In Memoriam | Juan Carlos Tazedjián

No puedo salir de la consternación que me produjo el impacto del comunicado sobre la marcha de nuestra infatigable compañera y amiga, Rosa. Desde la primera reunión en la Biblioteca Freudiana de Barcelona que fundara Oscar Masotta, allá por 1976, hasta hace pocos meses, en la última Conversación Clínica con J.-A Miller, también en Barcelona, su presencia fue una constante en los 42 años de mi vinculación al psicoanálisis en España. “¿Y tú quién eres?” fueron las primeras palabras que me dirigió, en aquella tarde- noche de recién llegado, buscando un lugar “lacaniano” donde cobijar mi exilio. “Estás guapo”, fueron las últimas que me dijo en la Conversación Clínica del pasado febrero. Entre ambas, transcurrió casi medio siglo, en el que fui testigo de su incansable capacidad de trabajo y dedicación a la causa analítica. Además de Barcelona e innumerables ciudades de España y el mundo, en que nos encontramos, también tuvo una presencia especial en Valencia, mi ciudad adoptiva, cuando los enfrentamientos por rencillas imaginarias y otras no tanto, hacían obstáculo a la posibilidad de que nuestro grupo dejara de ser tal para constituirse en una comunidad de trabajo que adhiriera a la Escuela en ciernes. Fue importante su papel de mediadora para la consecución de ese objetivo, por lo que nuestra Sede valenciana le debe parte de su existencia.

No me sale hacer un elogio suyo, sólo el sentimiento de que no me puedo imaginar la Escuela sin ella. Y transmitir mis condolencias a todos los colegas que compartan un sentimiento semejante.

Juan Carlos Tazedjián.