Wolinski ¡santo súbito! por Jacques-Alain Miller (París)

 

 

Desde París, martes de enero 2015, 23 hs.

The Massacre at Paris! Título de Christopher Marlowe. El inglés le debe la palabra al francés. ¡Cocorico! Se lo refiere a partir de 1580. La Saint Barthelemy es de 1572. Es el sujeto de la obra. Chereau la puso en escena hace tiempo, viajé a Lyon, fue fantástico, aun puedo ver los altos decorados híbridos, que mezclaban el Renacimiento con la Revolución industrial, de Richard Peduzzi (un amigo).
La reciente masacre en París hace cacarear al mundo entero. En época de Lacan, "el discurso universal", como lo llamaba él, se consideraba una abstracción o un postulado, o una suerte de idea reguladora. Y bien, de virtual que era se ha vuelto bajo nuestros ojos actual, o incluso actualidades. ¿Y allí, qué dice? Estamos muy lejos de ese "reino de los sutiles" concebido por Kant, donde confluían todas las buenas voluntades. Esta famosa "voz de la razón”, que según Freud terminaría siempre por hacerse escuchar –es el acto de fe de las Luces– nos cuesta percibir su murmullo en el estruendo del ambiente. Quisiera que el filósofo encuentre en la lectura del diario su plegaria matinal, pero el clínico, debe constatar que Clio es un personaje en busca de autor, y que sufre de la enfermedad de las personalidades múltiples.
No encuentro a nadie que esté de acuerdo consigo mismo
El presente asunto está muy embrollado. Terrorismo, islam, islamismo, islamofobia, muerte a los judíos, libertad de expresión, libertad de pensamiento, derecho a la blasfemia, respeto por la religión, choque de civilizaciones, suicidio francés, voluntad divina, voluntad de poder, valores republicanos, derechos del hombre o de la Oumma. Las opiniones tironean cada una para su lado. Incluso no encuentro a nadie que esté completamente de acuerdo consigo misma. ¡Qué mezcolanza! ¡Qué cacofonía! Y también ¡qué qui...bo! Creeríamos estar en un momento de "pelea en el salón" de un western a la antigua.
Se esperaban motines en tierra del islam. Algunos muertos aquí y allá. Están resignados. Nadie cuenta más. Pero sorpresa, Su Santidad el papa, sin embargo en ayunas, que amenaza de sopetón, con su falso aire de Fenandel, con "darle un castañazo" al tipo, como dicen en Courteline, si el desdichado, que ni lo piensa, le falta el respeto a su madre. Es para reírse, por supuesto, para hacerse comprender. Es latín, eso, el llamado a la madre para significar intocable. También lo encontramos en Albert Camus.
Y para coronar todo, la transfiguración de Charlie, "diario irresponsable", en símbolo del Espíritu del mundo (Weltgeist de Hegel), ver del Espíritu santo. Cuando los judíos dejados a su suerte, adoraron el Vellocino de oro, ya no era algo muy brillante para un pueblo elegido. Vean ahora a la mitad de la humanidad devota de los misterios de Eleusis, celebrando una suerte de falo completamente loco. ¿Hola? No pero… ¿hola qué? ¿Es una ópera satírica? ¿un episodio de Pantagruel? ¿de Signé Furax? ¿de los Monty Python? o ¿simplemente un jugada que nos hace el príncipe de las Tinieblas? ¿Quien arregla, quien escenifica todo esto? ¿Sade? ¿Satan? ¿Sollers? Si es la Providencia, entonces ¡Dios es Charlie!
¿Renacerán en el "campo de las estrellas" ?
Señalé hace algunos días que la cubierta verde de Mahoma llorando hacía presagiar la derrota de la línea pulsional, y el esbozo de un giro sublimatorio. Hoy estamos en eso. Eso sublima a todo vapor en torno de los ataúdes, idealiza, estetitiza a muerte. Vean la tapa de Elle. La paloma de la paz sostiene en su pico en lugar de la rama de olivo, un lápiz… El pájaro blanco sin mirada, con el párpado cerrado volando… se eleva sobre un fondo azul claro, inmaculado.
Se peticiona la entrada de los difuntos en el Panteón. Por espíritu demagógico. Arrabal reclama para ellos el premio Nobel. Se espera ahora las manifestaciones en la plaza Saint-Pierre a grito de "Wolinski santo súbito! Se dice que un asteroide mañana será bautizado con el nombre de Charlie, quien abatido en la Tierra, renacerá de este modo "en el campo de las estrellas" (Victor Hugo) –y tal vez incluso las stars, si Hollywood no cede a los djihadistas.
Nada ilustra mejor el giro sublimatorio de Charlie que el relato que pudimos leer hace tres días en Le Journal du dimanche. La viuda de Wolinski, la bella Marysa, entró en su oficina. "La habitación tenía una aureola de dulce penumbra". Ella vio "pegado en la pared" ese dibujo. Hizo de él "el último dibujo de Wolinki".
Continuará
Publicado en Lepoint.fr el 22 de enero de 2015.
Traducción Silvia Baudini