El psicoanálisis lacaniano en el XVIII Congreso Internacional de Ginecología Psicosomática (ISPG) | José Ángel Rodríguez Ribas

ispog_cartelEn un magnífico ambiente internacional, y en el marco de La Térmica, de la Diputación de Málaga, tuvo lugar el XVIII Congreso Internacional de la Sociedad Internacional de Ginecología Psicosomática. Auspiciado por la Red de Psicoanálisis y Medicina de la ELP/AMP y gracias a los buenos oficios de Carlos Damonte, ginecólogo y actual presidente de la ISPOG, así como de Rosario León, psicoanalista y socia de la Sede de de Valencia que actuó de moderadora de la mesa: "Psicoanálisis y Ginecología", invitada a tal fin dentro de las comunicaciones simultáneas que tuvieron lugar.

En primer lugar tomó la palabra el Dr. José Angel Rodriguez Ribas, psicoanalista, miembro de la ELP/AMP  con su comunicación: "Que dice el psicoanálisis del cuerpo de las mujeres". En ella, comentó que  el cuerpo femenino siempre ha sido un misterio, incluso, para los propios galenos. Desde la ya primitiva noción de hysteria (hyaterá, matriz) que constataba la movilidad cenestésica de los órganos femeninos, hasta las afecciones conversivas traducida como posesiones demoníacas en la Edad Media, estos, siempre tuvieron una plasticidad misteriosa que contribuyó a su siniestra mitificación. S. Freud, descubre el inconsciente gracias a las mujeres: es en su silencio a las demandas aclaratorias de sus primeras pacientes como pudo descubrir ese oscuro continente  marcado por la complacencia y el rechazo somáticos: aquel que en virtud de determinadas representaciones, inconscientes, tomaban al cuerpo como soporte de ciertos deseos reprimidos. Inaugurando, por otra parte, una novedosa manera de comprender las afecciones Psicosomáticas que no pasaran exclusivamente por las deficiencias orgánicas, la ausencia de voluntad o un sistema de creencias erróneas, a modificar. En esta comunicación pretendemos hacer un repaso a la cuestión de qué es el Cuerpo para el Psicoanálisis, en sus diversos paradigmas, para atender a la especificidad del femenino como radical excentricidad y alteridad que lo hace extraño, incluso, para ella misma. Un espacio de escucha, por fuera del trastorno y centrado en su especificidad subjetiva parece imponerse, so pena que el inconsciente siga hablando...en otro lugar.

A continuación tomó la palabra Antónia García Lozano, psicoanalista y miembro de la ELP/AMP  con su comunicación: "La subjetividad en la historia clínica ginecológica". En ella, pretendía hacer hincapié en la relación médico-paciente para ir más allá de los protocolos. 1-Se trata de averiguar lo que hay detrás del síntoma físico para saber la función que cumple en la vida del sujeto yen su relación con los otros. 2-Enfocar la enfermedad como una posible defensa frente a la Depresión. 3-Implicación subjetiva en el tratamiento. Según Antónia, partimos de la consideración del síntoma como expresión  de un malestar relacionado con los ciclos biológicos de las mujeres. Si ponemos el acento en los acontecimientos vitales que suponen pérdidas, podríamos valorar las situaciones que suponen un mayor riesgo de somatización en sujetos deprimidos. La depresión postparto en madre narcisista como reverso especular de una madre devoradora. Tanto el rechazo como la sobreprotección del hijo tiene consecuencias sintomáticas. En estos casos escuchamos el sentimiento de culpa que encuentra su castigo en la enfermedad. El sujeto somatiza, manifestando una gran resistencia a la curación.

En tercer lugar, tomó la palabra Maite Esteban, psicoanalista y miembro de la ELP/AMP, con su comunicación: "La congoja femenina". Disponer de los sentidos que abre el término congoja: desmayo, angustia y aflicción del ánimo es un punto de partida para  investigar en qué  estos sentidos pueden afectar la clínica ginecológica y/o psicoanalítica. La cita con el paciente y lo que ahí  puede prender  puede conducirnos  a los encuentros  donde  palabra y  cuerpo están afectados. De estos encuentros pueden testimoniar ambas disciplinas aunque lo hagan por distintas razones y con  recorridos diferenciados. Para los psicoanalistas la angustia es piedra angular. Esto conlleva tomar en serio lo que este afecto, el único que no engaña, puede orientar. Teniendo en cuenta las diferencias que separan el organismo vivo,  campo de  la medicina, de la cartografía libidinal que hace el  cuerpo hablante para el psicoanálisis,  desarrollaré algunos aspectos que  conviene considerar y hacer hablar si efectivamente, hablamos no solo de angustia sino también de mujeres. La Ginecología perdería su razón de ser sin ellas y el Psicoanálisis  simplemente no existiría. Ambas son potentes razones para agradecer  lo que ellas tengan para decir. La congoja femenina, aquello que contienen muchos de sus  dichos,  no son solo expresión de zozobra, pueden llegar a ser  también oportunidad.  Tratándose de un Congreso de Ginecología y Psicosomática, hizo desfilar algunos célebres embarazos como marco y pretexto para, sobre ese fondo, poner de relieve algunas consideraciones sobre la angustia al denunciar que la dificultad para cernir su causa no justifica que se narcotice lo que ella puede tener de oportunidad. En ese escenario, el embarazo histérico de Anna O,  o el  del transexual Thomas Beatie  y las declaraciones de una bióloga engendrada in vitro contando un sueño de angustia, le permitieron poner el acento en la historia siempre única e irrepetible que está  en juego en ese acontecimiento del cuerpo que llamamos embarazo. El cuerpo del que se ocupa el psicoanálisis es el cuerpo afectado por las palabras y sabemos que los divanes acogen  la incidencia y la importancia de los dichos escuchados en torno al nacimiento, las circunstancias que rodearon al mismo, en definitiva esas marcas que revelan siempre su  carácter indeleble. Desangustiar, siempre, pero sin desculpabilizar y eliminando del afecto, el cortejo de fenómenos corporales que le acompaña sin suturar la división subjetiva.

Destacando el magnífico ambiente, la sorpresa de muchos asistentes ante el enfoque dado, así como la pertinencia de muchas de las preguntas suscitadas se dio por concluida nuestra participación en el Congreso, no sin antes reiterar la disposición de los psicoanalistas lacanianos a la "educación freudiana del pueblo" tal y como enunció en su momento J-A. Miller. En la labor de reinstaurar la singularidad radical de la subjetividad y ante la invitación de seguir colaborando con la ISPG, allí nos podrán encontrar siempre.