Un motivo para alegrarse

En este mundo, y en este momento tan oscuro y desesperanzador, tenemos una buena noticia: acaban de otorgarle el premio Nobel de literatura a una mujer norteamericana, Louise Glück, autora de muchas obras de poesía y novelas que previamente había recibido tres de los premios de literatura más importantes de EE.UU. Dentro del mundo angloparlante ella es muy conocida, si bien podríamos decir que su obra es muy discreta.

La buena noticia es doble porque, además de la concesión del nobel a una mujer, nos encontramos con una mujer que estuvo muy enferma de anorexia, que ha estado ingresada por la gravedad de su situación y que después de muchos años de tratamiento salió de la enfermedad gracias al encuentro con una psicoanalista lacaniana. Louise G. dice que su analista le enseñó a pensar y a situarse en el mundo.

Leí en la prensa artículos titulados “Glück y el psicoanálisis” o “la Nobel y el psicoanálisis”, que me parecen una muy buena noticia porque no es frecuente que los medios nos elogien y, en este caso, por sus declaraciones. El relato que ella hace de su historia podría ser el de una de nuestras analizantes por la forma como habla de aquello que la ataba, fundamentalmente la relación con su madre, de la que finalmente pudo separarse e iniciar otra vida por fuera de la desgarradora enfermedad. Como hemos dicho, salió de la enfermedad gracias a su analista, “que le enseñó a pensar” y a la escritura. La escritura fue lo que la sostuvo y desde entonces se dedica a la poesía, a la narrativa, y también es profesora en la universidad.

Louise G. tiene una prosa muy ligera, casi minimalista, dice lo que tiene que decir con pocos adjetivos y mucha transparencia. Es muy buena, para mí fue un descubrimiento. Creo que tanto en nuestro mundo europeo como en el de latinoamérica no es muy conocida. En ese sentido, la concesión del Nobel nos va permitir conocerla mejor.

El presidente del comité del premio Nobel, Anders Olsson destacó “su inconfundible voz poética que con austera belleza universaliza la existencia individual”. Se trata de una voz que explora los aspectos sombríos sin abandonar la luz de la esperanza.

Fue distinguida por su obra “sincera e intransigente”, que aborda con ingenio las relaciones familiares, el amor, el dolor y la muerte. En su larga trayectoria, Louise Glück escribió una docena de libros, entre ellos Ararat, Averno y El iris salvaje. Como hemos dicho, es reconocida como una de las poetas contemporáneas más destacadas de lengua inglesa, y su obra ha recibido numerosos premios, entre ellos el Pulitzer, el National Book Award y la Medalla Nacional de Humanidades en Estados Unidos.

Recomiendo la lectura de sus obras, a modo de ejemplo, he escogido un poema (para mí no fue fácil elegir) titulado “El Vestido”, del libro Vita Nova de 1999:

Se me secó el alma, 
como un alma arrojada al fuego,
Pero no del todo,
No hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada
no por la soledad sino por el deseo
el resultado de la violencia.

El espíritu, invitado a abandonar,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debo decir,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar 
en el amor de otro ser?

Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido 
Grande
Para ella.
Y cuando recuperé la esperanza, 
era una esperanza completamente distinta

 

Espero que la lectura del poema tenga como efecto el deseo de conocer sus textos. Espero, también que esta relación entre anorexia, psicoanálisis y cura trascienda y que podamos investigar sobre la autora, sobre el análisis y su solución literaria.