El S.O.S. de los adolescentes. Por Lidia Ramirez (Barcelona).

Parece que el programa de La cuatro ha disparado la alarma entre los adolescentes, al menos ellos han empezado a hablar del mismo, incluso antes de que se emita.

Algunos de estos comentarios han aparecido en algunos medios de comunicación atrapando muy bien, el punto ante lo que un adolescente se alarma: hay algo de ese objeto, que es la TV, al que un adolescente se engancha, del que se apropia, “en mi tele”, dicen, que le devuelve justamente eso que trata de olvidar rempanchingado en “su sofá”. El control paterno que el chico quiere eludir se lo encuentra de frente, recordándole no tanto que se trata de hacerse un buen ciudadano, lo cual, no está mal, sino que tiene que ser un ciudadano controlado, homogeneizado, global.
Habrá que ver qué hacen los adolescentes con este programa, pero por lo que parece es ante ese control, ante ese empuje del todos iguales, de la homogeneización ante lo que un adolescente pide S.O.S. buscando ser singular, hacerse un nombre, darse un lugar, muchas veces de la peor manera.
Se trata de un verdadero S.O.S. de los adolescentes ya que los padres de los que él debería “servirse para poder pasar”, están agazapados tras “la técnica” nunca mejor dicho, porque se elude tanto la dimensión del saber inconsciente como el enigma de lo femenino y así los padres dimiten ante la transmisión responsable de cómo resolvieron ellos su encuentro con lo real y no le enseñan nada de las invenciones necesarias para transitar entre “el final de un niño y el comienzo de un hombre”.
Los adolescente se alarman ante la invasión de “la técnica” en el seno del sofá.

Lidia Ramírez (Barcelona)
Foto de Miguel Martí