Crónica: “¿Qué ética(s) en la clínica infanto-juvenil?”. II Jornadas del Área Infanto-Juvenil de Sagrat Cor SSM de Martorell y del CDIAP de Sant Boi de Llobregat. Mª Cruz Fernández y Francisco Burgos (Barcelona)

El pasado 4 de junio tuvo lugar la segunda jornada del Área Infanto-Juvenil del Sagrat Cor, Servicios de Salud Mental y del CDIAP de Sant Boi de Llobregat.

El día de trabajo se inició temprano. Convocó a un centenar de profesionales que trabajan en las áreas de salud y educación del Baix Llobregat y de la Anoia. La inauguración estuvo a cargo de Sor Rosa Mª Gutiérrez, Superiora del Sagrat Cor y del Dr. Francisco Burgos, Coordinador del Área Infanto Juvenil.

En la primera mesa, orientada hacia el aporte teórico de los discursos de la clínica y de la bioética, se trató de responder a las cuestiones que convocaba la jornada. Intervino en primer lugar el Dr. Gabaldón, Psiquiatra del Hospital San Juan de Dios, Master en Bioética, miembro del Instituto Borja de Bioética, quien hizo un repaso a las metodologías que articulan la dimensión técnica con la ética. Propuso la armonización de hechos y valores, los aspectos objetivos y subjetivos en los pacientes, no la elección por uno u otro. Señaló que existen unos principios universalizables: la no maleficencia (no dañar), el de justicia (acceso y distribución de recursos), el de autonomía (toma de decisiones personales) y el de beneficencia (compromiso con hacer el bien y limitar los riesgos). Resumió los principales conflictos en este campo en tres: manejo de la información, la confidencialidad y el consentimiento.

Elizabeth Escayola, Psicóloga y Psicoanalista del Centro Especial Alba, centró su intervención sobre lo que denominó “la subjetividad y la autonomía”, partiendo de la idea de que el ser humano existe sobre la base de la subjetividad, de la elección particular, más allá de las conductas. Dijo que de este modo: elección tras elección, se construyen los procesos subjetivos para cada sujeto sobre qué es el mundo. Si en la clínica no se tiene en cuenta esto se deja de lado la dimensión humana. Es notable que en la psiquiatría clásica se tuviera en cuenta muy tardíamente la particularidad de lo mental en el niño. En el siglo XIX se usaba un término general “idiocia” para lo que correspondería a un diagnóstico en la clínica infanto-juvenil. No fue hasta el siglo XX que se empezaron a definir otros términos como esquizofrenia o autismo. En concreto, con relación al autismo, los manuales de diagnóstico recientes han pasado de considerarlo una enfermedad del desarrollo a un déficit cognitivo, deslizamiento que hace notorio lo difícil que resulta evaluar la dimensión subjetiva en el ser humano en la medida en que no es cuantificable.

Pasó a continuación a hablar específicamente de la dimensión subjetiva en el tratamiento con el niño autista. Diciendo que las palabras no nombran exactamente las cosas, las representan, y producen un desajuste en las relaciones de lo que llamamos orden simbólico: entre la imagen, la palabra y la cosa; la organización de la construcción de la realidad subjetiva. Para el sujeto autista el orden simbólico es un problema, hace un uso literal (no representativo) de la imagen, de las palabras y de las cosas. De este modo,el otro que le habla le resulta imprevisible. Es especialmente importante en el trabajo clínico con estos sujetos que el terapeuta tenga en cuenta sus defensas sin ser intrusivo, tenga en cuenta sus invenciones de la construcción de la realidad para que se pueda producir un verdadero diálogo con el otro y no un simple parloteo.

En la segunda mesa, dedicada ya a la práctica y lo que de ella podemos aprender. Patricia Lombardi, Psiquiatra y Psicoanalista del CSMIJ de Nou Barris, nos habló sobre la ética en la clínica de los CSMIJ. La posición ética del terapeuta en estos dispositivos implica sostener el trabajo con los niños, demostrarles que se da valor a su palabra. Teniendo en cuenta que siempre existe una hiancia entre la demanda (familiar, escolar) y el deseo del sujeto. Trabajó tres ilustraciones clínicas que sirvieron para situar con detalle y rigor la clínica con niños hoy.

Eugenio Díaz, Psicólogo y Psicoanalista de la Fundació Cassià Just, nos habló de las lógicas de la intervención con niños y adolescentes. La que llamó lógica del problema-solución, que puede resultar muy terrible si convoca a la inmediatez y a la segregación. Y la lógica de la cuestión-respuesta, propuesta que se mueve dentro del terreno de la dialéctica y que apunta a la vivificación del vínculo y a promover el tiempo de comprender en lugar de la prisa por concluir o dar soluciones rápidas. De su experiencia del trabajo en red extrajo algunas conclusiones sobre el trabajo de “construcción de casos”, que definió como una conversación entre profesionales que se ocupan del niño o adolescente en diferentes ámbitos, y donde se trata de que frente a los problemas se pongan en marcha tres cuestiones: la primera es que las personas que intervienen deseen ir más allá del propio problema, pretendan explorar posibilidades. La segunda es que exista la suposición de que cuando hay problemas también hay un sujeto que sufre. La tercera es que se puedan producir acciones orientadas que no cronifiquen el problema ni tampoco lo hagan caer en el olvido.

Se trata de poner en marcha un no saber compartido que habilite un proceso con acciones compartidas que se revisan.

Por último Chelo Cuevas, Pedagoga de la Institución Balmes nos habló de su inicio en este nuevo servicio SEETDIC (Servei Educatiu Específic per a l’alumnat amb Trastorns del Desenvolupament i de la conducta), explicó que desde una posición de exterioridad coordina el trabajo con la red escolar y otros dispositivos en casos de chicos que presentan TGD (trastorno generalizado del desarrollo) y/o TC (trastorno de conducta). En primer lugar, señalaba que se trata de trabajar con un sujeto y no con un niño objeto del saber de los especialistas. Señaló como fundamental el consentimiento del profesional para recoger lo particular que aporta cada niño para poder poner en marcha algo del vínculo social. A menudo la expresión conflictiva del comportamiento tiene que ver con la expresión de sentimientos de indignidad y de injusticia en relación con el mundo, como un modo en el que expresan su rechazo. Nos habló de su trabajo en la institución, de la complejidad de los chicos y las familias con las que tratan.

Se realizaron dos talleres simultáneos, sobre “qué ética y pragmática del acto clínico” y “qué ética y pragmática del acto educativo”. Recogiendo los puntos de vista expuestos en las mesas se llevaron a cabo discusiones en ambos talleres que resultaron muy participativas y enriquecieron el trabajo del día.

La clausura estuvo a cargo del Dr. Larraz, Director médico de los Servicios de Salud Mental del Sagrat Cor, quien hizo un desarrollo sobre la cuestión del trabajo clínico centrado siempre en la persona del paciente, punto fundamental y común de cualquier paradigma clínico, para que el narcisismo del terapeuta no se convierta en la brújula que oriente el caso.

Se finalizó, tal como estaba previsto, con una actuación musical a cargo del coro del Área Infanto-Juvenil, que pone sus voces a disposición de las invenciones de los chicos y chicas que han estado trabajando en el taller de música del Hospital de Día de Adolescentes de Martorell.