Presentación del libro “El infierno de los malditos (Conversaciones con el mal)” de Luis-Salvador López Herrero | Luis Artigue

Elinfiernodelosmalditos-portada“Ninguna persona feliz está preocupada por hacer el mal”

Acaba de presentarse exitosamente en León, en un abarrotado salón de actos de la Biblioteca Pública y actuando como maestro de ceremonias e introductor el miembro de la Real Academia de la Lengua D. José María Merino, el primer tomo del libro publicado por la Editorial Eolas  “El infierno de los malditos (Conversaciones con el mal)” de Luis-Salvador López Herrero.

En dicha presentación el introductor ha comenzado preguntándose, ¿qué lleva a un médico y psicoanalista de prestigio, como Luis-Salvador López Herrero, a estudiar el mal de forma tan rigurosa, profunda y creativa?

Pues desde luego, la motivación, concluye, no es el morbo.

No es tampoco la búsqueda de un entretenimiento que no remueva fibras metafísico-emocionales...

En efecto, no es la curiosidad moral, sino la curiosidad psicológica lo que impulsa al autor a este exhaustivo rastreo y muestreo sobre el mal brillante, definitorio y perdurable, pero ésa no es la única rareza deliciosa de este libro.

No es tampoco la ambición, sino el denuedo creativo del ensayista con ganas de experimentar en un terreno desconocido, lo que lleva a este pensador a escoger una estructura discontinua y un género híbrido que tratan de decir sin decirlo, que el mal de ayer y de hoy es una red tanto en la historia en general como en los individuos con ingobernada niebla interior en particular, pero ése tampoco es el único hallazgo de este libro.

No es el profundo conocimiento de la teórica y la práctica del psicoanálisis, ni tampoco es un ramalazo de heterodoxia, lo que ha llevado a Luis-Salvador López Herrero a construir así, sólo a pinceladas, un personaje protagonista epítome, como Jean-Luc Millet (en cuyo nombre e historia tan plana como toda alegoría y todo mito se deja traslucir por entero un homenaje al psicoanálisis en sus diferentes vertientes), aunque tal referencia no sea la única sutileza preciosa de este libro.

No es el dedo que señala la luna sino que es la luna llena de luz e iluminaciones.

Sí, no es este gran trabajo sino el calado del mismo. No es el precipicio. No es la posibilidad de la caída…

En efecto, tal y como señaló José María Merino, no es el morbo, o tal vez sí, lo que justifica y lo que atrae tanto de estas páginas; de este memorable recorrido indirecto por los malvados célebres y sujetos sufrientes de la, los cuales, lo reconozcamos o no, justifican nuestro más o menos latente lado tenebroso.

En cualquier caso, “El infierno de los malditos”, obra del intelectualmente inquieto, médico y psicoanalista Luis-Salvador López Herrero (autor a su vez de dos celebrados libros: “La cara oculta de Salvador Dalí” y “Mito y poesía en el psicoanálisis”) es una novela filosófica, o un ensayo novelado, que trata de forma diacrónica y profunda el tema del mal y su poder de fascinación a través de una serie de personajes históricos muy bien documentados y perfilados –Alcibíades, Sócrates, Calígula, Nerón, Adriano, Inocencio III, San Agustín- los cuales son repasados entre el sueño y la vigilia, entre la realidad y la fantasía, por un prestigioso psicoanalista francés que, para exorcizar sus fantasmas interiores, acaba de huir del éxito, y de romper con todo, y de recalar en Madrid para dictar un Seminario y...

¿Con qué motivo ha huido?...

¿Por qué es difícil creer en el infierno pero resulta imposible no creer en el mal?

¿La barbarie es el motor de la historia o sólo está dentro de nosotros porque nuestro inconsciente de hoy tiene nostalgia de ella?

El acto terminó con la ponderación del presentador de los bien construidos monólogos que se incluyen en el libro, los cuales, se comentó, funcionan tan bien desde el punto de vista dramático que podrían tener su versión teatral propia, y del reconocimiento del metódico trabajo de documentación y de profundidad teórica que, además, subyace en él.

Realmente –señaló a su vez el escritor Luis Artigue, el otro presentador que acompañaba en la mesa al autor-, estamos ante una novela-ensayo ambiciosa, atmosférica, inquietante y muy pensada, que, por abordar desde un prisma original, y con finura epistemológica, y con lenguaje nítido, dos temas siempre de gran interés como lo son el mal y el psiquismo, va a interesar mucho a los buenos lectores… Buenos lectores como tú.

La velada tuvo su culmen con las palabras del propio autor referidas a la intencionalidad del libro, y al agradecimiento a quienes habían hecho posible su publicación en tan excelente formato, y a la pertinencia de su división en dos tomos –el ahora publicado y el segundo que se publicará en abril-, así como a la motivación de que este tomo acabara precisamente incluyendo en el infierno de los malditos a San Agustín…

El fin de fiesta lo puso un animado debate con el público sobre el mal, sobre la diferencia de enfoque de abordaje que tienen el psicoanálisis y la teología, y sobre la sutilmente diferente concepción que Lacan y Freud tienen de la perversión (todo a partir de una pregunta formulada al autor desde la platea sobre si sale Dios en El Infierno de los Malditos).

El acto fue despedido por los presentadores que recomendaron al público que compren y lean “El infierno de los malditos (Conversaciones con el mal)” de Luis-Salvador López Herrero, porque es uno de esos libros sin los cuales probablemente la vida seguiría existiendo, pero no sabríamos qué significa.