Crónica: Presentación y coloquio del Documental: “Otras Voces”. Antonio de la Cueva Delgado (Sevilla)

En una ciudad que siempre despierta temprana al aroma de azahar primaveral, se desarrolló el viernes 14 de marzo, en la Sala Juan de Mairena del espacio cultural “Cajasol”, la presentación y coloquio del Documental: “Otras Voces”.

La introducción corrió a cargo de la psicoanalista María Cruz Rodríguez Torres y el psicoanalista José Ángel Rodríguez Ribas (secretario ELP Sevilla). Tras el documental estuvieron en la mesa de debate, los psicoanalistas (ELP Sevilla) Antonio de la Cueva Delgado, moderador, así como Graciela Olivari Pigani, responsable red CEREDA en la ciudad, que presentó un texto y participó en el debate, junto con la presencia de dos invitadas: la psicoanalista Gracia Viscasillas Ballarin, y Cristina Laborda, madre; ambas miembros de la Asociación TEAdir-Aragón, quienes animaron el coloquio, que contó con bastante participación por parte de la notable asistencia al mismo.

A pesar de ciertas dificultades técnicas durante y después de la proyección, que parecía que Tintín y Milú andaban haciendo travesuras por la sala, el debate fue si cabe más vivo y dinámico, por lo inesperado del asunto.

Entre las diversas intervenciones de madres/padres así como de profesionales, quisiera destacar de dicha conversación, las siguientes ideas, por no llamarlo crónica del encuentro:

Gracia llevó el hilo conductor del coloquio y destacó el valor del encuentro, aunque el fondo de la proyección tuvo una primera fase de desencuentro, ante las dificultades técnicas del visionado del documental. Algo que recogió para considerar que el trabajo con autistas se basa precisamente en encuentros. Ella misma fue elegida por este trabajo, pues al inicio no tenía ninguna experiencia, pero sí una sensibilidad hacia este sufrimiento. Entonces su labor fue conducirse por ellos, y en este recorrido con ellos, se sintió capturada.

Cristina, madre de la Asociación TEAdir reivindicó lo necesario que es dar la palabra a los padres. El encuentro con diferentes personas era una conexión, un respeto hacia su hijo. Es importante el derecho a ser padres, como cualquier otro. Tener un sitio dónde sentirse acogido, sin pruebas médicas, protocolos, valoraciones, sin agobios. Un lugar dónde te acojan y te den una cobertura a cada familia una, diferente. Acogida y respeto, que en cada uno es diferente.

Como ejemplo, un participante activo del público, miembro también de TEAdir, puso como ejemplo una madre que apareció con un tocho de expedientes médicos y la directora del centro de jardín de infancia, con buen criterio retiró todos los expedientes; le dijo “háblame de tú hijo, los expedientes no hablan de los niños”. Y es que hay que hacer un trabajo de restitución con los padres, pues el periplo de recorridos por el que pasan los padres puede ser desgarrador.

Un familiar entre el público de origen colombiano, que tiene una hermana en Bogotá cuyo hijo de 6 años fue diagnosticado de Síndrome Asperger, acaba de entrar en educación Primaria y lo está pasando muy mal; preguntaba por la diferencia entre Autismo y Síndrome Asperger. Gracia respondía que el lenguaje está más preservado en el Asperger, aunque se utiliza de forma más particular. Para ello, presentó el ejemplo de Albert, que durante el desarrollo del documental tenía que hablar, pero mostraba dificultades para dejar de hacerlo. Tuvieron que idear entre los dos una manera, y fue a través del personaje de Tintín, con el que lograron hacer buenas migas con el otro joven, Pedro. En general, son niños inteligentes pero hay determinadas capacidades que se destacan más. Al concluir el coloquio, de un modo más particular, Gracia se acercó a esta persona y le dio indicaciones de posibles contactos, para que estos familiares se pudiesen orientar en dicha ciudad, y así poder hacer un trabajo con los profesores del centro y con la red amplia de profesionales.

Otra asistente del público preguntó por las obsesiones, respondiendo Gracia que depende de cada caso. A veces la obsesión es el hallazgo por el cual encuentran una manera de hacerse con la vida. Algunos, como Martín, siempre están pintando; otros están abriendo puertas continuamente. Sin embargo, es necesario partir de ahí, “no sabemos para qué rayos le sirven, pero para ellos es importante”. Hay que acompañarlos y darle valor a eso. Graciela Olivari exponía otro caso particular, “Guille”, su vida caminaba a través de un papelito. Decía que hay que ser muy observador y delicado para ver que no está haciendo siempre la misma repetición.

En definitiva es un uso, que no siempre es el mismo. En vez de retirarlo, aprovecharlo. Desde el público señalaban que el discurso actual de la psicopedagogía, va en la línea de que las estereotipias son elementos extraños, que atentan contra la terapéutica. Apostar en acompañarles en este trabajo, no es sencillo, a veces te lleva a ciegas. Cristina, puntualizaba al respecto lo importante que es para ellos, darse cuenta que lo están escuchando y darle un valor a lo que dice. Le quita mucho estrés.

José Ángel, psicoanalista, verbalizaba cómo se sigue sorprendiendo del documental. Consideraba que hay que saber mucho para no saber; pues paradójicamente a un problema viene una solución. Dejar a un lado el saber. Tomar cualquier mínimo detalle para ver la posibilidad de establecer un vínculo. Para ello, expuso un ejemplo, donde su intervención fue una improvisación. Un pequeño accidente en una sesión, hace decir al profesional “batacazo”; palabra que repetirá el propio niño con la sonrisa del terapeuta y del propio niño, que produjo la ocasión del encuentro. Es decir, estar continuamente dispuesto a eso que salga y recogerlo. Abierto a la sorpresa.

Gracia señaló en otro momento, que el psicoanalista italiano Antonio Di Ciaccia comentaba que desde el tratamiento cognitivo-conductual se apunta a una regulación de la vida. Y desde el psicoanálisis se apunta al surgimiento del deseo que aporta la vida. Es una diferencia importante.

Otro asistente, profesional que trabaja como orientador en un centro escolar, intervino de una manera espontánea y brillante, refiriendo su experiencia en un aula específica, dónde tuvo su primera experiencia con autistas. Decía de entrada: “yo pienso que siempre se puede hacer algo”, mostrando su deseo y varias anécdotas. Entre ellas, cómo en una entrevista con una madre le tuvo que preguntar que quería de su hijo, respondiéndole ella que fuese feliz; lo cual indujo a la madre a darse cuenta que tenía que cambiar la forma de intervención con el menor, pues no se trata de conseguir un niño domesticado, que lo repite todo. Además, le dijeron a la madre que “Si este profesional era psicoanalista y que estos culpaban a los padres”.

Gracia Viscasillas señalaba que “no se le devuelve nada al niño”. Siguió hablando este profesional del público, refiriendo algo que fue subrayado por Gracia, cuando refería que en estos encuentros con menores autistas, se produce un “destello” en los que ellos deciden que uno está con ellos. Al mismo tiempo, Gracia le señaló que no existe un encuadre psicoanalítico con niños autistas, aunque sí se trabaja desde una orientación psicoanalítica; pues en el documental los distintos profesionales hablaban de instituciones. Cada uno puede tener su disciplina. Se trata de esos encuentros, de esos destellos, dónde cada sesión se puede desarrollar en los sitios menos inesperados: pasillo, patio, espacio dónde está situada la máquina del café, etc. Estos niños suelen tener un montón de adiestradores. Hay que realizar un acompañamiento, aunque Gracia prefería decir partenaire. Realizar un acompañamiento tranquilo, sin invadir, respetando las decisiones. Para ello, hizo referencia al libro de Donna Williams, persona autista,” Alguien en algún lugar”, que decía que ella buscaba un guía que le siguiese, un poco paradójico, pero definía muy bien lo que en Francia significa Partenaire. En definitiva hay diferentes personas, diferentes encuentros y diferentes recorridos. Hay que estar ahí intentando un destello. Cuando se produce hay que sostenerlo, pues esa pequeña apertura es oro. Hay que mantenerla siempre.

Otro familiar preocupado por personas con esta problemática, pero que han alcanzado la mayoría de edad, por no decir la madurez, preguntaba que ocurría con ellos una vez llegados a cierta edad. Gracia planteó que ella recibe también personas que tienen cierta edad, y que lo importante es trabajar con ellos desde pequeños. El colegio es importante, así como lugares donde puedan estar bien. Cristina receptiva a esta cuestión, planteaba que los padres quieren que sus hijos sean autónomos. Hay personas que están más afectadas que otras. Cada familia es un mundo, pero la de cada uno. Un profesional dentro del público opinaba que prejuzgar que un niño que padece tal síndrome va reaccionar de tal manera es una ficción científica, por no decir una barbaridad y una falta de respeto.

Otro profesional del público comentaba que estamos en un camino muy incipiente, aunque cada vez hay más eco en la sociedad. Queda mucho por trabajar por parte de los distintos profesionales intervinientes. Hay que estar abiertos y es fundamental la relación en el centro de los profesores. “Nosotros pedimos un grupo de trabajo. Eso hace muchísimo”. El próximo día 2 de abril celebrarán el día del Autismo en el centro escolar dónde trabaja. Es una cuestión que la sociedad debe soportar, compartir, en sentido positivo.

El cierre del acto correspondió al Secretario de la Sede de Sevilla, quien agradeció la asistencia a las entidades participantes, así como a los asistentes profesionales y público en general, esperando que la conversación continúe en un futuro.

Para ir finalizando está crónica quisiera concluir que hacer eco en la ciudad fue precedido por un trabajo previo, no sólo de contactos con diversas instituciones: Ayuntamiento Sevilla, Asociación de Autismo, Colegio de Psicólogos, Allegados, diversas asociaciones, etc.; sino que también se introdujeron, de forma temporalizada, cuatro textos breves de sensibilización hacia el tema, que más abajo reproducimos.

Por último, nuevamente agradecer, en este diferente escenario en la ciudad, el esfuerzo realizado por la Comisión de Organización: Antonio de la Cueva Delgado, Graciela Olivari Pigani, María Cruz Rodríguez Torres y José Ángel Rodríguez Ribas.

A todos nos quedó la sensación de que al igual que pasaba en las andanzas de Tintín y Milú, hay que hacer de la impotencia pura potencia para ir en busca de nuevas aventuras.
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TEXTO 1
María Cruz Rodríguez Torres

El hecho de que los autistas no nos escuchen provoca que no les escuchemos nosotros a ellos. pero finalmente, sin duda, hay algo que decirles. Jacques Lacan

La clínica del autismo, tanto en su aparición como en su evolución, es tan diversa que ha dado lugar al denominado Espectro Autístico con el que se trata de dilucidar qué entraría bajo el diagnóstico de autismo.

El concepto, “Retorno del goce a un borde”, pensado ahora como neo-borde, es una aportación articulada por Eric Laurent en la que introduce el modo particular de la defensa autística, se trata de las nuevas reflexiones que adquieren fuerza al ponerlas en relación sistemáticamente con la última enseñanza de Lacan, leída ésta con la clave de la orientación hacia lo real como fue proporcionada por Jacques Alain Miller.

Anclándose en esta última enseñanza de Lacan las investigaciones actuales sobre el autismo, tanto en su vertiente clínica como teórica parten del mismo fondo: todo sujeto se defiende de lo real de algún modo y así se constituye su subjetividad y su relación con el mundo.

Hay otra especificidad que aporta Eric Laurent en su libro “La batalla del autismo”. De la clínica a la política, en donde dice “el sujeto autista elude ceder la voz, la propia enunciación, como objeto en su relación con posibles partenaire”.

Esta no cesión del disfrute vocal tiene como consecuencia maneras específicas de manejar el lenguaje que van desde convertirlo en una lengua de signos desprovista de toda afectividad, pero cercana al intercambio, hasta lenguas privadas que sirven poco para la comunicación.

Tratando de rescatar la singularidad y la lógica del autismo, hay recogidos testimonios clínicos de autistas que muestran aquellos métodos que mejor les ayudan y son aquellos que no sacrifican ni la individualidad ni la libertad del sujeto, sino los que se apoyan en sus invenciones y en sus particulares capacidades.

Estos testimonios enseñan lo que ha favorecido u obstaculizado la cuestión crucial de darse un lugar en el mundo, como condición necesaria para habitar en él con los otros.

Cuando el autista pasa a ser rehén del discurso cientifista, es sometido a todos los intentos posibles de reducción a una ley (en el sentido en que se habla de las leyes naturales), cuando, lo real, que por él responde, muestra la imposibilidad de esa misma operación. El autismo es una demostración viva de que lo real más humano es sin ley, se encuentra más allá de cualquier reducción posible.

En consecuencia la singularidad del tratamiento psicoanalítico del autismo, está en no tratarlo como un déficit a recuperar, sino como una apuesta radical por la singularidad de cada sujeto autista y una búsqueda de lo que de cada sujeto puede servir de enganche con los otros.

Jean Claude Maleval, en su libro “El autista y su voz”, habla de unos ejes que vienen a ser como una brújula inestimable para profesionales a cargo del tratamiento del autismo.

La posición del interlocutor de un sujeto autista es una posición que tiene que combinar el respeto absoluto a su repliegue en el interior de un borde y la “oferta amable” de que algo pudiera entrar en ese borde, ese algo no es algo previamente determinado, sino algo que se irá perfilando en función de los intereses, exiguos, del sujeto.

Desde esta perspectiva, recordamos el término “autismo a dos” de E. Laurent, acompañar al sujeto, en la medida de lo posible, en la ampliación y enriquecimiento, complejización del borde, entendiendo que el borde es aquello que precisamente protege al sujeto autista del afuera.

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TEXTO 2
José Ángel Rodríguez Ribas.

Tomemos alguna referencias del Seminario del Departamento de Psicoanálisis de París VIII a cargo de Jacques Alain Miller, durante el curso 2006-2007 sobre el muy último Lacan establecido como “El ultimísimo Lacan” (Miller, 2013). La sesión del 7 de marzo 2007, cap. 8, comienza con un homenaje a Rosine y Robert Lefort, señalando el coraje de la elección de una de sus obras: "El nacimiento del Otro” y cómo se empeñaron en demostrar la construcción del Otro (op.cit.: 119) a partir del un-cuerpo, siendo conducidos a ubicar su clínica del lado del autismo, como categoría clínica fundamental.

Miller se pregunta sobre lo que se le impuso a Lacan para agujerear su discurso con este neologismo, lalengua, a partir del Seminario “Aún”. Responde que hay que entender esto con referencia al autismo, con la relación al un-cuerpo: es un neologismo, pues se trata del artículo asociado al sustantivo definido forman una sola palabra. Hay que entender lalengua como con relación a Un-cuerpo.

Están lalengua y Un-cuerpo. Si el lenguaje es una abstracción, lalengua apunta a la palabra tomada materialmente (op.cit.: 121), es decir, fonéticamente, que además hace pareja con la escritura, término que Lacan no neologizó pero del que hizo un uso muy propio. Lalengua está en el polo opuesto de la escritura (lalengua>el un-cuerpo>escritura). Lalengua entendida fonéticamente se resta del peso de la gramática. Lalengua absorbe lo que se dice, no tiene negativo; se abre a todos los equívocos. De ahí que Lacan promueva el equívoco como el mayor.

La materia funda la identidad de lo Mismo y la noción de sentido funda lo Otro. La materia del lado del cuerpo es lo que ubicamos frente a la pantalla (de Google) (op.cit.: 127). Lo material, dice Lacan, se nos presenta en tanto cuerpo-sustancia, como subsistencia del cuerpo. El cuerpo es lo consistente, como lo que se mantiene junto como unidad: el un-cuerpo es equivalente a la consistencia esencial del ser humano, que encontramos también en la consistencia del inconsciente. Es por este lado que se establece una relación entre Un-cuerpo y el inconsciente.

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TEXTO 3: EL AUTISMO EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA
Antonio de la Cueva Delgado

Si el autismo es una forma particular de situarse en el mundo y, por tanto, de construirse una realidad, la ciudad actual entra en ruptura también con la comunicación y el vínculo social, para llenarse de ruido y de ciudadanos aislados, ante la amalgama de goces cínicos de los que hoy en día puede nutrirse el sujeto, creyendo que pueden abastecerse de sí mismo. Empuje hacia un goce autoerótico, como respuesta frente a un Otro demasiado sonoro y angustiante; dónde además los afectos son una molestia para la máquina productiva.

Las coordenadas simbólicas de la ciudad actual han cambiado. El autismo se ha convertido en el estilo de vida contemporáneo, por lo que el ciudadano está perdiendo el sentido al mundo que le rodea y le permiten situarse en él. Los espacios, ágora dónde las personas antes se reunían: plazas y parques; fueron poco a poco atrapadas por el capitalismo y hoy ya por la ilusión de Internet, o mejor dicho el ciberespacio. Es por ello, que las coordenadas dónde situar el dolor, el placer, el malestar y los latidos de la angustia en la ciudad, están modificándose enormemente. Y aunque la realidad nunca está dada, cada vez huimos más de la voz y la mirada aunque paradójicamente, cada vez somos más mirados por esos ojos que guardan los lugares de la ciudad, bajo la garantía de ser nuestra seguridad.

La ciudad intenta escapar de la dimensión de lo imprevisible e intenta poner al ciudadano bajo control. Sin embargo, cada vez hay más ruido y la función de hablar con otros, así como la de escuchar a los que nos rodean se tornan más difíciles. Un mundo de palabras, que cada vez nos sirve menos para hablar, pues más que compartir el mundo con los otros y viceversa, cada vez los goces del uno solo se van extendiendo por los distintos barrios de cualquier ciudad. Aislamiento y defensa ganan terreno en un mundo que se torna amenazante, pues el otro es un intruso con el que no se puede dialogar y del que hay que protegerse. El ciberespacio puede incluso ser el mejor caparazón para protegerse de la angustia, para evitar el contacto con los otros, pues las palabras están resguardadas por el anonimato de la propia identidad.

Tanto los muros de la ciudad como sus invenciones, más que nunca se tienen que poner en juego para construir una ciudad sujetada, abierta hacia un lazo con el otro. Es por ello, que ya no basta la geometría y/o la topografía de la misma, aunque sea importante, sino también, que esa otra ciudad virtual, dónde todos estamos deslocalizados sirva para inventar nuevos vínculos, que puedan derivar o posibilitar encuentros reales.

Para ello, es necesario sostener el diálogo en esta ciudad cuyo espectro autista, va extendiéndose cada vez más, en nuevas modalidades. Es necesario definir los espacios dónde construir en todo caso un autismo entre varios; algo que permita saber hacer con ese goce generalizado, dónde el sujeto pueda construir un buen síntoma, que le dé un lugar en el lazo social.

No se trata de un adiestramiento sino apostar por el ciudadano digno, aquel que puede inventar una respuesta que le permita como reza en el título del libro de Donna Williams, persona autista, ser “ALGUIEN en ALGÚN LUGAR”.

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TEXTO 4: LA IMPORTANCIA DE LA SINGULARIDAD EN EL AUTISMO
María Cruz Rodríguez Torres.

La lógica que nos presenta a los clínicos el autista, es una lógica de evitar al Otro, todo su hacer tiene como fin defenderse del Otro, el autista está ocupado en defenderse, no solamente del pensamiento de los otros, sino también de lo que sea su voz y su mirada.

Es el sujeto autista quien más nos enseña de la importancia que tiene respetar la singularidad, es decir, respetar su síntoma bajo el modo extremo de defenderse de los otros, defenderse de la hostilidad que tiene la intervención de los otros para él.

Ante esta lógica de evitación del Otro no vale el adiestramiento o cualquier respuesta, porque, como dice Lacan, el autista es un sujeto que puede hablar, hay que tomar muy en serio su singularidad, porque aunque en el autista la palabra está congelada y pese a su posición subjetiva en el mundo, centrado en sí mismo, sin lazo con el Otro, hay la posibilidad de usar la palabra y dialogar con el autista.

En esta posición del, “no igual para todos” el psicoanálisis trata de rescatar la singularidad de cada caso y con ello aprehende algo de lo más profundo de lo humano. La meta, por tanto, es hacer prevalecer su particularidad frente al ideal.

Desde el primer momento en que se produce el encuentro hay que consentir esta lógica del autista, este cortocircuito del Otro, buscando establecer un diálogo, aunque sea muy particular. Acoger esta demanda del autista y poder establecer ese punto de contacto con ella produce efectos benéficos.

En un primer momento, para que se produzca el encuentro y facilitarlo, hay que consentir a la lógica autista -no lazo con el Otro-, para pasar, en un segundo momento, a la construcción del Otro, de acuerdo con la temporalidad particular de cada sujeto.

Se trata de dejar atrás discursos paternalistas o discursos sobre déficit, trastornos, para acercarse a la lógica del caso por caso, dejando al margen la búsqueda de “un sentido igual para todos” propia de las psicoterapias y métodos educativos.