Oír, escuchar, leer

Las últimas jornadas tituladas Lo que hablar quiere decir, dejaron en mi un interrogante en la frase de Lacan “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha1. El sentido de esta frase y despejar el título de las próximas jornadas Del malestar al síntoma, me pusieron al trabajo.

1.- Hice un recorrido por las traducciones de la frase, hasta detenerme en el alemán

Horën, Anhören, Zuhören, Mithören2. Tienen una misma raíz, “Horën”. En español sería el primer nivel de todos, el estímulo auditivo. El que impacta en el cuerpo. Después estaría el término “Anhören”, en castellano estaría entre oír y escuchar. Es el punto donde uno escucha/oye la radio de fondo, por ejemplo. En tercer lugar, encontramos “Zuhören”, que se relaciona con nuestro escuchar con atención. Por último, existe “Mithören”, que significa escuchar lo que hablan los demás y como ejemplo expone el de enterarse por “casualidad” de un secreto. Se me planteaba un interrogante respecto de la traducción de oír y escuchar.

2.- Sobre el oír y la escucha

Vicente Palomera, en su texto de orientación de las pasadas jornadas, diferencia oír y escuchar. Escuchar-se hablar lo coloca del lado de la actividad más bien autoerótica, mientas que el oírse hablar es punto de entrada en el análisis (“(yo) digo”) permitiendo tomar distancia respecto a los dichos. El psicoanalista, al comienzo de un análisis, le dice al paciente “te escucho”, generando en el paciente que se oiga hablar. Cuando se oye hablar, el analista deja de ser un prójimo para dirigirse a un Otro absoluto y oficia como funcionario al servicio del Otro3.

La escucha que tiende el analista es una escucha en posición neutra, como señaló Miller en la clase del seminario del 13 de diciembre de 2000. Siendo esta posición como una respuesta a la asociación libre del paciente. La neutralidad del analista está en relación al “yo no pienso” del que tan difícil es despegarse.

Aparece entonces el analista y con él, la lectura. La lectura analítica es el fruto de la escucha junto a la regla fundamental de la asociación libre. De ahí nace el psicoanálisis, en ese primer momento donde Freud lee el deseo tanto de Anna O. como el de su colega Breuer.

3.- Binomio saber leer y bien decir

Miller en la conferencia “Leer un síntoma”4, alude al binomio: saber leer/bien decir. En el curso de la experiencia se tratará de que el bien decir y el saber leer se transfieran al analizante. Que aprenda, de algún modo, sin pedagogía. Se dirige al más allá de la escucha para llegar a la lectura, para terminar, abriendo la brecha por la que opera el psicoanálisis entre hablar y escribir. Propone que el síntoma es un Jano, un comienzo y un final, dos caras (real y verdad) y señala la importancia del descubrimiento de Freud sobre la interpretación del síntoma en función de un deseo. Dirá que leer un síntoma es privarlo de sentido, diferenciándolo de la corriente mitificada por el psicoanálisis donde el síntoma se interpretaba sobre lo que llama “una pequeña historia sobre el goce”. En este recorrido, señala cómo Lacan sustituye el ternario edípico, por un ternario que no produce sentido, RSI, y pasa de la escucha del sentido a la lectura fuera de sentido.

4.- El trauma de lalengua y la interpretación

Encuentro un excelso trabajo de Hebe Tizio5, esclarecedor y que sirve como colofón a este trabajo titulado “El trauma de lalengua y la interpretación” donde aclara la dirección de la interpretación. Encuentra en Lacan, que esta debe darse por fuera de la comunicación y remitiéndola a la poesía, donde el significante tiene tanto efecto de sentido como de agujero. Siendo la resonancia como un diferencial entre el principio y el final, pasando de la resonancia semántica a la resonancia producida por un agujero. Y en mi resonancia, el silencio. Los distintos tipos de silencios y la diferenciación del silencio del analista y del analizante6. Esto será otro objeto de estudio.

Para pasar de un malestar al síntoma, Miller propone en la intervención sobre “La pasión del neurótico”7, en Valencia, que el ingressum modo es por la “sinrazón”, esto es, cuando las razones ya no le sirven para nada. De ahí que la respuesta del analista sea “Todo tiene una razón” (SsS).

 

Notas:

  1. Lacan, Jacques. “El Atolondradicho”, Otros Escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012, pp. 473-474.
  2. PONS Langenscheidt GmbH (s.f.). Hören, en el Diccionario Langenscheidt.com 
  3. Palomera, Vicente. “Decir, hablar, oír”, Texto de orientación de las XXII Jornadas Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, 2023.
  4. Miller, J.-A. “Leer un síntoma” (2011).
  5. Tizio, Hebe. “El trauma de lalengua y la interpretación”, El psicoanálisis nº38, 2021. 
  6. Kuperwajs, Irene. “Silencios”, Virtualia, 25, 2012.
  7. Miller, J-A. “La pasión del neurótico”, Los signos del goce. Paidós, Buenos Aires, 1998, pp. 81- 82.