EL PSICOANÁLISIS Y LAS TERAPIAS MILAGROSAS. Por Carmen Alda (Barcelona).

El psicoanálisis y las terapias milagrosas

Este es el título de la conferencia que el jueves dos de febrero, dictó el psicoanalista y escritor Germán García, -miembro de la EOL y del Consejo de la AMP- en la sede de nuestra comunidad.
Precisamente él fue uno de los impulsores con Oscar Masotta, de la fundación de la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona en 1977, a la cual volvía después de una prolongada ausencia. Fue un reencuentro emotivo, tanto para el conferenciante, como para los miembros de la ELP-CdC con quienes había hecho un trayecto formativo; pudieron volver a debatir las cuestiones por él planteadas sobre las “curaciones milagrosas” de las terapias cognitivo conductuales (TCC).

Nueva generación de psicoanalistas

Había también entre los asistentes, otra generación más joven de miembros y socios de la ELP, que siguieron con atención cómo el conferenciante iba desgranando su hilo discursivo sobre el débito de las TCC al lenguaje psicoanalítico y a otras ciencias del conocimiento humano.
En un estilo agudo e ingenioso, el conferenciante estableció un diálogo intertextual, citando fragmentos extraídos de revistas y libros de reciente publicación sobre los temas en cuestión, así como señalando autores de publicaciones surgidas allá por los años cincuenta. En el horizonte, Freud olvidado y el estilo críptico de Lacan rechazado.

Milagrosa cura no explicada

Pudimos deducir que el título de su conferencia venía al hilo del final de un artículo contenido en la revista “Mente y cerebro” que trataba de los niños hiperactivos. Germán García leyó el comentario de los padres de un niño etiquetado de hiperactivo, medicado con ritalina (rubifén), cuyos efectos funcionaron como un verdadero milagro operado sobre el cuerpo del niño.
La fé no requiere ahondamientos y por lo tanto era el punto final del artículo, lo cual, ratificaba la tesis sostenida por E. Laurent en su libro Lost in cognition: las terapias cognitivas están envueltas en la aureola dada por la orla de un supuesto cientifismo. Sin embargo, adolecen de inconsistencia teórica ya que los desarrollos para argumentar sus resultados escasean.

¿Por qué ahora?

Esta pregunta fue subrayada por Vicente Palomera para abrir el debate. El conferenciante se preguntaba: ¿Por qué se llenan las mesas de las librerías con títulos donde la palabra cognitivo se convierte en polo de atracción para las miradas de los consumidores de libros?
Nos dio alguna respuesta: El cerebro está de moda, pero lo que no se lleva es cómo llegar al conocimiento del cerebro.
Las TCC combinadas con medicación, cumplen una función política, tal y como lo prueba el ejemplo francés con la publicación del negro libro del psicoanálisis, lleno de odio, algo inexplicable ante la neutralidad exigida en la investigación científica. ¿Por qué tanto odio?, Porquoi tant d´haine? se pregunta E. Roudinesco en su libro traído a colación por G.García.

Freud olvidado: el fenómeno de los discursos paralelos

Los discursos paralelos de psicólogos clínicos y psiquiatras, el conferenciante los ilustró con un libro escrito por varios autores, los cuales han recopilado sus trabajos realizados en el Hospital del Valle de Hebrón de Barcelona, en el departamento de paidopsiquiatría. Dos discursos que necesitan apoyarse entre sí porque sus disciplinas se han ido vaciando de contenido. Por lo tanto, se ven empujados a seguir la corriente de pensamiento actual y recurren a las TTC para resolver, por ejemplo, los trastornos obsesivos compulsivos.
Hacen una caricatura de Freud: La neurosis obsesiva, la compulsión, la repetición, son conceptos tratados con tanta frivolidad que se convierten en restos fosilizados de las categorías psicoanalíticas.
Estas nuevas ficciones gnoseológicas se traducen en series de términos que se corresponden: terapia-trastorno; conductual-rituales; cognitivo-obsesivo. Basta con borrar su complejidad estructural ligada a la pulsión de muerte, -núcleo del síntoma- y maquillarla con la vacuidad retórica del pensamiento de la autoestima, puesta en escena bajo la mirada del Otro social.
¿Y qué decir de la extraterritorialidad del yo en el síntoma? ¿Quién se ocupa? ¿Por qué ocuparse, si lo que se vende son las terapias rápidas, para resolver problemas en seis meses?
“Nosotros –con el psicoanálisis aplicado, afirmó G.G.- tratamos el milagro sin hacer terapias milagrosas”. Cierto, esto se verifica en la práctica de orientación lacaniana.

Crítica del sistema PAN

También tuvo su crítica el esquema PAN (padre-adulto-niño) de la teoría sistémica, aplicado en las terapias familiares. G. García señaló que dicho esquema es una caricatura de la segunda tópica de Freud, donde se toma una información del lenguaje freudiano al servicio de las nuevas teorías donde se elimina lo complejo: transferencia e interpretación se sustituyen por dar órdenes y esperar que opere la sugestión. ¿Dónde queda el goce, el inconsciente, la intencionalidad sin sujeto, ese algo que tiende a algo?. G. Garcia en este punto nos remitió al texto de J-A. Miller sobre la angustia.
En definitiva, la teoría freudiana se ha convertido en una guía práctica para ciertas prácticas terapéuticas, a base de borrar, anular y evitar las complicaciones. Esta nueva película que nos presentan en technicolor ya la vimos allá por los años sesenta-setenta en blanco y negro y la rechazamos, apuntó el conferenciante. ¿Por qué ahora no se rechaza, sino todo lo contrario?
¿Los neófitos de las TCC, se están enterando de que los signos corporales son producidos por el verbo, y que el psicoanálisis opera con eso?

Una paradoja de la política mercantilista

Ahora bien, como paradoja del intento de olvidar a Freud y de rechazar el estilo oscuro de Lacan, G.García señaló que si hay una crisis del psicoanálisis, esa crisis no se encuentra en las publicaciones editoriales. Vicente Palomera glosó tal afirmación poniendo el ejemplo de la editorial RBA, que acaba de lanzar una serie de las obras completas de Freud y seguirá con los postfreudianos más significativos, Lacan incluido. (Ver BLOG de la ELP del 3.2.2006)

Un libro escrito para ser leído por un ministro

Respecto al libro negro, el conferenciante señaló que en su lectura le llamó mucho la atención, una vez más, que aparecieran como referencias bibliográficas, publicaciones de los años cincuenta. Entonces, ¿qué interés tiene este afán difamatorio contra el psicoanálisis? La respuesta residiría en la política y en los políticos, para los cuales fue escrito dicho libro; G. García sostuvo que se ha escrito para ser leído por un ministro.
Las publicaciones versan sobre la inteligencia artificial, las neurociencias, la lingüística, cuya peculiaridad reside en que son teorías sin práctica terapéutica, a diferencia del psicoanálisis, cuyo corpus teórico se funda en la escucha de los síntomas.

¿Cómo no caer en el pasatismo de los analistas?

G. García señaló varios vectores: el estudio de la sociología de las ciencias del conocimiento, porque de ahí sale una práctica pre-humana. Ahí localizó un retorno al maniqueísmo de una lucha entre el mal y el bien, de vencedores y vencidos, sin responsabilidad del sujeto. Esto se traduce en el eje del mal, bandera americana para sostener la política neoconservadora.
Seguir el estilo del lenguaje de Lacan : “se dicen cosas que no se entienden; cuando miento a la realidad, hablo de la verdad del deseo”, dilucidado por Miller. Seguir el eje que va de la palabra verdadera al discurso verdadero; de la revelación a la razón, tomando ese juego fónico que hacía Lacan con la palabra raison/ réson, ya que se trata de hacer resonar las razones para producir razones.

Conclusión: El inconsciente electrónico

Estas psicoterapias que circulan actualmente, como tratan problemas de cerebro, no tratan los problemas de hombres y mujeres.
El pasatismo de los analistas fue quedarse en el penis-neid, cuando Freud dejó formulado al final de su obra, que el gran enigma no era la mujer sino el masoquismo femenino. El masoquismo es un enigma que no se puede descifrar, que no pasa por lo simbólico.
Ese punto, fue detectado y trabajado por Lacan en el texto "Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina", en los años 60, y también el concepto de penis-neid: jugando con ENVI-ENV al sacar la I le queda otro significado: empeño, a porfía. Y en el seminario Le sinthome, sostiene que el masoquismo es el goce mayor que puede dar lo real.
Las TCC, ¿cómo diferencian entre erotismo, amor, rendimiento? La respuesta sexual humana fue recogida por Masters y Johnson; se habla de género pero el goce queda afuera. Hubo una voz en la sala que trajo un ejemplo que hacía referencia a un síntoma transferido desde el campo ginecológico a las TCC. La solución ofrecida a la paciente, pasaba por la aplicación del “gadget” , pero la respuesta de la histérica fue más allá del plano técnico, apuntando a su propio goce. Este iba más allá del cuerpo, sobrepasaba las supuestas coordenadas del Amo postmoderno, que sin embargo, desde el dispositivo psicoanalítico se podría escuchar.
Parafraseando a Lacan, una persona bien identificada no tiene síntomas, tiene carácter. ¿Se puede objetivar el carácter? Se pregunta J.-A. Miller cuando examina la experiencia de lo real.
G. García finalizó apelando a EROS, fugado del sistema académico por confundirse medio (calificación) con fin; ya no se persigue un fin. La relación entre enseñante-enseñado es simétrica y el Eros circula por internet, lo cual da un nuevo nombre para el inconsciente: el inconsciente electrónico.

Carmen Alda (Barcelona)