Freud Astaire*. Por Márius Serra (Barcelona)

(Artículo aparecido en AVUI, el 16 DE NOVIEMBRE DE 2006. Páginas de Opinión. Traducción de José Ramón Ubieto.)

Freud Astaire*

Desde el pasado 12 de mayo pasado y hasta el próximo 13 de enero se celebran un montón de actos para conmemorar el 150 centenario del nacimiento de Sigmund Freud. En Barcelona, la iniciativa ha partido de la Librería Xoroi de Barcelona y la variedad de aproximaciones al padre del psicoanálisis es formidable. Por ejemplo, el próximo martes (21N) el Goethe Institut de Barcelona acogerá una mesa redonda sobre “Leer, traducir Freud”, con la participación de Enric Berenguer, Josep Oriol Esteve y Pere Folch Mateu.

La traducción siempre es una operación compleja que consiste en el traslado de los sentidos de un texto de un domicilio lingüístico a otro. Una mudanza en el sentido más profundo del término. Pero ya se sabe que en todas las mudanzas se rompen cosas. En el caso de Freud la cuestión se agrava por la vertiente presuntamente clínica de los materiales trasladados. De forma que el aspecto verbal es fundamental. De hecho, muchos de los sueños que Freud analiza en su conocido trabajo La interpretación de los sueños se fundamentan en análisis verbales, y en algunos casos llega a extremos más propios de la enigmística.

Uno de los que siempre me ha llamado la atención proviene de un neologismo digno de figurar junto al Rosebud de Orson Welles: un paciente explica a Freud un sueño breve en el cual destaca una expresión verbal ininteligible. "Esto acabará en una Maistollmuetz general". Cuando pronuncia esto en el sueño, el paciente cree vagamente que este enigmático vocablo se refiere a un plato que contiene harina de maíz (mais). El análisis del psicoanalista va más allá. Lo lleva a dividir la palabra en cuatro partes: mais (maíz), toll (loco), mannstoll (ninfómana) y Olmuetz (un topónimo). Todas estas palabras forman parte del universo de referencias del paciente. De hecho, el hombre admite haberlas oído en una conversación familiar reciente. Detrás de la palabra mais se esconden, además de una alusión a una exposición que ha visto, otras palabras: Meissen (una porcelana de Meissen que representaba un pájaro), Miss (el aya de unos parientes que había marchado a Olmuetz) y mies (que quiere decir malo en el registro humorístico judío). Freud concluye que "de cada una de las sílabas de esta palabra compuesta tan ininteligible sale una larga concatenación de ideas y asociaciones". Siempre me ha fascinado la capacidad de Sigmund Freud para aventurar interpretaciones sobre conductas, sueños y palabras a la manera de un Sherlock Holmes de la psique. Ayer soñé que sus obras eran literatura de ficción de gran envergadura, pero ahora tampoco hace falta que nos pongamos a analizar qué esconde este último término.

Màrius Serra
MariusSerra@verbalia.com

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(*) El título original del artículo es Freud als peus (Freud en los pies), expresión que hace equívoco con fred als peus (frío en los pies) y muy rica en significaciones (sobre los celos entre hermanos, por ejemplo). Àngel Casas tituló así su única novela (sobre la posguerra), porque recordaba una anécdota de un hombre que saltaba medio bailando en una parada de autobús y le decían "Qué, Fred Astaire?" Y el respondía, “No, fred als peus". La traducción del título por “Freud Astaire” ha sido propuesta por el propio Màrius Serra pues le parece que se deja entender a pesar de no ser tan sugerente como el original.

Traducción del artículo: J.R.Ubieto