El psicoanálisis no retrocede frente al patriarcado

Hans, un pequeño feminista

Lacan pone en evidencia la función de la doble madre, donde la metáfora paterna está desviada, donde no se puede decir que haya forclusión del Nombre-del-Padre; pero, en efecto, hay un padre insuficiente. Mediante la fórmula p(m) (m') Miller plantea que no hay la «P» del Nombre-del-Padre, sino una «p» minúscula como doble de la función materna1. Hay un desdoblamiento de la función materna para suplir la deficiencia paterna2. El pequeño Hans apuesta a realizar la metáfora paterna con los elementos femeninos de su historia. Cada domingo visitaba a su abuela, que encarnaba la autoridad. ¡Ahí tenemos a un pequeño feminista! Aunque el padre imaginario, el de la vida, esté maternizado; algunos sujetos encuentran fobias al mordisco de un caballo o abuelas a las que hay que visitar cada domingo, que vienen a ese lugar. Quizás algunos discursos feministas también cumplan esa función civilizadora del goce.

Del padre a la significantización del goce

J.-A. Miller también plantea salir de la formulación en términos edípicos, papá y mamá.

https://www.pipol11.eu/wp-content/uploads/2023/05/Image-Arraz.png

La primera es el Edipo freudiano, luego la significantización (falo mediante) del goce desconocido, es un secreto dentro de la metáfora paterna. La última es igual a la segunda generalizada, que también se refiere a la significantización del goce3. Más allá de que se trate de un padre, de un hombre, de una mujer, de un trangender, de una abuela, de un falo, se trata de significantizar un goce, lo cual permite negativizarlo. Quizás lo que se denuncia como patriarcado no es más que la violencia del goce, no significantizado por algunos; una caricatura atroz del padre todopoderoso de la horda, un padre que no hace suficientemente su «père-versión» sobre el goce, sino que goza sin límites. Como plantea Marcelo Barros, «la condición viril es la de aceptar ser prescindible. La pomposa vanidad del hombre es una defensa contra ese ineludible destino. El imperativo machista sigue pesando sobre ellos, pero se combina con el imperativo de la sociedad de rendimiento»4.

El psicoanálisis, otra posibilidad

El psicoanálisis ofrece otra posibilidad, en ésta época en la que declina la función civilizadora del padre. La metáfora paterna interpreta el deseo de la madre y permite al niño separarse un poquito de ser el objeto devorado por aquella, otorgándole en ocasiones ciertos blasones a los que identificarse. Pero Lacan descubre, siguiendo la estela de los «restos» sintomáticos de Freud, un real irreductible a la interpretación.

El psicoanálisis permite salirse un poco de la repetición de la historieta familiar, significantizar el goce de un nuevo modo, menos sufriente, vía la escucha con interpretación, para en última instancia cernir un real ininterpretable.

 

Notas:

  1. Miller, J.-A., Elucidación de Lacan, Charlas brasileñas. Paidós, Buenos Aires, 1998, p. 446.
  2. Ibid., p. 446
  3. Ibid., p. 315
  4. Barros, M., El horror a la paternidad. Modesto Rimba, Argentina, 2018, p.81.