Entrevista: Hay terapias que adiestran al autista como a un maleducado* Sonia Arribas (Barcelona)
Dos propuestas, una al Parlament de Catalunya y otra del PP a las Cortes Generales, demandan tratamientos para el autismo como un trastorno neurológico o cerebral. Algunos expertos, sin embargo, alegan que no existe tal evidencia científica sobre la naturaleza del trastorno. Hablamos con Iván Ruiz, a partir de su experiencia como psicólogo en el Centro de Diagnostico Infantil y Atención Precoz de Igualada, en Barcelona.
Sonia Arribas: Explícanos por qué hay muchas personas de distintos ámbitos que están en contra de estas propuestas para regular programas para el tratamiento del autismo.
Iván Ruiz: Estas dos propuestas son un motivo de preocupación porque se apoyan en teorías cognitivoconductuales que plantean tratamientos del autismo basados en la supuesta evidencia científica de que se trata de un trastorno neurológico. Las propuestas piden al Gobierno y a otras instancias administrativas, que se implementen en los diferentes centros públicos de Catalunya y del Estado español tratamientos que sean meramente reeducativos, basados en estas teorías.
Sonia Arribas: ¿Qué es el autismo?
Iván Ruiz: El autismo se refiere a un conjunto de síntomas que impiden o dificultan seriamente el proceso de entrada de un niño en el lenguaje, la comunicación y el vínculo social. Puede diagnosticarse entre los pocos meses de vida y los dos años. El detenimiento que se produce en el desarrollo del niño se debe siempre a múltiples factores, muchos de los cuales no conocemos todavía. Tampoco los conocen las investigaciones científicas actuales.
Sonia Arribas: ¿Por qué no?
Iván Ruiz: Se han descubierto anomalías en varias decenas de genes, pero ningún gen sería el responsable de este trastorno. Las investigaciones científicas se orientan hacia las interacciones entre genes y hacia estudios epigenéticos que tienen en cuenta factores ambientales. A partir de una supuesta evidencia científica definen el autismo como un trastorno neurobiológico, pero las mismas definiciones presentan una paradoja: dicen que el origen es neurobiológico, pero añaden que no se conocen sus causas neurobiológicas. El psicoanálisis, sin embargo, entiende el autismo observando los trastornos que se producen en el momento de congelación del desarrollo del niño y lo que le sucede después. Se producen en tres niveles: la relación del niño con los objetos, la relación con su propio cuerpo y el vínculo del niño con los otros primordiales y con sus semejantes. En muchos casos de autismo podemos encontrar un momento crucial en su primera infancia en el que localizar un cierre radical en su relación con su entorno y con los otros. Puede ser la muerte de un familiar muy cercano, que invade su entorno de una tristeza generalizada, o un momento inesperado en el que el niño entiende que es abandonado por los otros; pero también otros fenómenos disruptivos importantes en su cuerpo, que le impiden mantener la calidad de su conexión con el mundo. Algunos síndromes neurológicos pueden presentar asociado un autismo por esta razón. Pero hay otras muchas ocasiones en las que este momento traumático que congela su desarrollo no puede encontrarse.
Sonia Arribas: ¿Qué alternativa de tratamiento propone entonces el psicoanálisis?
Iván Ruiz: En todas estas dificultades que se plantean en el niño detectamos dos cuestiones: lo que corresponde a la defensa que el niño crea ante este mundo que de repente interpreta como hostil y lo que él construye como algo propio. Los niños para llegar a ser adultos han tenido que construir muchas cosas, y muchas de ellas son construcciones simbólicas. El niño con autismo también. Pero si no se atiende a esta construcción, se corre el riesgo de que quede olvidada, puesto que lo que siempre está en primer plano es su defensa radical: taparse los oídos, aislarse mirando cualquier cosa, etc.
Sonia Arribas: ¿Y las terapias cognitivo-conductuales?
Iván Ruiz: El problema es que entienden las frases, los movimientos repetidos o las manías como algo que el niño no ha sabido aprender bien. Y cuando se le reeduca o se le adiestra como si fuese un niño maleducado, -como alguien en el límite entre lo humano y lo salvaje-, se pierde lo que está construyendo para tener una vida soportable y vincularse con los otros. El psicoanálisis toma al detalle esta construcción aunque no encaje siempre con el sentido común. Atiende al interés del niño por la luz, la voz, los sonidos, o ciertos objetos, y a otras actividades repetitivas que muestran su intento de entrar en la complejidad del diálogo con los demás.
Madres, padres y cuidadores:
Iván Ruiz enfatiza la necesidad de atender a las personas que cuidan a las personas con autismo. Se critica todavía hoy al psicoanálisis de culpabilizar a los padres del autismo de sus hijos, pero esto es radicalmente inexacto. Lo que el psicoanálisis hace es acoger su preocupación: la culpabilidad que traen a menudo de haber hecho algo que ha motivado el autismo de su hijo, explica Ruiz.
Para este psicólogo, el trabajo paralelo que realiza el psicoanálisis con los padres y madres les ofrece la posibilidad de entender lo que les sucede a sus hijos e hijas y de realizar un acercamiento distinto. Porque el autismo es una defensa que el niño pone en marcha por propia decisión para poder continuar. Es una decisión inconsciente de la que él no puede dar cuenta, pero en la que está implicado subjetivamente, subraya.
* From: http://diagonalperiodico.net/Hay-terapias-que-adiestran-al.html
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