Punto Vivo. Enseñanzas del Pase en la Comunidad de Catalunya
Un sueño es un despertar que empieza fue el título con el que dos analistas de la Escuela, Lucía D’Angelo, AME y AE (1997-2000), y Marta Serra, AME y AE (2017-2020), el pasado martes 12 de marzo, presentaron, en la sede de la CdC, sus respectivos trabajos en el marco del espacio Enseñanzas del Pase. Éste, con cierto tono innovador, se sostenía de un planteamiento que lo introducía: “la única teoría que nos importa es la extraída de la práctica. Cada una de ellas debe pasar sus poderes y sus logros a la otra. Es algo que aprendimos con Freud y Lacan. Ambas deben resonar entre sí”.
En esta ocasión, lo que supieron transmitir fue una enseñanza de lo que, desde los puntos vivos de su experiencia, atravesando el trabajo de los sueños en sus respectivos análisis, había producido una extracción de saber.
Lucia D’Angelo se apoyó, como punto de partida, en el momento del trauma y desarrolló su relación con la sexualidad, lo real, el goce y la angustia. En su recorrido explicó que la pesadilla escapa a la censura, y el sobresalto del despertar evita que el deseo del sueño se realice. El traumatismo del goce se ubica en el borde, sin esperanza de alcanzar lo real por la representación. El tratamiento no pretende taponar el acontecimiento traumático sino bordear, con el sentido, el agujero del trauma. En el punto de Real imposible de reabsorber en lo simbólico, aparece la angustia.
Marta Serra tomó dos sueños, uno de la entrada y otro del final de su análisis, que apuntaban a leer desde otro lugar, con lo que un nuevo decir era posible. Si bien en su elaboración del primero trató de localizar el enigmático significante causa de goce; fue al final cuando vino otro sueño (S2), que hizo del primero un S1, y del cual pudo emerger una nueva lectura ya vaciada de pathos. Se trataba ya de un sueño alegre que animaba “otro decir”.
Destacaron algo sobre cómo tratar los sueños en la orientación lacaniana: El desciframiento de un sueño es ya un nuevo cifrado dirigido al Otro de la transferencia. La representación en el sueño es necesaria, pues no es el sujeto quien sueña sino que soñamos con el cuerpo. El sueño es también una asociación para la que no hay libertad, pues el parlêtre está hecho de los significantes que percutieron el cuerpo. La materia es el significante, y con ello el soñante se procura goce. Lenguaje y cuerpo implicados en el sueño, lalangue resuena en el sueño.
Los sueños, en el análisis, traducen los cambios en la transferencia y también los cambios de la relación del sujeto con el saber.
La enseñanza que me gustaría destacar es que: es lo vivo lo que sigue trabajando en la posición de analista, más allá del tiempo que haya transcurrido desde el final de análisis; y que es desde esa vida, y lo despierto de la posición analizante, que el analista se sostiene.
Tuvimos un encuentro en el que las primeras resonancias hacia el próximo Congreso de la AMP: El sueño. Su interpretación y su uso en la cura lacaniana, ya se hicieron escuchar.
Psicoanalista, miembro de la ELP y de la AMP.