Crónica: III Jornadas de ADEAMED: Sufrimientos adolescentes. Carmen Campos (Sevilla)

La Asociación de Escucha a Menores en Dificultad, ADEAMED, se constituyó en Jerez de la Frontera en el año 2004, encontramos esta fórmula ágil para poder estar en el ámbito local, en diálogo con las instituciones y haciendo un trabajo de extensión del discurso psicoanalítico.

La asociación está formada por dos miembros de la ELP que residen en Jerez, dos socios de la sede de Sevilla de la Comunidad Andaluza de la ELP que residen en Cádiz, y seis personas más que participan en actividades del ICF en Sevilla y residen en Jerez.

El curso pasado Adeamed tomó a su cargo integrarse en la Red Cereda con el Grupo de investigación del niño y el adolescente en el discurso psicoanalítico con el tema “Las Adolescencias y el Lazo Social”, realizando distintos talleres de los que ya dimos cuenta en este Blog*.

En este mes de octubre hemos realizado nuestras III Jornadas: Sufrimientos Adolescentes, con un formato de dos actividades.

La primera actividad consistió en una mesa redonda sobre “Adolescencia y exclusión social”, planteada cómo un diálogo entre distintas instituciones. Frente a una sala con más de cincuenta personas, los invitados a la mesa desarrollaron sus intervenciones.

Miguel Ángel Fernández Caballero, psicólogo del equipo de tratamiento familiar del Ayuntamiento de Jerez, expuso cómo la exclusión comienza cuando hay menores que pasan el 70% de su tiempo expulsados del sistema escolar y del núcleo familiar. Entre los factores de riesgo que detectan son la monoparentalidad, la falta de recursos en la familia, la no intervención con los menores, la excesiva penalización y judicialización, y el ser varón. Defiende que hay que crear redes de apoyo a la familia y trabajar en la detección y prevención de situaciones de riesgo de exclusión.

Remedios González Pérez, educadora del equipo técnico del Juzgado de Menores de Cádiz, nos explicó que la actuación del equipo técnico es preceptiva en los menores de 14 a 18 años, que hayan cometido faltas o delitos. Siempre que sea posible se prioriza trabajar con el menor en medio abierto. Explicó los distintos tipos de medidas que pueden adoptarse.

Paloma Larena Colom, psicóloga clínica, psicoanalista, miembro de la ELP, coordinadora técnica del Centro de Internamiento por Medidas Judiciales Juslibol, en Zaragoza, expuso una experiencia inédita de un centro orientado por el psicoanálisis.

El proyecto comenzó hace cinco años cuando personas procedentes del ámbito de salud mental fueron llamados por la administración para actuar en una situación de crisis de un reformatorio con múltiples problemas y entre ellos el nivel de violencia.

Los cambios se realizaron progresivamente, lo primero que se modificó fue aplicar la ley, no el reglamento interno del centro, ya que observaron que la ley era más democrática, esto permitió rebajar considerablemente los expedientes disciplinarios a los menores.

El sistema de funcionamiento es mixto entre lo público y lo privado, de forma que el control que debe ejercer la administración sobre este tipo de centros se convierte en un trabajo en común, ya que están presencialmente en el mismo espacio en diálogo permanente. Se trata de un buen encuentro que ha permitido una buena escucha e intervención.

José Chamizo de la Rubia, Defensor del Pueblo Andaluz, se lamentaba de lo poco que pintan políticamente los menores y lo importante que es para la institución que representa escucharlos, el dentro de su comité asesor tiene incluido a un grupo de menores y al menos tres veces al año conversa con ellos, y se mantiene en contacto permanente con el correo electrónico.

Puso ejemplos interesantes de cómo detrás de la agresividad de un menor a sus padres había escuchado un sentimiento de no creerse querido o el tener demasiado dinero cómo un problema que cierra el deseo de acercarse al saber o al trabajo.

Le preocupa especialmente la descoordinación entre recursos que atienden a los menores y especialmente las Unidades de Salud Mental Infanto- Juvenil, ya que con respecto al diagnóstico de determinados adolescentes con trastornos de conductas dice “nadie dice ná”, y falta la orientación que proporciona un diagnóstico.

Cree que los padres hoy necesitan mucha ayuda ya que, aunque la brecha generacional siempre ha existido, la ruptura actual es muy grande y se dificulta el diálogo entre generaciones, hay una desconexión que el nombra como “Brecha Digital”.

La segunda actividad realizada fue un taller de formación sobre “La clínica del acto en los adolescentes” impartido por Paloma Larena con treinta y cuatro inscritos.

La docente explicó qué es un acto cómo límite o frontera, sin posibilidad de retroceso, es sin sujeto, sin pensamiento, y el sujeto podrá hacerse cargo o no, dependiendo de las consecuencias.

Desarrolló las diferencias entre el acting out y el pasaje al acto. Mientra que en el primero hay una llamada al Otro y pide una interpretación, en el segundo hay un separarse del Otro perseguidor, intrusivo, de aquel que debería haber cumplido una función de sostén y humanización.

Ilustró las dos vertientes del síntomas cómo malestar y cómo goce, y que el trabajo con los adolescentes se inicia pasando del acto a construir un síntoma, para ello hay que entender que tienen que decir "no" muchas veces para que puedan decir "sí".

Muchos de los menores que están en un centro de internamiento tienen vidas fragmentadas hechas de retazos, y hay que promover la construcción imaginaria de uno mismo, construirse un personaje. El orden del cuarto y el cuidado de su cuerpo es un elemento de orden en sus cabezas.

Se hace necesario un acompañamiento verdadero y no preocupado. Lo cómico, la risa, que no la ironía que tiene una intención agresiva, son elementos que ayudan, desdramatizando y usando el humor. Hay que ayudar a historizar a partir de los retazos.

Con respecto a la agresividad hay que entender que en la autoagresión que implica por ejemplo el golpe en la pared, puede estar la lógica de no golpear al otro. El acto se presenta sin sujeto y no hay un cálculo.

En este tipo de centro se trata de elaborar un proyecto educativo individualizado que conjugue lo particular y lo colectivo.

Sobre el encuentro con el otro sexo, en su experiencia, cuando no hay el significante fálico se responde a la pregunta que es un hombre haciendo de padre, una cuarta parte de los chicos entre 15 y 16 años que atienden ya tienen u n hijo o más de uno.
Otros frente al agujero que produce la sexualidad responden con el consumo de tóxicos.

El taller se ilustró con diferentes casos clínicos aportados por Paloma Larena y Carmen Campos.

* Se pueden encontrar estos artículos de referencia en este BLOG-ELP en el apartado de "Búsquedas" escribiendo la palabra "adolescencias".