Aproximaciones*. Hebe Tizio (Barcelona)

Si bien existe la cadena asociativa el psicoanálisis nace en relación a eso que no habla a nadie. Hay que recordar que Freud abre su camino ante la detención de las asociaciones y se reencuentra con ese problema, de diferentes maneras, a lo largo de toda su producción. Sin duda que el análisis permite una formalización, introduce un orden, pero justamente por eso Freud encontró el ombligo del sueño, y Lacan un real sin ley.

Lacan, en el Seminario X (1), deja planteado que el síntoma no llama a la interpretación porque aloja un núcleo de goce autista en su seno. Con esta afirmación separó el síntoma de las formaciones del inconsciente y del desciframiento. Los efectos de esta operación tocan la estructura misma de la experiencia analítica.

Porque si el síntoma se satisface solo, ¿cómo lograr que se dirija al Otro, cómo hacer para que se enganche con las palabras en la experiencia analítica? El dispositivo analítico es un artificio para lograr que algo de lo sintomático entre en el discurso. Se halla en juego así la problemática palabra/síntoma, es decir, semblante/real, porque el síntoma implica que eso que goza rechaza producir sentido. Ese rechazo da cuenta de un no querer saber porque es una defensa frente al goce, defensa que deberá ser molestada cuando se haya producido el tiempo de discurso necesario. La relación del discurso analítico y el semblante me ha llevado a ver qué dimensión del semblante se halla en juego en cada momento del análisis para comenzar a aproximarme al tema en el postanalítico. Para ello he seguido la orientación del curso de Jacques-Alain Miller.

El inicio de la experiencia analítica implica el establecimiento del artificio productor de sentido que es el sujeto supuesto saber. Es el momento de exploración del inconsciente y de sus formaciones donde se desenvuelve la creencia en el sentido del síntoma y en su desciframiento. Esto vela el hecho de que el síntoma se sostiene de lo que no habla (2).

Cabe decir que, en ese momento del análisis, el semblante se confunde con la realidad y el síntoma se entiende como una formación del inconsciente. El sujeto supuesto saber es una construcción bajo transferencia que posibilita que a lo largo del tiempo de la cura se teja un saber con efectos de verdad que Lacan define como una elucubración. El argumento fantasmático, la ubicación del objeto en juego, la pérdida de goce… La cuestión es si se llega a encontrar satisfacción en el síntoma, y si eso es así quiere decir que hay algo del funcionamiento de los semblantes en “la buena distancia” con lo real.La verdad tiene estructura de ficción, es una verdad mentirosa pues es una elucubración de saber sobre el modo de goce.(3)

Hay que recordar que en una de sus acepciones el término elucubrar significa “trabajar velando”. Esa es la manera de avanzar en el análisis, sin embargo, es un avanzar haciendo giros para construir el borde de la verdad mentirosa de la que se testimoniará, si es el caso, en el pase.El pase tiene una dimensión de semblante(4) y permite ver en el relato cómo se han construido las ficciones, a qué se le ha dado valor de verdad, de qué manera se prueba su impotencia para resolver lo real y se calibra su incompletud.

En un trabajo anterior(5) señalaba la diferencia entre historia y relieve, es decir, no es tanto lo que se cuenta sino lo que se muestra de un funcionamiento que deja su relieve evidenciando que el mismo es el producto del recorrido. De esta manera el testimonio enseña por las vías que traza.

¿Cómo funcionan los semblantes en el postanalítico? Lacan orientó el trabajo hacia la Escuela tanto en el pase como en la enseñanza. Se trata de un saber puesto en juego, saber expuesto, que permite seguir trabajando el síntoma. Pero no es el saber que profiere el enseñante, por eso Lacan se interroga “…de dónde viene eso, esa enseñanza cuyo efecto soy” (6)

La Escuela es el Otro que por ahora conviene al psicoanálisis, un semblante que se hace trabajar alrededor del agujero forclusivo: no hay la definición del analista. Es lo que Lacan señaló cuando preciso que se halla en juego un real que produce su propio desconocimiento.Lacan habló en su seminario de su posición de analizante de su no quiero saber nada de eso. Con esto formula claramente la relación semblante /real en la enseñanza “Trazar vías, dejar trazas de lo que se formula, eso es enseñar, y enseñar no es ninguna otra cosa que girar en redondo” (7) Es verdad que al final no se cuentan más hystorias sobre el goce porque ese enigma se ha vuelto operativo. Cuando lo obtenido no es ya susceptible de ninguna transformación igual hay que seguirlo trabajando para mantenerlo habilitado y eso sólo se hace si hay transferencia en juego.

Se trata de saber hacer con eso por otras vías. La incompletud implica un estilo de vida que la practique. Lo que quiere decir que incluya una pragmática para hacer productivos los agujeros. Tiene efectos subjetivos descubrir que el psicoanálisis tiene estructura de ficción. Eso permite extraer todas las consecuencias de la estructura de ficción de la verdad(8) y establecer la distancia entre verdad y real. La posición del analista implica hacer funcionar el semblante, mantener el vacío es saber hacer de objeto sin serlo lo que permite tratar el goce. Si eso se puede hacer se produce una autorización en acto que se renueva cada vez que se instaura y se sostiene la experiencia analítica. Si el analista sinthome está soportado por el sinsentido(9), si es un instrumento para hacer cortes suturas, empalmes, es porque ha podido percibir su modo de goce singular como fuera de sentido. Pero también, porque desde ese punto mantiene su transferencia con el psicoanálisis.

Miller señaló que: “Lacan ha tratado de demostrar un teorema post-analítico según el cual la práctica del psicoanálisis produce de manera necesaria el desconocimiento, la méconnaissance, del discurso analítico” (10). Los analistas abjuran, turbio rechazo, de lo que aprendieron como analizantes. La hipótesis del rechazo se basa en razones estructurales pues para dar lugar al inconsciente del analizante el analista debe cerrar el propio. Sin embargo, cabe un matiz y es la distinción entre cierre operativo, si se puede decir así, y las distintas modalidades del rechazo.

El camino del postanalítico tiene todo su interés porque es la reactualización del fracaso en atrapar lo real y es eso lo que se practica en el tratamiento del sínthoma por otras vías. Embrollos, tropiezos, satisfacciones, son los diferentes nombres de las distintas aproximaciones del semblante y lo real.

Notas:1-. Lacan,J. Seminario X.Paidos. Buenos Aires. 2006

2-. Miller,J.A. Curso 17.12.08

3-. Miller, J.A. Curso 21.1.09

4-. Miller,J.A. Curso 22.11.06.

5-. Tizio,H "Enseñanza de pase II" En El Psicoanálisis

6-. Lacan,J. Seminario XX. Paidos. Buenos Aires. p.38

7-. Lacan,J. Seminario XXV. 10.1.78

8-. Miller,J.A. Curso 14.1.09

9-. Miller,J.A. Curso 17.12.08

10-. Miller, J-A. "Introducción al postanalítico" En “El peso de los ideales”. Eol. Buenos Aires. 1999. pp24

* Extraido de PAPERS Nro. 3, Juillet 2009 – Association Mondiale de Psychanalyse. Bulletin Electronique du Comité d'Action de l'École-Une. Version 2009-2010. Con la amable autorización de la autora.