Reseña de Testimonio de pase | Fabián Fajnwaks
En la Sede de Sevilla de la ELP, el viernes 5 de febrero, tuvimos la oportunidad de escuchar el Testimonio de pase de Fabián Fajnwaks.
Fajnawks es psicoanalista, nacido en Buenos Aires, vive y desarrolla su práctica en París desde 1990. Es miembro de la AMP, de l´Ecole de la Cause freudienne y de la EOL.
Ha sido recientemente nominado, en 2015, Analista de Escuela (AE), al haber llegado al término del procedimiento del pase, dispositivo inventado por Lacan para la prueba y verificación de los finales de análisis y el pasaje de analizante a analista.
Después de la nominación, y a lo largo de 3 años de enseñanza, los AE asumen el compromiso de “testimoniar sobre los problemas cruciales en los puntos vivos en que se encuentran para el análisis, especialmente en tanto ellos mismos están en las tarea, o al menos en la tarea de resolverlos”, enuncia Lacan en la Proposición de 1967.
Fabián dio título a su presentación “Una mirada tan triste”. La mirada triste como síntoma trágico de la vida.
Ante el espejo, surge la pregunta infantil por la razón de esa mirada deficiente para el goce del Otro.
En las coordenadas de la llegada al mundo, una triple vuelta de cordón, hacen sentenciar al Otro médico “no esperen que llegue a ser algo, un idiota”.
El niño que tardó en caminar y hablar, armó una lengua que la madre entendía y el padre no. Frases en suspenso esperaban el capitón del Otro, creía completar la falta en la madre.
Por su parte el dicho paterno indica una salida de la inhibición “lo que le gusta lo hace bien”.
Refiere lo que consideraba una dificultad para llegar al fin del análisis: su adherencia a las personas, a los lugares.
El sujeto no veía poder encontrar un significante del final por lo que esperaba se produjera algo del orden de un acontecimiento imprevisto.
En una asociación con el cuento de Kakfa “A las puertas de la Ley”, donde un anciano va posponiendo la entrada hasta que le es imposible, considera que su salida del análisis "se hace (en referencia al ajedrez con el que Freud metaforiza la entrada y la salida del análisis) por tablas”, a diferencia de la salida para la mujer que es del orden del "jaque mate".
El acontecimiento del dictado de unas conferencias sobre el pase en Córdoba (Argentina), llevaron al sujeto a decantarse por empezar la construcción de su testimonio.
Un sueño, en que aparece un animal representando La Cosa, Das Ding, localización del plus de gozar separado del sujeto, precipita la terminación. El analista asiente.
El sujeto pasa por un primer análisis, de 6 años, considerado como instante de ver, en el que se constatan claros efectos terapéuticos. La salida no atraviesa la ignorancia sobre su fantasma.
El segundo análisis, simultáneo al exilio con su resonancia de desgarro, lo lleva a enfrentar los efectos de la sesión corta.
Le facilita poner distancia geográfica con un padre que no permitía la emancipación.
La lengua empleada fue el castellano hasta poder dejar lo materno de la lengua y pasar a la lengua del Otro. Una intervención del analista elucida “lo importante es la lengua del fantasma”.
El testimonio recoge sueños, productos del inconsciente transferencial.
La interpretación del analista no tuvo el estilo de operar por inversiones dialécticas que llevarán al desarrollo de la verdad (tal como observa Lacan a propósito del trabajo de Freud con Dora). Por el contrario opera a través del metabolismo del goce.
¿Cómo despegar del Otro sin matarlo?
Al niño que quería ser un avión, objeto en el que los padres solían partir, le surge el vértigo en la última parte del análisis, acontecimiento de cuerpo que remite a la situación de desamparo (hilflosigkeit freudiana). En los momentos de turbulencia se pierde apoyo en el Otro: lo real no está lejos.
El sujeto se separa de la inflación imaginaria. El obsesivo se lanza a la altura del escabel, enfrenta abismos.
Una decisión del analista, respecto a un sueño de pase, incluye al analizante en la lista de pasadores.
Como efecto de desprendimiento del Otro, operación de sustracción al dejar al Otro, surge la posibilidad de sostener, mantener mejor la palabra, un discurso sin bla bla bla.
Queda un resto como residuo de su división. En este sujeto es el vértigo.
El analizante da cuenta de la satisfacción al final: tomar la palabra como propia independizándose del saber textual. El analizante ya puede “rodar como analista, sin permiso”, como lo da a leer un sueño del final del análisis.
La terminación produce alivio que se ve acompañado por afectos que se pueden situar como duelo:
Dice Lacan en la Proposición “El analizante se separa del analista más bien "maniaco-depresivamente"
Tuvimos el placer y el privilegio de escuchar el Testimonio de Pase de Fabián Fajnawks, que despertó un vivo interés en los presentes y la productiva puesta en acto del trabajo de Escuela. Preguntas que conformaron el diálogo con un saldo de saber para nuestra comunidad sevillana: la formación y el deseo del analista, discusión sobre los sueños producidos después del fin de análisis relatados por Fabián, la hystorización, el estatuto del cuerpo y otros temas.
Después de dos largas horas de debate con un aforo completo de miembros, socios y alumnos del ICF, cerramos la sesión deseando a Fabián Fajnawks el mayor de los éxitos en su trabajo de AE.
Redacción: Graciela Olivari, secretaria Sede de Sevilla.