Freud a la Letra | Celeste Sartori
Espacio de lecturas freudianas
El lunes 2 de octubre se presentó en la Biblioteca de la Comunidad de Catalunya (BCFB) un nuevo espacio bajo la dirección de Iván Ruiz: Freud a la letra. Espacio de lecturas freudiana, que con el título de Ciclo de Sexualidades propone para esta ocasión la lectura de “Tres ensayos de teoría sexual”
Esta presentación forma parte de una serie de exposiciones con el encargo a los conferenciantes de que lean a la letra, notas de Freud a la luz de las enseñanzas de J. Lacan. Estas tratarán de la “elección de objeto”.
En esta ocasión, fue convocada a la lectura Hebe Tizio, y la moderó el director de la Biblioteca Iván Ruiz. Propuso titular su intervención “Las lecturas de Freud y las nuestras”-
Se trata de las notas a pie de página del texto de Sigmund Freud: “Tres ensayos para una teoría sexual”, de 1905, y notas posteriores del autor.
Hebe Tizio introduce la lectura señalando que el espacio va en “busca de un lector”.
- Remarca la importancia de tratar de encontrar:
- Cuál es la premisa del autor.
- Qué lógica sostiene durante el texto.
- Cuál es el aparato de lectura.
Nos recuerda que el recorrido de los “Tres ensayos . . .” se sostiene bajo la premisa de que la pulsión no trae el objeto fijado: el primer ensayo es la fijación, el segundo es la infancia y el tercero es la pubertad.
Efectivamente la pulsión no trae objeto fijado, es una afirmación temprana de Freud y vertebra el texto de los tres ensayos. Se hace presente ya en el “Proyecto . . . “, el equivalente de esta afirmación será trabajado posteriormente por Lacan como “no hay relación sexual”.
Esta afirmación es una lectura que hace Freud de Kant.
Kant hace la distinción entre el mundo humano y el mundo animal. Afirma que un animal, es animal por instinto. En el hombre, ante la inexistencia del instinto, todo está por construirse.
No trae objeto fijado, pero hay la fijación, y una vez ésta se defina en la primera infancia, posteriormente devendrá necesaria.
Freud hará coincidir fijación a elección: elección de objeto y elección de neurosis. La construcción de este concepto conmueve al propio Freud. Se ve en el caso Dora, en el que se pregunta cómo puede una muchacha molestarse por la solicitación de un hombre. Le cuesta aceptar que el objeto fuese la Sra. K., luchando contra su propia subjetividad.
En la página 123, dice Freud: “los casos clínicos nos muestran la desviación de ambos con la norma supuesta”. Lo sutil del texto es nombrar a la norma como “supuesta”: la sociedad espera que todo se desarrolle según la norma y es de ella que se desvía.
Freud se desmarca del carácter innato, la premisa de la degeneración es la imperante en la ciencia de la época. Esta es una premisa que conmueve todo el aparato social. Pero Freud es hijo de su época.
En nota agregada en 1910, Freud comenta la fijación a la mujer. Por lo tanto, a la madre. Dice algo interesante – aunque Hebe comenta que no le saca todo su partido -. Dice que los homosexuales hombres no son insensibles a los encantos del objeto femenino, pero esa misma atracción les impone la huida ante el objeto madre allí representado, objeto incestuoso. Algunos homosexuales huyen de esa fijación. Ante esta excitación, la transmiten al objeto hombre. Hay un exceso, que les impide el encuentro con el objeto mujer. Porque allí Freud está buscando la causalidad, y pensándola en relación al Complejo de Edipo.
Está buscando una tipología, y en 1915 toca aspectos fundamentales. El psicoanálisis considera la independencia de la elección de objeto y pone en primer plano la elección del sujeto. Eso quedará fijado. Eso es lo particular. No hay lo normal. Lo que hay para todos es que la pulsión no tiene objeto.
La elección supuestamente normal en la que un hombre elije una mujer, o una mujer elige a un hombre, no es algo obvio. Esa supuesta elección normal descansa en lo que verdaderamente une a esa pareja.
Hay condiciones. Todos los objetos son posibles, pero una vez fijado el rasgo, no cualquier objeto va para todo sujeto. Hay algo allí que hace signo para que pueda establecerse.
Último punto: la conducta sexual se establece en la pubertad. Es el momento en que, por el aumento de la excitación, se replantea, y el sujeto debe anudar el objeto sexual. La infancia es el momento de las teorías sexuales, que vuelven a plantearse en la pubertad, porque el sujeto no tiene elementos para pensar eso, no puede imaginarse como será, y en ese pasaje terminará de anudar lo que está en juego.
En el texto, Sigmund Freud se dirige a un público que no es avezado en el tema.
A pesar de todo el recorrido, no encontrará ninguna doctrina para explicar las causas de la homosexualidad masculina. Intenta pasar a la tipología parental, pero finalmente también lo relativiza. Basándose en este punto la IPA hace innumerables categorizaciones.
La ponencia originó un encendido debate acerca de la actualidad de las propuestas freudianas.
El próximo encuentro se ha propuesto para el 16 de octubre.
Allí estaremos.