Entrevista a Gustavo Dessal a propósito de la Jornada Clínica de la Red Psicoanalíica Madrileña (RPM)

En esta Jornada se tratará el tema: Síntoma de nuestra época, el 21 de septiembre de 2019 en la Sede de la Sección Clínica-NUCEP Madrid, con la participación de los asesores científicos de la RPM, Doménico Cosenza y Luis Solano1.

Precisar la especificidad del psicoanálisis en el conjunto de las terapias que operan con la palabra es una tarea esencial para los practicantes del psicoanálisis de orientación lacaniana, para dar cuenta de cómo una nueva manera de abordar la subjetividad se abre paso en este siglo XXI al compás de las vertiginosas mutaciones a las que asistimos, con el cortejo de fenómenos y síntomas que las acompañan: autismos, adicciones múltiples, depresiones, psicosis ordinarias, fenómenos identitarios, estallido y proliferación de géneros, extensión planetaria de la era virtual y sus consecuencias, y un largo etcétera.

Queremos resaltar de qué manera es posible tratar hoy la singularidad de cada sujeto, porque la clínica actual nunca podría ser la misma que la de los tiempos en los que Freud descubrió el inconsciente e inventó el método psicoanalítico, gracias a su encuentro con las histéricas que ofrecían sus dolientes cuerpos a los médicos de la época que, a diferencia de Freud, no supieron escucharlas.

  1. La comisión de organización de esta Jornada de la RPM está compuesta por: Andrés Borderías, Vilma Coccoz, Araceli Fuentes, Amanda Goya, Gabriela Medín e Ivana Maffrand.

 

ENTREVISTA REALIZADA A GUSTAVO DESSAL

Amanda Goya: ¿Qué balance haces de tu experiencia como coordinador de la Red Psicoanalítica Madrileña (RPM) junto a Vilma Coccoz durante los primeros cuatro años de su funcionamiento?

Gustavo Dessal: Una experiencia muy enriquecedora, puesto que en los muchos años que llevo instalado en España, nunca había tenido la oportunidad de hacer un trabajo fuera de mi consulta privada. Había tenido experiencia hospitalaria en Buenos Aires, pero por distintos avatares eso no se dio en Madrid. La RED fue desde un comienzo una invención muy inteligente, que debemos a Vilma Coccoz, y que ha tenido una proyección que no imaginábamos al principio. A partir de una idea inicial, fuimos re-elaborando el proyecto a medida que lo poníamos en marcha.

La tarea de entrevistar a una persona, y en un solo encuentro hacer una valoración diagnóstica, pronóstica, y atrapar lo esencial de la demanda para luego derivarla a un miembro del equipo, ha sido para mí una enseñanza invalorable. Lo que habitualmente nos lleva todo un trabajo incluso de meses, había que apostar a hacerlo en una sola entrevista. ¡Lo increíble es que eso funcionó! Descubrí que uno puede hacerlo, con todos los riesgos de errores, desde luego, pero que en la práctica no han sido demasiados. La temporalidad del dispositivo lacaniano concentrada en una única entrevista. Sería muy importante poder pensar eso más allá de su funcionamiento empírico. Hubo para mí algo un tanto intuitivo, no porque me fíe de la intuición, sino en el sentido de que no tenía muchos antecedentes en los que apoyarme. Pero durante los cuatro años esa práctica de entrevistas de admisión y derivación de los casos me brindó una experiencia completamente distinta a la habitual. Se trataba de obtener el máximo rendimiento y eficacia, con la dificultad añadida de que además era decisivo lograr que el caso no se perdiese por el camino, que tras haberlo interrogado se pudiese asegurar la transferencia a quien habría de llevarlo. Eso se ha logrado casi siempre, de allí la importancia de que el proceso de admisión no emplease más de una entrevista, para contrarrestar una instalación del Sujeto Supuesto Saber (SsS) anticipada.

AG: ¿Cómo valoras los efectos de formación que han podido obtener los participantes del NUCEP que han hecho la experiencia de trabajar dos años en alguno de los equipos de la RPM?

GD: Supongo que es a ellos a quien más les corresponde responder a esa pregunta, pero en mi opinión el dispositivo de la RED es el mejor corolario que el NUCEP podía ofrecer a las personas que han culminado la Tétrada. Ha sido muy satisfactorio comprobar que personas jóvenes y con una experiencia en algunos casos mínima, abrazaban el compromiso con tanto entusiasmo. Las reuniones mensuales con todo el equipo fueron tan instructivas para ellos como para mí. Aprendimos a presentar el caso, y lo que es más importante aún, a elaborarlo en una discusión común. Los coordinadores pusimos un especial empeño en no convertir las reuniones en una supervisión sino en una construcción realizada entre todos. Desde luego, no han faltado ocasiones en las que debíamos asumir la función de reorientar la dirección de una cura, pero hemos procurado hacerlo de tal modo que fuese el resultado de una elaboración en la que todos participaran. A todo esto, hay que añadirle la realización de las primeras Jornadas de la RED, en las que Luis Solano y Doménico Cosenza, en su carácter de asesores científicos, tuvieron un papel decisivo y nos brindaron una magnífica lección de clínica analítica.