RESONANCIAS DEL SEGUNDO CONGRESO EUROPEO DE PSICOANÁLISIS. PIPOL 6: “DESPUÉS DEL EDIPO LAS MUJERES SE CONJUGAN EN FUTURO”. Renata Cuchiarelli y Betina Ganim*

Día 6 y 7 de julio en Bruselas, un acontecimiento donde la transferencia de trabajo hizo su juego entre las mesas simultáneas del sábado, bajo el eje “El caso, la institución y mi experiencia del psicoanálisis” y la plenaria del domingo.

Esta última estuvo dedicada al tema que reunía al Congreso: “Después del Edipo las mujeres se conjugan en futuro”.

Esta reseña pretende transmitir solo algunas resonancias que produjeron en nuestra escucha, lo que se abordó allí en torno al más allá del Edipo y de la brújula femenina.

LANZAMIENTO
Luego de la sorpresa artística que abrió el Congreso, con la acertada performance de Tomassenko y su culto al sinsentido, se dio lugar al Lanzamiento, a cargo de Gil Caroz, Presidente de la Euro Federación de Psicoanálisis.

Caroz parte de una tesis en su presentación: que el fin de un análisis es lo que explica un nuevo modo de relacionarse con lo femenino. El psicoanálisis no solo observa el malestar en la civilización, sino que es actor.

Es claro que la lógica del mundo femenino, visto desde la lógica fálica, es un problema. Pero el problema incluye su propia solución. Lo femenino eclipsa lo varonil; eclipsa lo “sin-límite”.

Ante la irrevocable caída del padre, es la brújula femenina lo que reina y lo que se explorará en esta Plenaria.

Se le da la palabra a Isabelle Durant, Vicepresidenta del Parlamento Europeo, ecologista y política belga, quien se pregunta qué interés puede tener su presencia allí. Comienza también con una hipótesis: que las causas y los efectos estarán muy vinculados en torno a esta cuestión, pero ¿cómo?

Ejemplifica sobre la lógica patriarcal que ha ocupado la primera plana en todos los ámbitos políticos ¿qué ocurre cuando eso se feminiza? ¿Hay una pérdida de la imagen de la profesión cuando se feminiza? ¿Si estas profesiones tan vinculadas a lo viril se feminizan, pierden valor simbólico?

La apuesta es la feminización como brújula –no las mujeres. Esto es fundamental para evitar extremismos como el “feminismo”. Porque la cuestión no es quién nos dirige sino que siendo mujer u hombre se pueda ser líder sin arrogancia.

Tampoco se trata de que las mujeres se transformen en hombres, dice Durant, sino de darnos cuenta de que antes de ser hombre o mujer, se trata del “ser político”.

Una vez que nos demos cuenta de eso, tal vez podamos plantear la feminización de la sociedad.

Es que se trata de la relación al Otro. La erotización de la política implica refundir la relación con el Otro.

A esta brújula femenina también se le opone toda una organización que emprende su lucha contra esto, lo cuestiona y lo pone en peligro.

Más allá de los derechos sociales, está repuntando en Francia un cierto “puritanismo”; una oleada puritana que considera la feminización como una amenaza, que se verifica en presiones de todo tipo.

Esta feminización entra de forma más indirecta, de abajo, de realidades diferentes.
Durant considera que esto va para mejor. No se trata de si es bueno o malo, sino de que va para mejor.

Ese tratamiento horizontal que da la brújula femenina no excluye su firmeza; hay resultados sólidos, y eso es lo que le interesa a Durant.

El planteo feminizante es que tanto los hombres como las mujeres pueden ofrecer un futuro mejor, más justo, más aceptable. Que la calidad prima sobre la acumulación.

Continúa Leonardo Gorostiza, Presidente de la AMP, haciendo una breve introducción del tema.

Propone que en la fórmula “más allá del Edipo” está presente otra dimensión que la del espacio; porque la referencia es temporal, y supone un punto de referencia que señala un horizonte y muestra sus confines.

Mientras que decir “después del Edipo”, implica decir que estuvo y que ya no está; que ya es cosa del pasado y que ese retorno al pasado es imposible, ya que no hay reversibilidad del tiempo.

Esta referencia al tiempo -aludida en la segunda parte del título- resulta esencial porque cuestiona toda ilusión de eternidad, de inmutabilidad, resaltando lo que en nuestra práctica de discurso realizamos, operando incesantemente una reversión temporal que precipita el presente en el pasado, y nos hace creer que lo que pertenece al futuro ya está inscrito en el pasado.

Así, la fórmula “después del Edipo” no sólo describe la declinación del padre de la tradición, sino que incide en la práctica del psicoanálisis y en sus conceptos fundamentales. Gorostiza ejemplifica con el concepto de “inconsciente”, el que ya no se reduce al inconsciente freudiano -como un saber eterno destinado a la repetición de lo mismo. Después del Edipo se trata del inconsciente lacaniano: el inconsciente real, un inconsciente abierto al futuro y a la invención. Un inconsciente donde el tiempo, ya separado del espacio y coincidiendo con el instante del acontecimiento, deviene real.

¿Y del cuerpo? Las mujeres se conjugan en futuro. ¿No podríamos acaso afirmar que el inconsciente real implica una feminización del inconsciente? En este sentido, hacia el final de su enseñanza, Lacan definió al inconsciente como un conjunto abierto, es decir, afín a la lógica femenina. Desde esta perspectiva podemos hablar de una feminización del síntoma y del padre -recordamos que el padre después del Edipo ya no es sino un síntoma.

En el momento crucial de su enseñanza, Lacan hizo explícito su concepto del Edipo y del padre freudiano, y caracterizó de un modo casi idéntico a la mujer devenida allí como más verdadera y más real, y al síntoma. Ambos, en su naturaleza, son goce: no les falta nada y se bastan así mismos.

Es decir, que la feminización del mundo a la que asistimos, con la presencia mayor de mujeres en ámbitos públicos y sus formas de liderazgo, también es y debe estar acompañada por una suerte de feminización de nuestros conceptos psicoanalíticos.
A eso nos abre el camino la última enseñanza de Lacan, y esta brújula llamada pase. La brújula que asoma, donde puede tener lugar la invención necesaria para la clínica de después del Edipo.

Conmovida la espacialización del tiempo, presente en la estática del fantasma, puede revelarse para un sujeto que la necesidad de su síntoma en el aparente retorno de lo mismo, no nació sino de la contingencia de un encuentro.

Lo que el psicoanálisis descubre es que no hay una forma de goce más acorde y más normal que otra. Que una forma de goce es simplemente diferente con respecto a otra; y que asumir este lugar de la diferencia -como principio lógico y ético- es ya una condición preliminar para prevenir la violencia que siempre hay contra lo diferente.

En este sentido, las mujeres encarnan cada una la diferencia en cuanto tal, una diferencia absoluta.

Y para la orientación lacaniana la defensa de la causa femenina converge entonces con la defensa de la diferencia del goce singular de cada uno, y no se confunde con la igualdad de defensa de hombres y mujeres.

Si las mujeres encarnan la diferencia absoluta, por ello mismo se conjugan en futuro, en el futuro de una diferencia por venir, una diferencia siempre por inventar -como deberíamos hacer en nuestra práctica, reinventando el psicoanálisis cada vez.

Jacques Lacan ha sido incomparablemente femenino poniendo una y otra vez toda su enseñanza en cuestión y reinventándose a sí mismo. Lacan tenía una peculiar relación con el tiempo. Estaba casi de manera constante en el presente pero con una pequeña anticipación; es decir, que se trataba para él siempre del futuro, pero no de la posteridad.

“Estimados colegas -nos implica Gorostiza- si Lacan anunció en el final de su enseñanza que no hay ciencia de lo real, solo queda entonces decirles, psicoanalistas un esfuerzo más para intentar estar siempre en un presente abiertos al futuro, un esfuerzo para hacer que esta práctica sea un poco más femenina”.

LA CLÍNICA DESPUÉS DEL EDIPO
Eric Laurent: “La clínica de las Unas-todas-solas”

Eric Laurent toma el relevo, con su trabajo “La clínica de las Unas-Todas-Solas”. Se trata de la experiencia en singular. Esta apunta a Una por Una. En cambio, la clínica admite tipos diversos de síntomas. Pero Uno por Uno se encarna dentro de las clases, ya que los sujetos de un tipo son diferentes a los sujetos de otro tipo.

La psiquiatría contemporánea, la del DSM-V que salió en mayo de este año, es un conjunto de técnicas estadísticas que permiten (…) entre jueces, sin diferenciaciones en los fenómenos detectados.

El proyecto DSM está marcado por una toma de poder de los investigadores sobre los clínicos. El DSM-V marca una ruptura completa con la clínica. Es una lengua es perfecta, pero no dice nada.
El proyecto DSM se ampara en el cálculo, y lleva al abandono del paciente: a la calle, a la cárcel, a la medicación exagerada, etc. Una clínica del abandono; una clínica del “todos-solos”.

Esta frase de Lacan “todo el mundo delira” tiene que ver la ausencia de esas identificaciones fuertes.

El mandamiento superyoico es el sin límite: la “superyoización” del mundo. Y el sujeto está completamente solo.

El sujeto femenino se las arregla mejor con las exigencias del goce, por su tendencia erotómana. La apertura del campo sintomático es mayor que la masculina.

La cuestión femenina es que una mujer puede ser síntoma de otro cuerpo. El hombre es estrago de otro cuerpo.

Los hombres matan, golpean el cuerpo de las mujeres.

Las mujeres cambian las reglas del juego. La ley que les dio derecho a las mujeres, les dará herramientas para defenderse.

La travesía de lo femenino es doble: por un lado, afirma la singularidad Una por Una. Y a la vez supera la soledad así producida.

Respuesta a la pregunta del presidente de mesa
¿Qué hacen las mujeres con el goce? Todo lo que se considera de la horizontalidad, etc. Laurent opina que una mujer es el síntoma de otro cuerpo, no tiene adhesión con su cuerpo, entonces está ahí la cuestión del amor y la exigencia erotómanos.

Esa soledad femenina del Una-Toda-Sola es una soledad de la que se puede decir que No. El hecho de que hay una posición de soledad que no interviene en nombre de un colectivo, esa soledad puede tener un doble efecto: identificaciones masivas, identificaciones no segregativas.

Lo imposible, como lo que no cesa de no escribirse. Pero hay otra dimensión de lo real: la dimensión del trauma: el inconsciente como real.

El psicoanálisis es un encuentro de cada sujeto con aquello que en su historia no cesa de no escribirse.

EL OCASO DE LA PSIQUIATRÍA, ¿Y DESPUÉS?
Miquel Bassols

Tratamos hoy con el declive del mundo de relaciones organizadas por la función simbólica del padre y de su sustitución por una nueva distancia que actuará entonces como heredero de aquella organización. El heredero es el superyo, que con sus prohibiciones e imperativos ordenará el goce del sujeto en los diversos sentidos que tiene la palabra ordenar, de organizar, y de imponer.

El ocaso no indica un más allá del Edipo, sino más bien su propia pervivencia en el peso de una herencia que queda siempre por determinar. La psiquiatría parece desaparecer por el peso de una herencia que ella misma no puede determinar de una manera clara y precisa. Poco queda de aquella clínica del siglo XIX que ordenó las grandes entidades clínicas, poco queda de la que contribuyó en la primera mitad del siglo XX, a cierta función civilizadora, señalada en su momento por Jacques Lacan y de cuya clínica el psicoanálisis fue también heredero.

El siglo XXI ha determinado ya la disolución de la psiquiatría y de su práctica, como especialidad médica en el campo heterogéneo de las llamadas neurociencias. Es el objetivo manifestado por las instancias ordenadoras de la disciplina bajo la hegemonía del paradigma biomédico más reduccionista, dejar de lado las instancias clínicas, para dar lugar únicamente a los marcadores biológicos, signos del trastorno en el cerebro.

La integración de la psiquiatría y las neurociencias va a pasar a la progresiva reducción de la figura del psiquiatra a la de un gestor de la salud mental, y el objetivo explícito es no tener que depender del testimonio impreciso del aparato del sujeto sino de los únicos datos objetivos que la tecnociencia de la neuroimagen y los marcadores biológicos ofrecen al observador de manera aparentemente siempre eficaz.

La función del diagnóstico va más allá de lo que nos enunciaba el DSM, nombrando disfunciones neurológicas, en lugar de cuadros clínicos, el ideal será poder diagnosticar y tratar el trastorno sin la necesidad de intercambiar una sola palabra con el paciente. El objeto cerebro está en el cenit del horizonte cientificista. El objeto del tratamiento es llamado conectoma, definido a imagen y semejanza del genoma, definido como el mapa exhaustivo de las conexiones neuronales del cerebro.

De la estadística del trastorno propuesta por el DSM, se pasa así a la cartografía promovida por el sistema de maping cerebral de las funciones subjetivas en un nuevo uso. El elemento irreductible sigue siendo la semántica de dichos objetos, aquello que los convierte en singulares en la experiencia que cada sujeto tiene de ellos, y que no encuentra su cartografía.

La devaluación se convierte en sustitutos de los síntomas en la creencia de que la experiencia semántica no forma ya parte de la naturaleza del síntoma. En esta operación lo que queda obliterado no es sólo el sujeto de la palabra, sino el propio objeto mental que la clínica había borrado hasta ahora desde diferentes perspectivas.

La idea según la cual la causalidad y el sentido del síntoma podrían ser captados en una cartografía, en un maping del objeto cerebro, es un hecho tan delirante como el hecho de creer que podemos interpretar el sentido de un cuadro, a partir del análisis molecular de los pigmentos de su pintura y del lienzo que le hace de soporte. La reducción cientificista, el objeto mismo no está tomado más que por un objeto, en esta operación el objeto desparece al considerarse totalmente prescindible la dimensión del lenguaje y de la palabra que le dan su lugar.

El lenguaje se ha convertido para el nuevo modelo en un obstáculo, en una suerte de enfermedad, en un virus intrusivo que parasita el cuerpo biológico, y lo convierte en un trastorno en lo real. Concepción que no está alejada de la que Lacan pudo tener al final de su enseñanza, cuando sostenía que la palabra es un parásito, que la palabra es una lámina incrustada en el cuerpo, que es lo que aflige al ser humano.

“CUANDO HAY FEMENINO EN LA INSTITUCIÓN”
Alexandre Stevens

Freud nos da la estructura edípica de toda institución: el ejército y la iglesia, a partir de lo cual los individuos se identifican unos con otros.

Situémonos en las fórmulas de la sexuación, del lado izquierdo.

Lo mismo en toda institución que funciona de modo rígido: fuera del Uno, todos iguales. La idea de que todos deban someterse a la misma ley es propia de las instituciones.

Stevens no está de acuerdo con esto, pero es lo que orienta las instituciones de las TCC. Da el ejemplo de un psicólogo que había castigado a un niño en una institución, y al interpelarlo por su actitud, dijo “Eso lo manda el procedimiento”. El procedimiento es el Amo, y todos los sujetos deben acatarlo. De todas maneras, los psicólogos de las TCC también dicen que trabajan caso por caso, pero lo que manda es el procedimiento.

En nuestra práctica el saber no está del lado del “procedimiento”, sino del lado del sujeto, del lado de su invención –no de sus límites.

Lacan nos proveyó del Nombre del Padre como instrumento para entender la estructura de la institución. Pero -como señala Miller-, Lacan también se orientó por la singularidad del deseo en contra de la singularidad de la ley paterna.

La institución clásica es varonil. Las mujeres hoy lideran instituciones o participan en ellas. Esto modifica la rigidez de las estructuras, pero saben que el Nombre del Padre es un semblante.

Hay que decir también que algunas damas son de hierro… Una mujer puede ser también muy rígida, pero no siempre.

Ello no solo modifica la lógica varonil del funcionamiento institucional, en tanto una mujer puede ser el Nombre del padre, estar en su lugar.

Se trata de una lógica femenina en tanto una orientación en el No-Todo; no existen “todas iguales”, son una por una, una contingencia que orienta la singularidad del síntoma en cada caso.

El analista está en el lado de la mujer. En una institución, la lógica femenina permite ubicar lo singular en cada sujeto. Podemos ubicar el caso por caso en cada sujeto.
Stevens propone una institución por sujeto.

La IPA, fundada por Freud, tenía lo lógica del Nombre del Padre. En cambio, la EFP y la EFF fundadas por Lacan dejaron espacio a una lógica diferente. Dispositivos que hacen a la Escuela de la excepción paterna.

La Escuela avanza por la singularidad del No-Todo. Pero la institución puede fundarse totalmente en la lógica del No-Todo.

J.-A. Miller decía en Atenas, que en una Escuela dominada por lo múltiple, es necesario también un Uno, que es en un lugar exterior, la AMP.

Ninguna lógica de la inconsistencia puede funcionar sin lo necesario. La necesidad de que haya Uno que diga que No.

Una lógica del acto que no se equipara a un Ideal. Prescindir del Padre como Ideal, pero utilizarlo para el acto.

La lógica femenina que da lugar a la singularidad no deja espacio al límite fálico, pero no por ello carece de límites. Es lo que se inscribe del lado del Otro barrado, de una falta.

MUJERES HIPERMODERNAS
“EL AMOR EN LO FEMENINO”
Mercedes de Francisco

Uno de los efectos devastadores del capitalismo es tratar de homogeneizar y hacer equivalente la forma de gozar de hombres y mujeres, y de este efecto surge que las mujeres disputen los lugares a los hombres. El amor está íntimamente ligado al goce femenino, lo que explicaría lo que son capaces de hacer por amor. Goce femenino y amor están anudados.

De un lado tenemos la forma fetichista y parcial del lado hombre y por otro tenemos la forma erotómana del lado mujer; ahondar en esa diferencia sigue siendo tema delicado, ya que se nos acusará de darles argumentos al poder para mantener las desigualdades históricas. El problema es aceptar que no todo en ellas queda bajo la égida de la significación fálica y que este hecho se experimenta como un desorden en el mundo.

El capitalismo se aprovecha de ese goce de la mujer que la hace ausente de sí misma. La procreación asistida, el imperativo del igualitarismo con la oferta de la estética, son ejemplos de ello. La presencia del cuerpo de la mujer que se construye en un solo trazo alrededor de un vacío introduce en el mundo la diferencia. El rechazo de este goce femenino tanto del lado hombre como mujer, atraviesa la historia, la ruptura del vínculo y la degradación del amor son los signos del rechazo a lo femenino que el capitalismo impone con la homogenización y la fetichización de la mercancía.

La reducción del amor a un vínculo fugaz de mercado lleva cada vez más a la promoción del goce del idiota, que se aliena a los objetos, un goce alejado de toda marca singular, el tipo de amor erotómano en la mujer muestra la apertura a la palabra del Otro, es a través de la poesía como el hombre podrá hacer el amor con ella, y sobrepasar el goce fálico que lo sumerge en la contabilidad y que sintoniza con el afán de convertir el lazo amoroso en una iniciativa empresarial.

Es por ello que la acción del futuro viene de la mano de la lógica del no todo que acepta que no todo puede subsumirse a la significación, significación que siempre es fálica, que algo se experimenta en el cuerpo para lo cual no alcanzan las palabras pero que a través del amor provocan la escritura. El futuro para los seres parlantes, sexuados y mortales con respecto al lazo amoroso, se conjuga en femenino tanto para ellos como para ellas.

PALABRAS FINALES
La experiencia del congreso nos ha convocado a participar como analistas que una vez más nos enseña, nos retorna y nos hace trabajar sobre nuestro lugar como analizantes. El siglo XXI nos invita a ser activos, a tomar posición en el campo del lenguaje así como en el de la política, política que siempre refiere una ética, la de hacer existir el deseo. Única brújula que puede ordenar el imperativo de goce hiper-moderno. Escuchamos diversos testimonios, testimonios brújula de un porvenir que clama a los psicoanalistas a ubicarse respecto a estos nuevos saberes de un modo particular, que deje huella en la diferencia.

*Miembros Corresponsales de CITA