Jacques-Alain Miller. Cosas de finura en psicoanálisis (2008-2009). Clases del 10 y 17 de diciembre. José R. Ubieto (Barcelona)

“El analista, confrontado a lo singular, que es insostenible, se refugia en lo particular”.

Esta es una de las tesis que, a propósito de lo singular, desarrolla Jacques-Alain Miller en estas dos clases de su último curso.

Destacar lo singular como nombre de lo propio, del modo de goce irreductible, le permite definir al analista de la clínica del sinthoma como un sujeto que ha percibido su modo de gozar como absolutamente singular, fuera de sentido.

En su curso “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”, diez años atrás (1998-1999), Jacques-Alain Miller ya había planteado cómo frente al abismo de lo singular la ciencia propone una nominación vía la etiqueta, como una modalidad de localizar eso que queda como resto en la operación del NP: el goce del cuerpo. Y de hecho hoy asistimos a un revival de la etiqueta por la vía postmoderna de las nuevas taxonomías sociales del síntoma como una modalidad de tratar el goce fuera de la experiencia analítica.

La respuesta del discurso de la ciencia apunta a la reducción del sujeto a un cálculo estadístico que implica su categorización previa en clases establecidas a partir de un rasgo de goce elevado a la categoría de identidad subjetiva (anorexia, trastornos de conducta, toxicomanía). Ian Hacking (Rewriting the soul) y Nelson Godman (Maneras de hacer mundo) nos han mostrado el proceso actual de fabricación del semblante mediante el surgimiento de clases. Una clase es relevante cuando consigue incluir muchas clases de comportamiento diferente. Su eficacia radica, pues, en ocultar su uso como metáfora para parecer natural: así el semblante se “naturaliza” por la genética, la bioquímica,... Esta fórmula plantea un tratamiento de lo real por el S1 bajo una doble formula: el sin sentido vía la química y el sentido a través del semblante de la escucha o de la reeducación. La cuestión para el último Lacan y para nosotros es como abordar ese real por el sinthoma: una forma de renovar el sentido del síntoma freudiano que ya no se toma en su vertiente de mensaje cifrado sino de sustancia gozante, cuerpo-supuesto-gozar.

Jacques-Alain Miller señala dos recursos del analista a lo particular: la clase diagnóstica donde lo singular se vela por aquello que es común a otros y el grupo analítico tomado como SAMCDA, Sociedad de Asistencia Mutua Contra el Discurso Analítico.

¿Cómo sostener entonces la orientación hacia lo singular? Jacques-Alain Miller concluye su última clase con una referencia de Lacan que merece desarrollarse en el trabajo de estas próximas Jornadas: “Como Lacan había podido invitar a ocupar el lugar del objeto a minúscula, en su Seminario del Sinthoma formula: El analista es un sinthoma. Está soportado por el sin sentido, entonces se lo exime de sus motivaciones, no se explicará. Más bien jugará al acontecimiento de cuerpo, al semblante del traumatismo. Y le será necesario sacrificar mucho para merecer ser, o ser tomado, por un trozo de real”