Amor a las basuras. Vicente Verdú (Madrid)

En 1857, ocurrió la primera crisis financiera importante en Estados Unidos. Se inició con el hundimiento del Ohio Life & Trust y se extendió por todo el país, quebrando 1.415 instituciones bancarias. Las acciones cotizadas en la Bolsa de Nueva York disminuyeron hasta 75% de valor y poco después las dificultades llegaron a Europa donde incluso se fue a pique el primer banco de Inglaterra, el Overend, Gurney & Co.

Por esa época de adversidad y malestar escribía Flaubert: "Debemos gritar contra los guantes baratos, contra los sillones de escritorio, contra el impermeable, contra las estufas baratas, contra la tela falsa, contra el lujo falso (...) ¡La industria ha generado fealdad en proporciones gigantescas!" (Correspóndanse) Los precios de todos los productos no habían dejado de bajar a lo largo del siglo XIX a causa de las nuevas tecnologías pero ningún periodo fue más deflacionario que el de 1873 a 1896 en que, en Gran Bretaña, los precios de las cosas bajaron hasta en un 40%. A la manera que se ha sentido en los últimos años del low cost las mercancías y los servicios tendían relativamente a no valer nada pero, a diferencia de ahora, no se había producido el fenómeno general de la gran rebaja en la calidad, a pesar de que Gustave Flaubert se declarara alarmado.

Entonces, todo lo físico y moral tendía, aunque lentamente, hacia la cultura industrial pero distaba mucho de parecerse a la basura, física y moral, política, educativa y municipal que se ha alcanzado en nuestros días. Y al respeto que, además, merece. ¿Regreso a la fase anal? ¿A la fase infantil del psicoanálisis?

El culto a las basuras en la cultura de la posmodernidad forma parte de una tendencia que ha llegado a los bonos basura y las hipotecas subprime después de haber pasado por la moda del grunge, el arte povera, la pintura del residuo, la inspiración de los diseñadores en los harapos del suburbio, el hip-hop o el rap, las tiendas de ropa usada, las cadenas de comida basura, la telebasura, las redes de supermercados chinos. ¿Cómo no iríamos a parar a este colosal vertedero, económico, social, moral y financiero?

From: http://www.elboomeran.com/blog/11/vicente-verdu/

Con la amable autorización del autor.