Contrapunto: el sujeto y su agujero. jalvarez (redactor)
Un excelente artículo aparecido en el Suplemento dominical de El País, ha llamado nuestra atención, porque pone un contrapunto agudo, lúcido y no exento de humor, a las llamadas -tan rutilantemente- teorías científicas de la psicología actual en lo concerniente a la concepción del sujeto, siempre concebido como una totalidad, cuyas alteraciones son meros disfuncionamientos que hay que corregir mediante un arsenal propio de lo que podemos denominar, sin ningún género de dudas, de una psicología prehumana.
He aquí entonces este breve e imprescindible artículo que esperamos haga las delicias de nuestros, cada vez, más numerosos e interesados lectores.
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LA REALIDAD ES UN AGUJERO. Juan José Millás (Madrid)
No hay agujero inocente. El de la foto llevaba 200 o 300 años sin decir esta boca es mía cuando algo le sentó mal y puso patas arriba el tráfico aéreo y la economía de medio mundo.
Tarde o temprano, los agujeros te dan un disgusto, te la juegan. Los pozos se secan, los oídos se atascan, la garganta se hincha, las toperas te destrozan el césped, los cañones disparan, las chimeneas de obturan, las narices se obstruyen, los poros de la piel se ensucian...
No hay agujero inocente ni en desuso. Y no hay realidad sin agujeros. Más aún: la realidad es un agujero, un boquete, un hoyo, una brecha, un ojo (sin pupila), un taladro, una fisura. No darás en el diccionario con el antónimo de agujero porque lo que no es agujero es espejismo.
Vivimos como si fuéramos un volumen (la sensación de vacío resulta insoportable), pero somos una grieta. Por eso nos pasamos la vida tapando agujeros: el de la cuenta corriente, el del hambre, el de la decepción, el del fracaso, el de la ausencia de los seres queridos...
La agenda es puro vacío, por eso presumen de ella quienes logran llenarla. Los días de la semana, como los meses del año y los años de la existencia, son agujeros en los que intentamos poner orden, no siempre con éxito. Por eso los colocamos uno detrás de otro. Lunes, martes, miércoles... Enero, febrero, marzo, abril...
Cada minuto es un agujero por el que nos deslizamos hacia la muerte (el agujero primordial) al modo en que el agua sucia desaparece por el sumidero del lavabo. A veces alguien tira de la cadena, o aprieta el gatillo, y el agujero se convierte en noticia.
