El aula de apoyo: una práctica orientada desde el psicoanálisis. Por Beatriz Tomey (Bilbao) .


Pedagogía y Psicoanálisis son dos discursos diferentes, pero es precisamente a partir de ésta diferencia que se pueden establecer conexiones. El Psicoanálisis es el marco que orienta nuestra práctica educativa.
Uno de los efectos de la globalización en la institución escolar, es que se ha puesto en grave riesgo el establecimiento del lazo social, tanto entre alumnos, como entre alumnos y profesores. Cada época genera determinados malestares, hoy en día en la escuela el nuevo “cientifismo”y las actuales técnicas cognitivo-conductuales les ha puesto nombre: TDAH, Borderline, TGD, Inhibidos... Nombran conductas y las congelan en una etiqueta, que a la vez según los casos, son descripción, causa y efecto, apareciendo en ésta misma operación el borramiento del sujeto y la segregación. Estas corrientes entienden las conductas como un problema a extinguir, centrando sus estrategias de intervención en el paradigma problema-solución. El Psicoanálisis nos orienta
para resistir a éstas lógicas segregativas, nos advierte de que éstas conductas pueden ser leídas, interrogadas y escuchadas, dando lugar al decir del sujeto, que por medio de ellas da cuenta de su angustia y malestar.

Acto educativo y transformación del sujeto
Entendemos el acto educativo, como aquello que produce una transformación en el sujeto, gracias a una transmisión lograda a través del vínculo educativo. Este vinculo es del orden de lo particular, se establece con cada sujeto, y hay que hacerlo revivir constantemente. Se trataría de conseguir el consentimiento del sujeto. Lo que se halla en juego en el proceso enseñanza-aprendizaje es la transferencia, transferencias de trabajo, desde nuestra posición como maestros se trata de causar el interés. Lo que verdaderamente opera en la educación es el deseo de enseñar, deseo que pueda causar el consentimiento a aprender del sujeto.
En el aula de apoyo tratamos de ocupar un lugar distinto del que el sujeto nos convoca: Si no se le responde como espera, esto puede producir una modificación.

“Trabajo entre varios, en red”
En mi centro hemos formado un Departamento que no lo entendemos como una estructura, sino como una forma de “trabajo entre varios, en red”.Cada alumno trabaja por lo menos con dos de nosotras. Cada una tiene sus funciones, logopeda, auxiliar, profesoras de pedagogía terapéutica, consultora, pero es el Departamento, caso por caso el que intenta dar una respuesta a las diferentes demandas de padres, profesores, alumnos…Consideramos que cada caso es particular, entendemos que delante tenemos a un alumno en dificultades con los aprendizajes, que nos está mostrando una resistencia a aprender, un malestar. Por ello nuestro primer objetivo es rescatar algo que nos posibilite un acercamiento. Darles un tiempo y un espacio para que cada uno realice su propia construcción, graduando las dificultades para que puedan ir resolviéndolas con éxito sin forzamientos, pero sin dejar de intentarlo. La educación es una oferta y es el sujeto quién elige de qué forma aceptarla, o la modalidad de rechazo.

Pequeña viñeta
Pequeña viñeta que puede ilustrar algo de nuestra práctica de intervención orientada desde el psicoanálisis:
Niño de 7 años escolarizado en 2º de primaria, figura como alumno de Necesidades Educativas especiales con un diagnostico de TGP.
Los decires de la andereño: No tiene ningún interés, total falta de atención, no conoce ninguna letra, se ha escapado del centro, NO SABE NADA.

Acogida en el aula
Para nosotras es muy importante la entrada en el aula, nos parece que aquí se juega gran parte de nuestro trabajo.
El primer día le pregunto Si sabe por qué viene, me dice “No aprender no me preocupa nada”,”no sé nada”. Le explico que esta clase es diferente, que venimos a hablar (si quiere en castellano), jugar, dibujar, aprender... Y que vendrá sólo si él quiere.
Le propongo trabajar juntos para intentar superar las dificultades, le ofrezco un día y una hora, que él acepta diciendo “sí, vendré el martes”.
En las cinco siguientes sesiones me pliego a lo que él quiere, dibujar, jugar, trabajar en el ordenador. Me coloco en una posición de “no saberlo todo”, por ejemplo me equivoco en el ordenador, agradezco su ayuda. Intento que sea él quien marque el ritmo, yo me ofrezco y le facilito los materiales.
En la 6ª sesión nada más entrar me dice: “Sí, quiero aprender, pero las cosas son muy difíciles”. Le tranquilizo diciéndole “no te preocupes, yo estoy aquí para ayudarte a aprender si tú quieres”.
Antes, el padre le leía cuentos por la noche, ahora, es el niño el que lee al padre.
Creo que la acogida en el aula ha sido determinante, ya que en ella ha encontrado un tiempo, un espacio y alguien que ha apostado por él. He intentado que me vea como alguien que le ofrece la posibilidad de aprender a leer, y él ha consentido a hacerlo. Está muy contento con sus logros.

Beatriz Tomey (Bilbao)
Sesión de trabajo “La incidencia del psicoanálisis en la ciudad”, Bilbao, 18 de Mayo de 2007.