El sueño de un despertar no es más que sueño

Hoy intentaré aproximarme a algunas cuestiones que a mi parecer son relevantes, sin perder de vista el tema del congreso de la AMP y la cita freudiana: “no es más que sueño”, que formula Lacan en una corta intervención en Vincennes, en 1978, dice: Freud pensó que nada es más que sueño, y que todo el mundo -si es lícita semejante expresión-, todo el mundo es loco, es decir, delirante1.

Algunas consideraciones previas

Empezaré citando a Angelina Harari, en su texto para el congreso del sueño de 2020 que nunca se realizó: El sueño-despertar debe distinguirse, por lo tanto, del "pasar el tiempo soñando", distinguirlo también del "nada es más que sueño” freudiano2. No se trata pues únicamente de poner de relieve el deseo de despertar en detrimento del sueño guardián del deseo de dormir.

Como brújula en su última enseñanza, Lacan nos insta a apuntar al real, un real que más adelante formulará como “respuesta sintomática al inconsciente freudiano3.

En La tercera, conferencia que da Lacan en 1974 con motivo del VII Congreso de la Escuela Freudiana de París en Roma, Lacan nos dice: Tengo todo el derecho, tal como Freud, de compartir mis sueños con ustedes. Al revés que los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir. Lo que me mueve, más bien, es el deseo de despertar. Pero, en fin, eso es particular4. Este enunciado de Lacan apunta a su propio sueño, pues el despertar es imposible.

Más tarde en 1977 en su Seminario 25, El momento de concluir Lacan apunta:  El inconsciente es exactamente la hipótesis de que no soñamos solo cuando dormimos y que "Pasamos el tiempo soñando5.  Lo que se articula a la tesis freudiana “no es más que sueño”.

También en 1977 pero en este caso en su Seminario 24 y concretamente en la clase del 17 de mayo, Lacan comenta: la enfermedad mental que es el inconsciente no se despierta6, es decir, dicha enfermedad se encuentra ligada al inconsciente, el de la continuidad del sueño del sentido.

No hay por tanto un despertar, así que siempre se sueña, lo que implica que “el principio de placer no se opone al principio de realidad7. El despertar por un instante es en el sueño el principio de realidad para seguir durmiendo, así que “nos despertamos para seguir soñando8,  para evitar lo real, a esto llama precisamente Lacan dormir, el inconsciente es la hipótesis de que dormimos despiertos.

Una vez puestas de manifiesto estas consideraciones previas, desarrollaré mi explicación tomando cómo referencia la conferencia que Miller dio en la clausura del último Congreso la mujer no existe.

El sueño Freudiano

Como señala Miller en su conferencia, Freud en el prefacio de la primera edición de la Interpretación de los sueños dice: “El sueño es el primer evento de una clase de fenómenos psíquicos anormales de los cuales los otros son la fobia histérica, las obsesiones y los delirios"9.

Es con la Interpretación de los sueños que se erige la importancia de los sueños para el psicoanálisis, pues es allí donde se postula el sueño como la vía regia al inconsciente.

Dice Freud que se sueña para cuidar el dormir, para no despertarse y nombra al sueño como el guardián del dormir.

Así mismo, postula ya en 1900, que el sueño es el cumplimiento, disfrazado, de un deseo reprimido. Pero que en los sueños exista un cumplimiento de deseo reprimido, no quiere decir que sea de placer, el deseo y el placer no son lo mismo.

Ya en 1920 con el postulado de la pulsión de muerte en Más allá del principio del placer, Freud indica que no solo el sueño apunta a un cumplimiento del deseo, que hay sueños que no son interpretables y son traumáticos. Freud explora el porqué se da la interrupción del sueño a partir de la angustia.

Todo ello le lleva, más adelante a variar su tesis sobre los sueños, diciendo que el sueño tiene una falla, el ombligo del sueño. Con esa expresión se establece el vínculo con la consideración lacaniana de que la falla del sueño apunta al real.

En 1932 en el marco de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis y concretamente en su 29ª conferencia  Revisión de la doctrina de los sueños Freud reitera que el sueño es el desencadenante de diversos fenómenos mentales: “el sueño es un producto patológico, el primer eslabón de una serie que incluye al síntoma histérico, la representación obsesiva y el síntoma delirante, pero que se distingue de los demás por su carácter pasajero y por el hecho de generarse en circunstancias que corresponden a la vida normal. En efecto, retengámoslo: la vida onírica es como dijo Aristóteles, el modo en que nuestra alma trabaja durante el dormir, este último produce un extrañamiento respecto al del mundo exterior real, estableciéndose así la condición para el despliegue de una psicosis"10.

Es en esta misma conferencia que Freud también enuncia algo en relación a la función del sueño, más allá de ser el guardián del dormir, destaca su carácter alucinatorio, imaginario y lo enuncia como un cumplimiento alucinatorio de un deseo

Despertar y despertar

Miller en la Ponencia del ventrílocuo nos dice que hay despertar y despertar.

Así puedo diferenciar el despertar del interés, de lo que causa el deseo que moviliza la libido, el despertar que se da a un estado de vigilia para seguir soñando en la realidad o el despertar en el propio sueño, el despertar a lo real que es imposible, como ocurre en la pesadilla, en el punto en que el soñante se encuentra algo de lo que no quiere saber nada, es el despertar por un instante en que el parlêtre rehusa saber de su propio goce que no deja de no escribirse. Dice Miller “únicamente quiere hacerlo desaparecer y nos despertamos, para seguir soñando11 con los ojos abiertos en el sentido del mundo del fantasma.

En este punto, mi recorrido me llevará a navegar por el Seminario 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis, Lacan nos habla en él y más concretamente en su capítulo tyché y automaton acerca de la importancia del despertar, su interés recae sobre el instante del despertar, la tyché, tomada del vocabulario de Aristóteles y traducida como encuentro con el real, dice Lacan: “lo podemos encontrar también en el sueño, es el despertar por solo un instante para volver a caer en el automaton, lo real está más allá del automaton que nos somete el principio del placer”…  Y sigue: “toda la investigación de Freud evidencia que su preocupación es ésa12“.

Ese instante que interesa a Lacan apunta a un cambio de escenario, como dice Lacan en su Seminario 14 la Lógica del fantasma: “el momento del despertar tal vez nunca puede ser más que un corto instante, aquel donde se cambia el telón”13.

En un retorno a Freud, al hablarnos Lacan en el 1964 del sueño Padre no ves que ardo apunta alguna diferencia respecto del análisis Freudiano. Lacan no ve allí un cumplimiento de deseo, sino un encuentro inasimilable, una falla que produce el despertar a la realidad como una fuga del despertar ante lo real, así pues “lo que despierta no es la realidad si no la realidad fallida, el no querer saber14.

Lacan en su Seminario 17 amplía esta cuestión introduciendo el concepto de verdad, dice: “Un sueño nos despierta justo en el momento en que podría soltar la verdad, de manera que nos despertamos sólo para seguir soñando […] en la realidad, que es siempre fantasmática"15.

Vemos la imposibilidad del sujeto a extraerse del deseo de dormir, cuanto más cerca de la verdad insoportable en relación al deseo, se despierta, lo que le sirve para evitar el despertar a la propia verdad.

Sueño y Locura en continuidad

A lo largo de su enseñanza Freud ya indagó en la idea de normalidad, algo que piensa como una ficción.  En 1937 en Análisis Terminable e interminable Freud señala: “el yo normal, como la normalidad en general, es una ficción ideal"16.

En este sentido en Pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis de 1924, Freud ya nos insta a pensar que, tanto para la neurosis como para la psicosis, a parte del problema de la pérdida de realidad, hay que pensar también en un sustituto de la realidad, es decir, así como en la psicosis hay delirio, en la neurosis está la fantasía.

Dice Freud: El tajante distingo entre neurosis y psicosis debe amenguarse, tampoco en la neurosis faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más acorde al deseo, la posibilidad de ello da la existencia de un mundo de fantasía17.

Para Lacan, no existe la normalidad. Por ser sujetos atravesados por el lenguaje, tenemos una falta estructural, una falta que permite el deseo. Es ahí que cada sujeto debe lograr hacer de forma singular con su propia falta, con su propio deseo.

Miller en su conferencia de 2022, relacionando esta cuestión y no es más que sueño, habla de un texto de Freud de gran importancia: Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico, dice que Freud introduce el concepto prueba de realidad, pero para señalar a procesos inconscientes que se burlan de la prueba de realidad, que son impermeables a su acción.

Revisando dicho texto de 1911, encuentro: “toda neurosis tiene la consecuencia, y por tanto probablemente la tendencia, de expulsar al enfermo de la vida real, de enajenarlo de la realidad. Ese fantasear, que empieza ya con el juego de los niños y más tarde, proseguido como sueños diurnos … En verdad, la sustitución del principio de placer por el principio de realidad no implica el destronamiento del primero, sino su aseguramiento"18.

De ahí que Lacan se viera conducido en parte a decir que todo el mundo es loco, que no psicótico, quiere decir delirante. Tomando en cuenta él no es más que sueño Freudiano.

Una vez explorada brevemente la imposibilidad de idea de normalidad, teniendo en cuenta que para Freud el delirio pertenece a la misma clase de fenómenos psíquicos que los sueños, me dispongo a explorar, a continuación, la relación entre el sueño y la locura.

Con su no es más que sueño, Freud, de algún modo, pone en continuidad al sueño y al delirio, como rompiendo la barrera entre neurosis y psicosis. Ello nos lleva a relacionar los fenómenos alucinatorios al sueño, tal y como dice en su texto Relaciones entre los sueños y las enfermedades mentales, perteneciente a la Interpretación de los sueños.

Es en este capítulo  de la Interpretación de los sueños nos habla de diferentes autores, como Hagen que en 1846 “define el delirio como vida onírica no producida por el dormir sino por enfermedades19 o Wund que formula “Podemos vivir en el sueño todos los fenómenos vividos en el manicomio20. También a Kant (1764) “El loco es alguien que sueña despierto21, y a Schopenhauer “el sueño es una locura breve y la locura un sueño prolongado22. Todos apuntan al nexo entre el sueño y la locura.

Pero sobre todo, Freud, se centra en Radestock que ya en 1879, hace una analogía entre sueño y locura. En el capítulo podemos encontrar a Freud poniendo de relevancia la analogía entre sueño y psicosis, dice: “alcanza su pleno valor sólo por el hecho de que extiende cómo parecido de familia, a los detalles de la mímica y las singularidades de la expresión del rostro"23.

Nos cuenta también que Radestock expone las teorías que en 1861 el neurólogo y psiquiatra Griesinger postula y dice que es quien con toda claridad descubrió el cumplimiento de deseo en cuanto rasgo común al modo de representación del sueño y de la psicosis. En este sentido incluye una serie de ejemplos en relación al delirio y al deseo. A mi parecer algunos de ellos caen en una generalización poco rigurosa.

Así mismo, Freud indica que Radestock pone de manifiesto también en sus textos que a la rápida sucesión de las representaciones en el sueño le corresponde la fuga de ideas en la psicosis.

Freud en el capítulo también pone de relieve que los pacientes al recuperarse de un delirio habitualmente dicen que les pareció un sueño, así, la línea entre sueño y delirio es aún más fina. Se equipara sueño y delirio en tanto que en ambos hay pérdida de la realidad y son formas de hacer con el real.

Cabe aclarar, en este punto, que para nosotros no es lo mismo psicosis que locura, Lacan en Acerca de la causalidad psíquica deja constancia de ello, sabemos que la locura universal no es la psicosis y que todo saber tiene estatuto de delirio.

Una clínica universal del Delirio

Y es que todos nuestros discursos sólo son defensas ante lo real. En su texto Ironía, Miller escribe: Subrayemos que la tesis de lo universal del delirio es una tesis freudiana. Para Freud, todo es sueño. Es lo que Lacan dice que dice Freud. Si todo es sueño, todo el mundo está loco, es decir, delirante. He aquí la tesis que propongo poner al frente de una clínica diferencial de las psicosis: todo el mundo está loco. Entonces es cuando se vuelve interesante hacer diferencias.

Todo el mundo está loco –es decir, delirante– es una verdad que pertenece a la clínica diferencial de la humanidad y de la animalidad. Porque los animales no están locos, salvo el asno aquel que lleva el Santo Sacramento, y esta carga, que atribuye al mérito de su persona, hace delirio de presunción. “Los animales, sin embargo, pueden suicidarse, por poco que la domesticación haya hecho existir para ellos la causa del deseo en el Otro”24.

Ampliando esta cuestión y en relación al despertar, Miller tiene en su excelente texto Despertar que podemos encontrar en Matemas 1, algunas magistrales puntualizaciones.

Enuncia que justamente en el despertar de todas las mañanas el sujeto del sueño vuelve a ser el sujeto de los diversos discursos que lo determinan para satisfacer el deseo de dormir.

Hay que matizar también, que el sueño no es el fantasma, de este modo pienso que podemos afirmar que el sueño es en el fantasma.  En relación a esto Miller escribe: “Allí donde el fantasma sostiene su libreto la ficción del lazo sexual, lo imaginario del sueño ofrece a veces, a lo que esta forcluído de lo simbólico, una ilustración visual patética que se paga con angustia. Por eso precisamente, el sueño no es la alucinación en la que lo forcluído retorna en lo real, dado el caso como real del lazo sexual"25.

Sabemos que estamos atravesados por el lenguaje y que todos nuestros discursos son defensas ante lo real del lazo sexual y dice Miller “éstas fórmulas recientes de Lacan hacen de la debilidad mental el estatus constitutivo del hablanteser y según las cuales todo el mundo delira o sueña todo el tiempo26. En este sentido despierto nadie es normal.

Otro punto interesante en el texto, es cuando a modo de orientación establece que, aunque el inconsciente implica que no solo se sueña cuando se duerme, el psicoanálisis puede inspirar el deseo de cómo sería despertar si esto fuera posible.

¿Cómo hacer con la brújula de la última enseñanza?

Volviendo a la conferencia de Miller clave en mi trabajo y en relación al no es más que sueño freudiano. Miller nos dice: “nada es más que sueño evoca a la primera edición francesa del Seminario El sinthome”27,  apunta ahí a la homogeneidad entre lo imaginario y lo real y dice: “Lo real tanto como lo simbólico se reabsorberían en lo imaginario”28.

Cosa que le lleva a pensar si la supremacía de lo imaginario es la condición para decirse nada es más que sueño. Carolina Koretzky en su libro Sueños y despertares: Una elucidación psicoanalítica apunta que “hay en lo imaginario algo que requiere que el sujeto duerma29, es lo real. Lo imaginario del sueño, nos dice Carolina, es la homeostasis del principio de placer y “participa del sueño mediante la alucinación que tiene acceso a la realización del deseo30.

Lacan en su Seminario 25 nos propone imaginar el real. En esta línea Lacan, en 1977 anuncia "el sueño de un despertar: La ausencia de tiempo es una cosa que soñamos, es lo que se llama eternidad, y ese sueño consiste en imaginar que nos despertamos31.

No es más que sueño propone investigar en torno a Freud su idea de normalidad imposible y las relaciones que se establecen entre el sueño y la locura, pero también acerca de la última enseñanza de Lacan en que dado que el principio del placer no se opone al principio de realidad nos plantea que despertamos para seguir soñando, pues despertar es uno de los nombres del real en tanto que imposible, es por el sentido que no nos despertamos nunca. Despertamos para seguir durmiendo en los discursos con los que nos hipnotizamos, cada uno en su mundo, para eludir el real que a cada uno concierne, un real al que tal vez imaginándolo nos podremos aproximar ni que sea por un instante para seguir soñando. Son los deseos y la homesostasis los que mantienen los sueños, el despertar absoluto sería la muerte. Así pues, el sueño de un despertar no es más que sueño.

 

Notas:

  1. Lacan, Jacques. “Lacan por Vincennes”. El Psicoanálisis nº41. Publicación de la Escuela Lacaniana de psicoanálisis del campo Freudiano, Barcelona, 2023.
  2. Harari, Angelina. “La diferencia absoluta del sueño”
  3. Miller, Jacques-Alain. “Todo el mundo es loco”. El Psicoanálisis nº41. Publicación de la Escuela Lacaniana de psicoanálisis del campo Freudiano. Barcelona, 2023, pp. 146-150.
  4. Lacan, Jacques. “La Tercera”. En los confines del seminario. Paidós, Buenos Aires, 2022, p. 130.
  5. Lacan, Jacques. “El momento de concluir”, clase del 15 de noviembre 1978. El Seminario, libro 25 inédito.
  6. Lacan, Jacques. L´insu que sait de l´une-bevue s´aile a mourre, inédito, clase del 17 de mayo 1977. El Seminario. libro 24, inédito.
  7. Miller, Jacques-Alain. Todo el mundo es loco. Paidós. Buenos Aires, 2015, p. 340.
  8. Ibid., p. 340.
  9. Freud, Sigmund. “La interpretación de los sueños”. Obras completas, Tomo IV, Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 17.
  10. Freud, Sigmund. “Revisión de la doctrina de los sueños”. Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis, Obras completas. Tomo XXII, Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 15.
  11. Miller, Jacques- Alain. “La ponencia del ventrílocuo”. Introducción a la clínica Lacaniana. Conferencias en España. RBA libros, Barcelona, 2006, p. 444.
  12. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1991, p. 62.
  13. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 14, La lógica del fantasma, inédito, clase del 25 de enero del 1967.
  14. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, op cit., p. 66.
  15. Lacan. Jacques. El Seminario, libro 17, El reverso del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 60.
  16. Freud, Sigmund. “Análisis Terminable e interminable”. Obras completas. Tomo XXIII. Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 224-257.
  17. Freud, Sigmund. “Pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis”. Obras completas. Tomo XIX. Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 196.
  18. Freud, Sigmund. “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”. Obras completas. Tomo XII. Amorrortu, Buenos Aires, 1989, pp. 223-231.
  19. Freud, Sigmund. “Relaciones entre los sueños y las enfermedades mentales”. La interpretación de los sueños, Obras completas. Tomo IV. Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 112.
  20. Ibid., p. 112.
  21. Ibid., p. 112.
  22. Ibid., p. 112.
  23. Ibid., p. 113.
  24. Miller, Jacques-Alain. “Ironía”, Consecuencias nº7. Revista digital del Instituto Clínico de Buenos Aires.
  25. Miller, Jacques-Alain. “Despertar”. Matemas 1. Manantial, Buenos Aires, 1987, pp. 119-121.
  26. Ibid., pp. 119-121.
  27. Miller, Jacques-Alain. “Todo el mundo es loco”, El psicoanálisis nº41. Publicación de la Escuela Lacaniana de psicoanálisis del campo Freudiano. Barcelona, 2023 pp. 146-150.
  28. Ibid., pp. 146-150.
  29. Koretzky, Carolina. Sueños y despertares: Una elucidación psicoanalítica. Grama Ediciones, Buenos aires, 2019, p. 201.
  30. Ibid., p. 201.
  31. Lacan, Jacques. El momento de concluir, clase del 15 de noviembre de 1977. El Seminario, libro 25, inédito.