Ecos del Foro Autismo: ¿BIODISCIPLINAR A LOS SUJETOS AUTISTAS? Un novedoso apartheid psicológico. Fernando Martín Aduriz (Palencia)
Señaló Guy Briole el peligro de biodisciplinar a los autistas. El término es interesante, de resonancias foucaltianas, y ciertamente produce escalofríos, aún más por proceder de un psiquiatra de largo recorrido en Hospitales, de amplia experiencia. No hemos podido hacer nada con los hiperactivos: el número de niños hiperactivos biodisciplinados crece. ¿Permitiremos que también se biodiscipline a los niños autistas?
Para evitarlo, en España, la ELP, del brazo de una organización entusiasta, con Elizabeth Escayola de aglutinadora de esfuerzos y de gentes, dimos un importante primer paso. El Foro de Barcelona convocado bajo el título de Lo que la evaluación silencia. Un caso urgente: el autismo , fue celebrado este sábado 19 de junio en el WORD TRADE CENTER, junto al Mar Mediterráneo y ante la presencia de más de 500 personas que abarrotaron el Salón de Actos. Éxito absoluto: brillantez de las intervenciones, variedad de los testimonios, seguimiento entusiasta por parte del público, ovaciones constantes, buen humor, -¡excelente sentido del humor!-, emoción en las intervenciones de los padres, y en las de los psicoanalistas, como en el caso de Félix Rueda, emocionado al evocar a sus primeros autistas. En fin, entusiasmo colectivo, y posibilidad de repetición de nuevos Foros,... es decir, los ingredientes soñados para una Convocatoria de esta magnitud.
Ciertamente es difícil resumir un conjunto de intervenciones tan heteróclitas. Pero si tuviera que escoger un hilo conductor común a todas ellas diría que la intervención de Torres Mora representa el estilo y el objetivo de este Foro. Desde hace tiempo este Profesor de Universidad, experto en Sociología y Diputado en el Congreso de los Diputados acude a nuestras Convocatorias, o apoya nuestro esfuerzo de psicoanalistas cuando nos dirigimos a la opinión pública. Pero en esta ocasión supo dar con el marco en donde podemos entender nuestra acción, explicar para qué sirve un Foro.
Resulta que hay que hablar. Algo tan sencillo, y viejo, como olvidado al parecer. Que es verdad que hablando no se entiende la gente, pero que hay que intentarlo. Que es verdad que el lenguaje está lleno de malentendidos, de sobreentendidos, pero que no tenemos otra. Que la biología, la neurociencia, el conductismo, el cognitivismo, no nos sirven, y mucho menos para entrar en relación unos con otros, porque como diría en este Foro el Dr. Peteiro, no hay ciencia de la relación entre dos. El esfuerzo del psicoanálisis es demostrar que no hay etiquetas posibles cuando cada sujeto es inclasificable. O como dijera Jacques Alain Miller en el primer Foro celebrado en Barcelona a comienzos de este siglo: ¡Todos locos!, como dijera Lacan, de acuerdo, pero se trata de asegurarnos de que nadie trate de imitar la locura del de al lado.
Luego, hay que inventar, hay que aceptar el error, la falla, el lugar vacío, y no atormentar con la eficacia, la completud, lo absoluto. Por eso Torres Mora reivindicó que no hay que callarse, que es verdad que hoy la política sufre un ataque fuerte: que los políticos no discutan y que se pongan de acuerdo. Pero para ponerse de acuerdo, hay que dialogar. Y huir de la tentación del lenguaje unívoco a la que nos quieren conducir los ideólogos de la evaluación. El lenguaje es equívoco. Y que hay que salir a la palestra, al espacio público, hay que estar al cabo de la calle, hay que reivindicar el lazo social, por problemático que nos resulte, hay que preferir eso a las cárceles de lujo donde los poderosos huyen de la gente por temor a perder, por sentirse seguros. Hay que oponerse a las nuevas formas de segregación, ora bioquímicas, ora clasificadoras. O del propio lenguaje.
Porque resulta que cuando se ha incorporado al lenguaje, cuando una especie corre de boca en boca, como la moneda gastada de Mallarmé, que nos evocara Lacan, resulta que cuesta horrores decir que no es eso. Que eso no es. Manuel Fernández. Blanco lo expresó con la claridad a la que nos tiene acostumbrados: hablamos conductismo sin saberlo. Usamos palabras como habilidades sociales, autoestima, eficacia, asertividad, hiperactividad, y ciertamente no nos conducen sino a la superficie de los problemas, son un trampantojo, son el trampantojo moderno que tapa una vieja fachada skinneriana con tintes lombrosianos y, lo que es aún peor, un novedoso apartheid psicológico. A un lado, los que tienen algún Trastorno, -grupo cada vez más numeroso, lo que despierta sospechas por su perfume de consumidores de fármacos, como denunció el Presidente de la Plataforma Internacional contra la Medicalización en la Infancia, Juan Pundik, psicoanalista de la ELP; sospechas que también se leen entre líneas en la carta, Desde el Senado para el Foro de Barcelona, de la Senadora española Miriam Andrés, Vicepresidenta de la Comisión de Sanidad del Senado de España, quien nos envió un claro Mensaje proponiendo dar cauce parlamentario a nuestras conclusiones-, a un lado los sujetos trastornados, y a otro, los que supuestamente no presentan ningún trastorno, entre los que estarán, claro, los evaluadores, ellos limpios de cualquier contaminación y problema psicológico. Ocurre que empieza a ser un poco increíble para la opinión pública más despierta el alto número de diagnósticos psicológicos que se acompañan de medicación, la ausencia de publicación de investigaciones contrarias a sus tesis, como señaló Laia Torrent, investigadora en neurociencias, o el culto al número y el desprecio al argumento.
El caso es que así, entre emocionantes testimonios de padres de autistas, de padres valientes que optaron por elegir libremente un tratamiento no cognitivo-conductual para sus hijos, que vieron el progreso en sus hijos a lo largo de su análisis, que sintieron el apoyo en este Foro de otros muchos padres procedentes de diferentes lugares de España, fue discurriendo un Foro, que siguiendo la estela de los Foros organizados en París por Jacques Alain Miller, da sentido a la serie de los que vendrán.
Se trabaja ya en la intervención completa de Éric Laurent, titulada El espectro de los autistas y la construcción de los bordes, que trataremos de resumir para este BLOG.