Del banquete a una carta de aLmor

NODVS. L'aperiòdic virtual de la Secció Clínica de Barcelona

Enfermedad de la ELP

Jacques-Alain Miller dijo recientemente que había una enfermedad en la Escuela, concretamente en la ELP. Se trataba de una enfermedad en la que la transferencia de trabajo quedaba en entredicho. ¿Pero quién es la ELP sino sus miembros? ¿Entonces, podríamos concluir que los miembros de la ELP no crean transferencia de trabajo? Habría que precisar esto, porque ni todas las sedes son iguales, ni tampoco todos los miembros constituyen un conjunto homogéneo. Y también es verdad que son miembros de la ELP los que sí producen transferencia de trabajo en otras instituciones adyacentes o satélites de la Escuela.

¿Entonces, cuál es la enfermedad?

Vayamos por partes. ¿Cómo se produce la transferencia? Lacan le dedicó un curso entero al tema entre los años ‘60 y ‘61. Puede esbozarlo en la “Proposición…”1 con un esquema que lo matematiza:

HerramientasPsi: El algoritmo de la transferencia de Lacan

Nos explica que el SSS es el pivote a través del cual se articula la transferencia. El SSS es supuesto por un significante que lo representa, en este caso por un significante cualquiera Sq. Debajo de la barra, dependiente de esta suposición estaría el saber: la significación de los S1, S2… Sn.

Podemos decir, entonces, que la suposición de saber es la llave para la instauración de la transferencia. Es una operación necesaria para la apertura de la partida. Algo así como la chispa del motor de arranque.

Miller nos lo recuerda una y otra vez en la “Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”2. Se trataba en aquella época de un momento inaugural de la Scuola Italiana, todavía en formación, fundada dos años más tarde -en 2002- y animaba a instituir la Escuela como SSS. Que se vistiera de este traje para que corriera el espíritu del psicoanálisis.

Se trataría de producir un efecto de transferencia a través de ese motor de arranque que supone la suposición de saber. De encender la transferencia de trabajo a través de un saber supuesto a la Escuela.

Pero es que ya han pasado veinte años desde la fundación de la Scuola y veintidós desde la fundación de la ELP. ¿Es necesario un arranque? ¿Es necesario instaurar un SSS en la ELP? ¿Es ese el camino a la curación de la enfermedad de la Escuela?

Sea como fuere, pienso que no se trata a estas alturas de instituir el lugar de SSS en la ELP.

Inconsistencia

¿Qué quiere decir que la Escuela es un conjunto lógicamente inconsistente? No quiere decir que le falte algo, una pieza, sino que no hay universal. Podríamos escribirlo con el matema S(A/). Miller lo dice al pasar en la Teoría de Turín: “La Escuela debe preservar su inconsistencia como su bien más preciado, como su agalma”3.

Es decir, el bien más preciado, su agalma, sería su inconsistencia. Esta inconsistencia a modo de agujero central que no acaba de cerrarse. Este agujero central es el que vacía al SSS, el que barra al saber instituido y conforma un respiradero a través del cual el psicoanálisis puede reinventarse cada vez. Si no, estaría condenado a apilarse como una teoría muerta, universitaria.

La cáscara del SSS es como una túnica de Neso que está envenenada en su origen y es por ello que uno se la tiene que quitar de encima tan pronto como sea posible. ¿Por qué? Porque obtura el agujero y tapa realmente la nada que se trata de mantener abierta. En el caso de que no caiga esta vestimenta de SSS, acabaríamos como Alcibíades, enloquecidos en la búsqueda infernal de una supuesta divinidad contenida en Sócrates4. Así pues, la maniobra de Sócrates, asumiendo su nada, dirige a Alcibíades hacia Agatón para mostrarle que eso que busca en él, realmente no lo tiene, o finalmente se trata de una nada.

Una carta de aLmor

En el capítulo VII del Seminario XX, Aún5, Lacan nos muestra las fórmulas de la sexuación:

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Del lado izquierdo, el lado macho, Sujeto barrado y Falo. Del Otro lado, femenino S(A/), objeto a y el significante de La Mujer tachado.

Del lado del macho quedarían el S/ y la significación fálica, goce fálico. Pienso que la fórmula del SSS con su brillo fálico podríamos colocarlo de este lado, del lado macho. Una investidura fálica, sin falla, ni agujero. Que pudiera servir de señuelo para el arranque de la operación transferencial.

Sin embargo, del lado femenino S(A/), matema del significante de la falta en el Otro, pero finalmente de la inconsistencia. El significante tachado de La mujer comanda este lado. Recordamos que Sócrates extrae de Diotima su saber, la asunción de su nada. Una vez que se puede subjetivar lo que la Escuela supone, que se trata de un agujero central, esto abre la opción a cada uno de poder encararse en su soledad con su objeto. Del lado macho colocaríamos todas las refriegas imaginarias y rivalidades agresivas en cuanto al saber. Del lado femenino, sin embargo, cada uno desnudo ante su objeto, en soledad. Aquí se drenan los narcisismos entre pares. Cuando uno se enfrenta a su objeto, se trata de un acto solitario. Este sería el lado no balsámico de la subjetivación de la relación con la Escuela.

Entonces, esta apertura que supone el lado femenino, la subjetivación de esta inconsistencia, de S(A/) puede permitir a uno encararse con lo que sí comporta una consistencia lógica. La fuerza de repetición que define al objeto a. El efecto de esta confrontación no es balsámico, es perturbador. Perturba la defensa. Pero justamente de esto se trata: de producir un cierto despertar del sueño fálico en el que estamos sumergidos en nuestro fantasma.

Esta perturbación puede tener efectos:

  • Uno: que posibilite efectuar un cierto liegen lassen del objeto a, una cierta cesión. Nunca es una extracción completa, uno no se queda sin objeto, pero sí una modificación de la relación con él.
  • Dos: que dé lugar a un deseo inédito. Un deseo de saber nuevo. No sobre un saber constituido, universitario, científico, sino un deseo de saber sobre la verdad del goce. Sobre esa fuerza de repetición que no cesa.

Este arco que se proyecta desde el lado macho hasta el lado femenino supone entonces un amor diferente. Un amor que no tiene que ver con las refriegas imaginarias y simbólicas, sino que tiene que ver con lo real del goce. ¿Y esto cómo no podría crear una nueva transferencia de trabajo?

 

Notas:

  1. Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”. Otros Escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012.
  2. Miller, Jacques-Alain. “La teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”: Asociación Mundial de Psicoanálisis (wapol.org).
  3. Ibid.
  4. Platón. El Banquete o del Amor. Editorial Verbum, Madrid, 2021.
  5. Lacan, Jacques. El seminario, libro 20, Aún. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2015. p. 95.