De la fascinación con el saber

¿Por qué Freud dejó la hipnosis?

En lo que se consideran publicaciones pre psicoanalíticas se aprecia cómo Freud comenzó con la técnica de la hipnosis de la mano de Breuer, 15 años mayor que él. Había tenido la influencia de la escuela de Charcot en la Salpêtrière y también de Bernheim de cuyo libro La sugestión y sus aplicaciones terapeúticas fue traductor y realizó su prólogo a la edición alemana1. Corría el año 1888, un joven Freud trataba de abrirse camino en la espesura de las neurosis, a través de las técnicas que se desarrollaban en la época. Primero se formó en la hipnosis por sugestión, en la que se trataba de producir un estado sonámbulo a través del cual se tuviera acceso a piezas del inconsciente que permanecían veladas. No todos los pacientes colaboraban de la misma manera con esta técnica, que producía un estado de conciencia alterada. Es el caso de Miss Lucy R,. de 30 años, con la que Freud varió su proceder a ejercerle una presión en la cabeza para recuperar los recuerdos patógenos que estaban ausentes en su estado psíquico habitual2. Ya en la Interpretación de los sueños en 1900 recomendaba todavía a sus pacientes que adoptaran una posición de reposo y cerraran los ojos3, remanente viejo del método hipnótico, que fue también pronto dejado de lado.

En 19044 nos recuerda que ya lleva 8 años que no practica la hipnosis con fines terapéuticos y que en verdad existe la máxima oposición entre la técnica sugestiva y la analítica. La oposición que el gran Leonardo Da Vinci resumió con relación a las artes en las fórmulas per via di porre y per via di levare. En la pintura por ejemplo a través de la brocha o el pincel se depositan acumulaciones de colores sobre la tela per via di porre, mientras en la escultura se opera quitando la piedra para extraer la estatua per via de levare. Así se oponen sugestión y análisis. La sugestión trata de depositar material nuevo para evitar la emergencia de la idea patógena per via di porre y sin embargo la técnica analítica trata de retirar la trama psíquica de la idea patógena per via di levare. Resume explicando que dejó la técnica sugestiva y con ella la hipnosis porque no podía ejercer una sugestión tan fuerte como una curación duradera requería. Y que en todos los casos graves la sugestión introducida se desmoronaba y reaparecía la enfermedad o un sustituto de ella. Asume que la hipnosis no nos permite individualizar la resistencia con la que los enfermos se aferran a la enfermedad y que es la propia resistencia lo único que nos posibilita comprender su conducta en la vida.

Mucho más tarde, allá por 1920, en la psicología de las masas retoma la cuestión para advertirnos de que el prestigio del que se envuelve el conductor que la masa solicita, provoca un sentimiento semejante al de la fascinación en la hipnosis5. La misma sumisión humillada, igual obediencia y falta de crítica hacia el hipnotizador como hacia el objeto amado. “No hay duda el objeto amado ha ocupado el lugar del ideal del yo”6 nos dice. Un poco más adelante Freud emparenta el sueño con el estado hipnótico en la medida en que en ambos se quita el interés por el mundo exterior. 7

Entonces, se muestra todo un recorrido desde el comienzo de la técnica hipnótica que pasa a ejercer una presión en la cabeza, a pedirles que cierren los ojos, para finalmente abocar en que la única regla a seguir en el análisis será que digan todo lo que se les pase por la cabeza. Quedará como resto, que el paciente queda tumbado en el diván con el analista detrás, fuera de su campo visual. De esta manera se describe todo un arco que va desde un saber establecido que se trataba de imponer desde afuera, como sugestión, per via di porre a una invitación a decir, sin saber lo que uno dice y a ejercer per via di levare.

El discurso Universitario

Cuando Lacan formaliza su teoría de los 4 discursos, en el discurso Universitario es el Saber el que se localiza en la posición de agente.

El Saber establecido ejerce desde la posición de agente y produce invariablemente como producto un sujeto barrado, la insatisfacción podríamos decir. Como nos ha recordado Jacques-Alain Miller recientemente, en el cierre de la Gran Conversación Virtual: “el Saber siempre es siervo de un significante amo”8. En este caso de un S1 sobre el que reposa. Entonces conviene separar la práctica del psicoanálisis de la teoría del psicoanálisis. “La práctica del psicoanálisis no se enseña, se supervisa en ocasión, cada vez, de un caso singular, el cual no se deja llevar al universal, sino que se puede elevar -cuando este se presta a ello- a la dignidad de un paradigma”9. De aquí se sugiere que “nada de lo aprendido en la Universidad sobre psicoanálisis les permitirá ahorrarse un psicoanálisis”10. En oposición al discurso Universitario JAM rescató el discurso del Psicoanálisis, en el que “a no está hecho para dominar, está hecho para dar lugar al deseo, ser la causa del deseo”11.

El objeto a divide al Sujeto para hacer que expulse los S1 que han comandado su vida. El Sujeto del inconsciente se pone a trabajar a producir S1. ¿Y dónde se encuentra el S2? El Saber está en el lugar de la pereza, en reposo. “El saber inconsciente debe holgazanear, el inconsciente no debe hacer nada en el análisis. Se trata de hacer recordar, pero al sujeto del inconsciente, de ahí que no sea lo mismo el sujeto del inconsciente y el saber inconsciente”12. ¿Dónde se coloca el analista? En el lugar de la ignorancia, en el lugar del no saber. Es un lugar que Lacan recomendaba, la de no comprender demasiado pronto, la de no saber13. “Una vez que uno ha sido supuesto saber, debe holgazanear, no tengo nada que hacer. Tan pronto que se me supone un saber dejo de intervenir”14. Entonces la posición de sujeto supuesto saber es la llave de la entrada en la transferencia, pero no conviene instaurarse en ella. Es un artificio digamos. Porque la llave podría convertirse en candado.

De esta manera podemos decir que, si nos fascinamos con el saber establecido, podría taponarse el acceso al discurso del psicoanálisis.

¿Dónde están los jóvenes?

Se trata de una preocupación actual del psicoanálisis lacaniano, se debate en las noches de los directorios ampliados. ¿Cuál es el futuro del psicoanálisis? ¿Está asegurado?

Y no es que no haya jóvenes que están interesados en el psicoanálisis. La cuestión es que no llegan a la Escuela. La Escuela es el lugar que se instituye alrededor de un vació central que supone el propio concepto de psicoanálisis, que se reinventa cada vez. Un lugar que no se satura con un saber establecido, sino que como tal permanece abierto, dispuesto a reinventarse una y otra vez. Un work in progress. Un lugar donde se ejerza la inducción del trabajo, pero no desde el discurso Universitario sino desde el discurso del Psicoanálisis. Un lugar que produzca deseo en vez de inhibición. Un lugar en el que el Saber establecido no aplaste a los recién llegados.

Pero ¿dónde están los jóvenes? En general están en el Instituto, lugar para la formación reglada del psicoanálisis. Una formación reglada sí, pero de la teoría del psicoanálisis, como nos recuerda Miller. Que comparte sus gradus con el discurso Universitario.

Pero, ¿por qué no sucede el trasvase Instituto-Escuela? Es difícil de generalizar, pero se pueden dibujar algunos trazos.

Existe una dificultad en asumir que el saber no atrapa todo el goce, que el acto analítico sea un acto que solamente se comprueba après coup. Pienso que se trata de una cierta fascinación con el Saber. Una fascinación con un Saber expuesto al que uno puede alienarse y buscar una especie de garantía. Una fascinación con un Saber que no sea agujereado, que sea establecido y completo. Y como este saber es casi inalcanzable se produce la inhibición.

No hay psicoanálisis sin Escuela

No hay manera de que exista el psicoanálisis sin la Escuela. No es posible su continuidad a través de lo que sería el discurso Universitario y la práctica en las instituciones. No es lo mismo el psicoanálisis y la práctica institucional. Cuando uno trabaja en la Institución su acto está capado, no tiene los mismos efectos que cuando se ejerce en la práctica del consultorio privado. El paraguas que supone la institución delimita y modula la práctica. Suele haber indicadores de buena gestión, las hojas de satisfacción… La propia duración de las sesiones, la variable del tiempo, toma una deriva que no tiene que ver con la lógica del psicoanálisis. Tiene más que ver con la lógica de la salud mental y del discurso del amo. Finalmente, con hacer pasar al discurso del psicoanálisis por el desfiladero de la práctica de las buenas intenciones. Entonces, el paraguas institucional podría ser un arma de doble filo. Un lugar donde uno tiene cierta cobertura, pero a su vez donde también está atado. No puede cortar la sesión en el minuto x porque es demasiado pronto…

¿Qué supone la Escuela? El lugar donde se enseña lo que no se puede enseñar. Lo que no puede ser aprendido a través de la teoría del psicoanálisis, del discurso Universitario. Esto se llevará a cabo con el propio análisis, el control y el cartel. Y podrá ser un lugar de refugio para aquellos que salgan del paraguas institucional.

Del S2 al S(Ⱥ)

Si hay una indicación que se repite desde Freud a Lacan siguiendo por Miller es que no se comprenda demasiado pronto. De tomar cada caso como si fuera único. Relegar el saber al lugar de la pereza. En una cadena S1-S2, retengan el S215, para que el S1 se desprenda. No añadan ningún S2. Absténganse de añadir su S2. Mantengan el delirio del sentido hambriento. Justamente la asociación libre trata de decir sin saber, de dar esa opción al analizante.

Y es que no hay un S2 que suture el agujero que conforma la subjetividad. Tampoco que pueda hacer frente al goce en ese litoral que los delimita. Es decir, la interpretación como desciframiento, como producción de saber, debe dejar lugar a la interpretación como perturbación de la defensa16.

Entonces ante la sugestión y la fascinación con el saber propio de la hipnosis y del enamoramiento, se propone la desuposición de saber.

La desuposición de saber nos hace salir de la impostura de la posición de Sujeto Supuesto Saber, y conocemos los efectos que puede tener el asumir este lugar tan delicado. El Dr Fleschig lo comprobó en el caso Schreber.

Entonces, ¿qué salida nos queda ante la fascinación que nos produce los efectos hipnóticos de la posición impostada del saber? La honestidad que supone el discurso del psicoanálisis que apunta justamente al vacío, al significante que falta. Al libro que falta en la biblioteca. Al significante que no está en el Otro S(Ⱥ).

¿Es necesario hacer un largo recorrido para que uno llegue a la Escuela? ¿Hace falta acumular un gran saber durante años y haber hecho un recorrido analítico considerable para tocar esta puerta? Es decir, ¿es la Escuela un final del camino después de una formación académica reglada? ¿O podría ser la puerta de entrada al discurso del psicoanálisis a la vez que lo es el Instituto? ¿Podemos proponer el modelo de inmersión17 como entrada, como dice Jacques Alain Miller?

Nos lo recuerda Lacan en la Proposición “lo no sabido se ordena como marco del saber”18. Será a través de ese marco de lo no sabido que se podrá avanzar en la producción de algo nuevo, que realmente pueda dar consistencia a la Escuela y también creo que los jóvenes, justamente porque no saben tanto, pueden aportar lo esencial.

 

Notas:

  1. Freud, Sigmund. “Publicaciones pre psicoanalíticas y manuscritos inéditos en vida de Freud”. Obras Completas, Vol. I, Amorrortu, Buenos Aires, 1977, p. 77.
  2. Freud, Sigmund. “Estudios sobre la histeria”. Obras Completas. Vol. II, Amorrortu 1977, p. 126.
  3. Freud, Sigmund. “La interpretación de los sueños”. Obras Completas. Vol. IV, Amorrortu, Buenos Aires, 1977, p. 122.
  4. Freud, Sigmund. “Sobre psicoterapia”. Obras Completas. Vol. VII, Amorrortu, Buenos Aires, 1977, p.250.
  5. Freud, Sigmund. “Psicología de las masas”. Obras Completas. Vol. XVII, Amorrortu, Buenos Aires, 1977, p. 77
  6. Ibid., p. 108.
  7. Ibid., p. 121.
  8. Miller, Jacques-Alain. Grandes assises Virtueles Internacionales de la AMP, 2022
  9. Ibid.
  10. Ibid.
  11. Ibid.
  12. Miller, Jacques-Alain. El banquete de los analistas. Paidós, Buenos Aires, 2000, p.92.
  13. Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”. Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
  14. Miller, Jacques-Alain. El banquete de los analistas. op.cit., p. 92.
  15. Miller, Jacques- Alain.” L’envers de l’interpretation”. La cause freudienne, n. 32, 1996.
  16. Miller, Jacques-Alain. La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Paidós, Buenos Aires, 2003, p. 134.
  17. Miller, Jacques-Alain. Presentación del libro Polémica Política. Gredos, España, 2021.
  18. Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre sobre el psicoanalista de la Escuela”. Op.cit.