Crónica: Cómo escucha el psicoanálisis lo que el cuerpo dice*. "La Anorexia en el Espejo". Miguel Angel Garrido (Madrid)

Continuando con este ciclo, el lunes 30 de Enero tuvo lugar la conferencia "La Anorexia en el Espejo" que impartió Amanda Goya, Psicoanalista, AME de la ELP y de la AMP.

Dividió su conferencia en dos partes. En la primera presentó la concepción de la anorexia en el psicoanálisis lacaniano. En la segunda se centró en la anorexia en el espejo.

Introdujo el tema con una viñeta ficticia entre una niña y su madre, donde se ponía en evidencia el carácter insaciable de la demanda, cuando el Otro se propone colamarla, para que nada falte.

Este circuito infernal de la demanda da un giro a la hora de la comida, cuando es la madre la que pide. El acto de comer se convierte en una batalla, la niña rechaza el alimento con obstinación. La madre despues de los argumentos, obliga a la niña a comer por la fuerza, con la consecuencia frecuente de acabar en vómito. Esta viñeta puede ser el prefacio de una futura anorexica.

¿Cómo se protege la niña ante un Otro que no tolera el mínimo resquico, colmando ese vacío, esa falta propia de nuestra condición de seres hablantes?

Para contestar a esta pregunta, esclarecer la razón del síntoma anorexico y dilucidar la especificidad de la posición de un sujeto que ha hecho de la anorexia su manera de interpelar al Otro, Amanda Goya se apoya en la imbricación que tiene lugar en el ser hablante, entre las Necesidades biológicas, su Demanda de amor y lo que Lacan designa como el Deseo de otra cosa.

Si el rechazo del alimento supone un atentado contra la propia subsistencia. ¿Que podría justificar que alguien arriesge su vida negándose a comer?

Cuando el Otro atiborra al sujeto con "la papilla" de lo que tiene, cuando aplasta su deseo al satisfacer todas sus demandas, el sujeto puede optar por decir No, no a tu demanda de dejarme a limentar. Y con ese rechazo el sujeto crea un deseo, un deseo de otra cosa, aunque no sepa cuál es.

Una viñeta clínica nos muestra en esta ocasión a una joven que no queriendo contrariar a su madre con la comida, se dejaba atiborrar, pero se vaciaba utilizando el vomito como respuesta. Una intervención del analista puso fin al uso del vómito, aunque esta joven aún mantiene algunos embrollos con el deseo y sus relaciones amorosas, donde su imagen de mujer delgada le aporta una cierta seguridad frente al otro sexo. Como hija de la época esta joven se encontró con la promoción de un canon de belleza que privilegia la figura de la eterna adolescente o del efebo griego, y que ha introducido en el síntoma anoréxico de hoy un rasgo de esta época: un imperativo estético. Pertenecemos a la civilización de la Mirada que ha hecho del cuerpo delgado una aspiración, en medio de la opulencia del consumo. Hoy casi no hay anorexia sin espejo.

¿Pero por qué la imagen del cuerpo alcanza tan alto valor libidinal para el sujeto? Lacan decia que el sujeto adora su imagen, y la adora porque le permite velar que su cuerpo es un enigma y que tener un cuerpo siempre plantea problemas. Su imagen en el espejo es un velo con el que encubrir lo real del cuerpo, y cuando esa imagen participa de la belleza logra su objetivo: conjurar la muerte. (Dorian Grey, de Oscar Wilde, es un excelente ejemplo literario).

¿Como se incorpora un imperativo estético en la economía psíquica de un sujeto, en general mujeres adolescentes? ¿En qué se funda la potencia de esta imagen como para hacerse anorexica con el fin de alcanzar ese ideal de mujer delgada?

Las nociones psicoanalíticas del Estadio del Espejo y del Falo, nos ayudaran a entender y responder estas preguntas. El estadio del espejo por la importancia crucial en la formación del yo, la imagen que el espejo devuelve hace las veces de soporte identificatorio para que el sujeto pueda reconocerse como uno distinto a los otros. El falo, por ser el significante de la diferencia de los sexos, el significante del deseo, un significante con el que el niño simboliza su órgano peneano y con el que la niña catetiza e inviste la imagen total de su cuerpo. La falicización de la imagen del cuerpo explica la enorme pregnancia que puede adquirir la imagen especular, hasta tornarse un imperativo superyoico cuando el empuje a adelgazar se desata, lo que en algunos casos trasciende la bella forma para alcanzar su reverso, el espectro de la muerte.

El anorexico, afirma Lacan "come nada...". Y bien ¿qué es esa nada, sino un nombre para esa falta que este sujeto se obstina en preservar con su rechazo? Comer "nada" es un modo de interpelar la omnipotencia del Otro, de transformar esta en impotencia y una manera de separarse de ese Otro.

En la bulimia por el contrario, a falta del signo de amor que no llega, lo que se busca con el ataque bulímico es la satisfacción directa en el objeto que se devora. Es una manera de compensar la frustración por la ausencia del signo de amor, con la complusión a llenarse.

La exposición tomó tambien otra situaciones aún mas extremas, cuando el síntoma de la anorexia se sitúa en la psicosis.

Este recorrido nos ha permitido esclarecer su etiológia y, por lo tanto, podemos afirmar que no se trata de un trastono alimenticio, como lo plantean los manuales de psiquiatría, sino de una enfermedad del deseo.

* Ciclo de CONFERENCIAS INTRODUCTORIAS AL PSICOANALISIS del NUCEP en Madrid.