Un nuevo modo de pensar la desinserción social*. Vicente Palomera (Barcelona)

El estudio temático, diferencial, gradual de las situaciones subjetivas de exclusión social, nos lleva necesariamente a un nuevo modo de pensar la desinserción social (...) y mostrar la dimensión subjetiva presente en esos fenómenos de precariedad y de exclusión, en las modalidades de inserción y de desconexión de la trama social (...) Al hablar de una “clínica y pragmática de la desiserción” partimos de las dificultades propias de quienes consultan después de haber perdido, o a punto de perder, sus vínculos familiares, de amistad o de trabajo, llegando a veces hasta la autoexclusión. La clínica de la desinserción nos enfrenta con esa zona donde la soledad del sujeto cae bajo los efectos dramáticos de la de la precariedad de los vínculos sociales, unos efectos que se aceleran en nuestra época donde la influencia creciente del individuo ha hecho de éste su norma

(...) La desinserción responde tanto a una clínica de la dependencia del S1 como a la dependencia de un objeto que alienan al sujeto en el Otro. Nuestro programa de trabajo apunta a indagar las formas contemporáneas de la angustia que revelan ser una contrapartida a la vacuidad del sujeto, una vacuidad que puede ser proporcional a su desinserción del Otro o, como lo señaló Lacan, a la reducción del Otro al Uno (...). Por tanto, en nuestro trabajo de elaboración apuntamos a encontrar una envoltura formal que pueda acoger las distintas versiones de la desinserción, ya sea en su “vertiente S1” o en su “vertiente objeto a”. En algunos casos, la desinserción puede ser rechazo del Otro, puede ser también una elección del sujeto, una precariedad elegida, como cuando la realidad social desinserta la realidad psíquica. En otros casos, la desinserción puede ser la consecuencia de una desidentificación, un rechazo del saber que puede imaginar ser un modo de hacer vínculo (como la novela Truancy de Isamu Fukui).

(...) En definitiva, el síntoma que se dirige al psicoanálisis siempre suelen implicar alguna forma de desinserción social, una desconexión del sujeto respecto de los demás, desconexión que puede ir desde el leve sentimiento de no ser comprendido hasta la misión salvadora delirante que desconecta al sujeto del otro; desde una desconexión vivida como algo irreversible, hasta el aislamiento del creador frustrado; desde la llamada “fobia social” hasta la asocialidad del neurótico que no logra que su síntoma llegue a los agentes sociales supuestamente concernidos. Puede abarcar desde los refinamientos de la seducción histérica hasta los laberintos que aíslan al obsesivo en su fortaleza narcisista (...) en la literatura analítica, sin duda, el "hombre de los lobos" merecería ocupar un sitio privilegiado en nuestra investigación sobre la clínica de la desinserción.

De otro lado, el comentario de Lacan sobre el suicidio de Moritz en "El despertar de la primavera" nos sitúa en la pista de la increencia adolescente. Hacer un uso del término desinserción en sujetos identificados a la función social de desinserción puede ayudar a estudiar nuevas figuras del vagabundo como el punkabestia, donde el perro como objeto ocupa un lugar central. En este recorrido nos situamos a favor del síntoma y de transmitir a nuestro que todos estos comportamientos son racionales y se puede incidir sobre ellos. Es por esto que se trata de construir junto a la "clínica de la desinserción" una "pragmática".

* Resumen de la conferencia de Clausura de los SÁBADOS DE LA ORIENTACIÓN LACANIANA. NOVEDADES EN PSICOANÁLISIS APLICADO."Hacia el Encuentro Europeo del Campo Freudiano PIPOL 4", Septiembre de 2008. Más información en: http://ri2009.champfreudien.org/