está en juego un acto; el analista debe asegurarse de la relación del sujeto con su propio dicho, aceptar si lo representa o no. Recordó las palabras de Laurent en “modos de entrada en análisis y sus consecuencias” donde dice que el análisis solo comienza cuando el sujeto permite que el síntoma se aloje en un nuevo espacio subjetivo, en el cual la verdad es causa y tiene que ser nombrada a través de los síntomas. Pero ¿cómo obtener el consentimiento del sujeto a esta verdad? Para el psicoanálisis esto se busca en la producción de un sujeto vinculado a una causa.
Lacan en “Función y campo”4 analiza la entrada en análisis del Hombre de las Ratas y señala cómo Freud capta el goce del H. Ratas en su relato sobre el tormento. Es necesario el anudamiento goce-verdad, en este movimiento se produce un cambio de posición subjetiva. Por tanto, primero el sí del analista, segundo la admisión del anudamiento goce-verdad por el analizante.
¿Cómo se entendería la cuestión del consentimiento a la salida del análisis? En el recorrido analítico se va, de inventar significantes que nombran el goce y un por qué, a separarse de esos por qué, separase es al mismo tiempo consentir.
Onintza se preguntó qué tendrían en común el consentimiento al inicio y al final del análisis y propuso si este consentimiento tendría que ver con la ética y la responsabilidad del sujeto ya que para ella la responsabilidad subjetiva tiene que ver con decir que si o decir que no, con la aceptación o el rechazo.
Estibaliz Cotos miembro de la ELP y de la AMP nos ofreció su trabajo “El tiempo del inconsciente. Temporalidad de la entrada en análisis”.
Señaló la prisa y la urgencia en los sujetos que acuden a un psicoanalista con una demanda, muchas veces comandada por el goce que promete el Otro contemporáneo como un derecho propio y cómo esto dificulta que aparezcan interrogantes propios; Lacan ya lo señalaba en el prefacio a la edición inglesa del Seminario 115. Si bien para Freud había que esperar a la transferencia para poder interpretar, para Lacan era la interpretación la que instauraba la transferencia y para Miller la transferencia es la interpretación, entendida en tanto que la transferencia da significación de inconsciente a cierto significante. Nos recomienda salir de la urgencia, no entrar en la demanda y dar lugar al tiempo del inconsciente.
Como recomienda Guy Briole6 en su conferencia para la EOL de Uruguay ya que el modo de respuesta condiciona la demanda y cómo salir de la alienación que la modernidad propone, donde hoy se trata más de una falta en el gozar que de una falta en el desear. Hay que hacer virar la queja hacia el mundo en una pregunta por su propio deseo.
El analista debe hacer pareja con la urgencia, es decir, con el surgimiento de eso que hace agujero. También nos alerta de no caer en la metonimia que estanca los análisis. Si el parlêtre “es” ese no querer saber nada de eso para seguir gozando, se necesita poder tomarse el tiempo para producir esa separación. El deseo del analista debe sustraerse de la demanda de lo inmediato y apuntar a causar el decir que se irá convirtiendo en una producción de saber propia.
En la segunda mesa presentaron sus trabajos Vilma Coccoz, Elena Usobiaga y Luís Alba.
Vilma, miembro de la ELP y de la AMP eligió la sentencia de Freud: Wo Es war, soll Ich werden (Allí donde Ello era, yo (Je) debo advenir al ser) que reúne en un anudamiento singular, lugar y tiempo tal y como se tejen en la dit-mension en la que se invita a hablar al parlêtre.
El analista ha de ocupar ese lugar vacío desde el cual enviar un signo al sujeto, a la vez que le invita a tomar la palabra; el silencio hace lugar a la opacidad, al no-todo, al equívoco e inaugura la posibilidad de hablar en nombre propio; la conquista de una enunciación singular que hace posible orientarse en la estructura, esto es, a un acceso a un saber hacer ahí con el goce, con el Ello.
Se trataría de propiciar un saber hacer ahí con el Ello, que se propone entonces como una alternativa lacaniana allí donde el propio Freud nos enseñó a reconocer la ausencia de negación: el yo (Ich) debe advenir al ser (con Ello).
Elena Usobiaga, miembro de la ELP y de la AMP, presentó su texto “Lo singular de un encuentro”. Comenzó recordándonos las palabras de Freud en “Sobre la iniciación del tratamiento…”7 donde plantea la importancia de ese “período de prueba” que constituyen las entrevistas preliminares y su “motivación diagnóstica”, para saber qué proponer a quien demanda un tratamiento.
Recordó la diferencia entre encuentro y repetición que establece Lacan en el seminario 118, la importancia que da a la contingencia del encuentro en su ultima enseñanza y las consecuencias clínicas que de ella se derivan. En “La conferencia de Ginebra”9 Lacan señala la importancia de no tumbar prematuramente a los analizantes en el diván, sin esperar a que esa demanda haya adquirido forma antes de acostarlos.
Elena Usobiaga señaló que para que haya la posibilidad de una entrada en análisis, o del inicio de un tratamiento, tiene que posibilitarse un encuentro, y de eso se trata en las Entrevistas Preliminares. Algo del amor de transferencia tiene que producirse y ponerse en juego, y ahí se juega el deseo del analista, posibilitando ese encuentro, sin ninguna garantía de que se dé.
Luis Alba, miembro de la ELP y de la AMP, profundizó en el Argumento de las jornadas; es preciso que en las Entrevistas Preliminares se produzca una creencia en el inconsciente, gracias a un franqueamiento del sujeto a partir del acto del psicoanalista señalando que es un paso más frente a lo que Miller plantea en Clínica bajo transferencia, donde sitúa el “paso” del analizante de su demanda inicial a la precipitación del síntoma analítico, mediante la pre-interpretación del sujeto de su síntoma y que debe considerarse como la consecuencia de una transferencia ya establecida. Señaló que ese “franqueamiento" puede situarse ahí, entre la pre-interpretación y la creencia en el inconsciente.
Hizo un recorrido por la noción de creencia en los Seminarios, los Escritos de Lacan y algunos filósofos, recordando que en la psicosis no se trata de creencia sino de certeza, ya que un psicótico puede muy bien no creer que sus voces vienen de la realidad.
A las dos mesas siguió un animado debate.
Marta Berenguer cerró la actividad señalando que creer en el inconsciente es un acto de fe, pero que a diferencia de la religión tiene una lógica y hay que demostrarla.
Notas:
- Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, Otros Escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012, pp. 261-278. ↑
- Miller, Jacques Alain. Clínica bajo transferencia. Manantial, Argentina, 1985. ↑
- Miller, Jacques Alain. Causa y consentimiento. Paidós, Buenos Aires, 2019. ↑
- Lacan, Jacques. “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, Escritos I. Siglo XXI, México, 1989, pp. 227-310. ↑
- Lacan, Jacques. “Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11”, Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012. ↑
- Briole, Guy. Las entrevistas preliminares, condiciones previas a un análisis ↑
- Freud, Sigmund. “Sobre la iniciación al tratamiento”, Obras completas. Vol. XII. Amorrortu, Buenos Aires, p. 126. ↑
- Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, pp. 61-74. ↑
- Lacan, Jacques. “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”, Intervenciones y textos 2. Manantial, Argentina, 1998, pp. 115-144. ↑
Socia de la sede de Bilbao de la comunidad del País Vasco de la ELP.