Conversación: Variedades sintomáticas del decir. El decir y lalangue

Lacan designa por primera vez su concepto de lalengua, en 1971, durante una de las charlas que imparte en el hospital de Sante-Anne. En ella1 ironiza sobre como a dos de sus alumnos les encargaron, dice, “un diccionario de filosofía”. Se da cuenta del lapsus, se corrige: “Diccionario de psicoanálisis”. Y dice: Vean el lapsus. En fin, esto bien vale el Lalande”. Nombre de un conocido diccionario de filosofía.

Entonces alguien pregunta “¿Lalangue?”. Y Lacan comienza a deshacer el equívoco. -No…, no es gue, es de-. Pero inmediatamente hace suyo este equívoco y concluye: “Lalengua, tal como la escribo ahora, en una sola palabra, es otra cosa2.

Lacan toma lo que le sirve allí donde lo encuentra y así hace suyo este neologismo que nace del equívoco y la homofonía, surgidos primero de un lapsus y luego de un Witz que él hace. Toma el término al vuelo para afirmar seguidamente: “La lengua que, lo repito, voy a escribir de ahora en más en una sola palabra, y voy a justificar por qué. Pues bien, lalengua no tiene nada que ver con el diccionario, cualquiera que sea”.

Lacan acoge este término para afirmar, en este momento, que “la función útil de lalengua es la lógica3, preguntándose por su relación con lo real.

Conferencia en Ginebra

Cuatro años después, en su Conferencia en Ginebra sobre el síntoma, propondrá que la hipótesis del sujeto del inconsciente solo se sostiene a partir de la manera en la que el sujeto fue impregnado por el lenguaje. Esta “manera”, en el que le fue instilado, un “modo” de hablar, lleva la marca de cómo fue acogido, deseado, por sus padres4.Es una transformación de sus fórmulas anteriores sobre el deseo del Otro, poniendo en primer plano la transmisión de un modo de goce. Afirmando que es en el encuentro entre esas palabras y el cuerpo donde algo se esboza5.

Ese lenguaje que interviene, lo hace bajo la forma de una palabra, que –Lacan dice: “quise lo más cercana posible a la palabra lallation: es la lalengua”6.

En esta Conferencia… Lacan nos sugiere una referencia, sobre este período de instilación de un estilo de hablar en el bebe. Se refiere a René Spitz, del que dice: “Lean su Del nacimiento a la palabra”, para tratar de ver cómo se despierta la relación con el aullido7. Afirmando que “hay un abismo entre esa relación con el aullido y el hecho de que al final, el ser humillado, el ser del humus, el ser humano … pueda llegar a decir algo8. Nos recomienda leer a Spitz, pero nos da también las claves para leerlo.

Se ha alejado de lo que la palabra debe a la estructura, y en esta Conferencia de Ginebra define al lenguaje como “chancro” (úlcera), “humus”. Lo que más adelante será una “formación parasitaria”, es decir una sustancia gozante9, lo cual es algo que “conecta palabra y goce al decir”10.

Gorjeos de mutuo placer

La afirmación: “hay un abismo entre esa relación con el aullido y el hecho de que el ser humano pueda llegar a decir algo”, es una lectura de las aseveraciones de Spitz, sobre el camino que el enfans despliega hasta la palabra. En primer lugar, sobre el acto del decir. Ya que la conversión del grito en llamado mediante la “acción específica” freudiana11, para Lacan será la acción específica de escuchar, ya que “escuchar forma parte de la palabra12. Y en segundo lugar el despliegue de lo que Spitz llama “el clima afectivo entre madre e hijo”, lugar de experiencias y respuestas, de sensaciones y percepción… etc. Es leído por Lacan como el “humus” del lenguaje.

Tomaré algunas de estas “experiencias” que Spitz relata en el capítulo dedicado a “El comienzo de la comunicación semántica y su origen13. Allí afirma: “es bien sabido que toda madre habla con su hijo. En la mayor parte de los casos son monólogos que emanan de la madre, a veces el niño le contesta vocalizando. Pero estas conversaciones, en las cuales la madre cuchichea al niño, dirigiéndole toda clase de frases incoherentes, de palabras inventadas, mientras el niño contesta con monólogos balbucientes […] son gorjeos de mutuo placer. Una vez adquirida la locomoción, las frases de la madre cambian de carácter. Del murmullo pasa a la prohibición…En este periodo la palabra que más frecuentemente se utiliza es No14.De donde el niño tomará el gesto negativo y la palabra no.

Spitz, se va a apoyar en el vocablo “Algoritmo”15(que remite al de “Logística”) del famoso Vocabulaire de la philosophie, de Lalande16 , para afirmar que estos signos, el gesto negativo y la palabra no, representan el primer concepto abstracto que cristaliza en la vida mental del niño, definiéndolos como signos algorítmicos referidos a funciones lógicas.

Me divirtió encontrar de nuevo el diccionario Lalande, que nos retrotraía al equívoco entre Lalande/Lalangue, y a la referencia que Lacan hace a la lógica como la función útil de lalengua unida al diccionario de Lalande, a partir de Spitz, quien define la cristalización de la misma como algoritmos referidos a funciones lógicas.

Lallation. Canciones de cuna. Voz

Otra referencia de la Conferencia de Ginebra, sobre el encuentro entre esas palabras y el cuerpo, es un homenaje a Edouard Pichon y a su libro El desarrollo psíquico del niño y el adolescente17, editado en 1936, y que Lacan, sin duda conocía.

Para entender porque Lacan quiere lo más cercana posible a la palabra lallation a la lalengua me centraré en el capítulo que Pichon dedica al desarrollo del lenguaje. En dicho capítulo consagra un apartado al “gemido y la lallation18.

Allí escribe: “Podemos entrar ahora en el estudio cronológico del desarrollo del lenguaje. Distinguiremos dos periodos sucesivos que serán el periodo del gemido (Vagissement), el periodo de lallation, el periodo de comprensión puro, el periodo locutorio, el periodo delocutivo y finalmente el lenguaje constituido”.

Nos interesa lo que llama el periodo de lallation, que define así:

El periodo de lallation, ha sido denominado así por M. Decroly de un término bien impropio, porque el verbo lallo se aplica en latín al canto con el que los adultos se sirven para dormir a los niños”, si bien acepta en conservar el término. Es decir, Lacan quiso a la Lalangue, lo más cercana posible a la palabra lallation, que como vemos tiene su origen en la palabra latina Lallo, es el canto de cuna. Es decir, la voz, sin intención comunicativa. Esta dimensión de la voz, aparece también en otros momentos del capítulo que Pichon dedica al desarrollo de lenguaje en el niño.

Distingue dos fenómenos de este periodo de lallation, el gorjeo (le gazouilli) y lo que llama preverbio (preverbiage).

Los gorjeos (le gazouillis) “es de estos dos fenómenos, el más precoz y el más desarrollado en la especie humana. Es una suerte de actividad lúdica elemental, un ejercicio por la cual el niño encuentra un gran placer gozando del funcionamiento de sus órganos. Los gorjeos comienzan desde el final del segundo mes19.

Nombra al segundo género de lallation, con el neologismo preverbio (preverbiage). Estas son lalaciones onomatopéyicas de valor lingüístico, “una suerte de lenguaje espontaneo e individual que el bebe crea espontáneamente fuera de la compresión y la imitación del lenguaje de otros”20.

El carácter expresivo de este tipo de lallation se encuentra no en los fonemas, sino en el ritmo y la melodía. “Estos suelen ser uniformemente rítmicos. El bebé rima así sus: a ga, ga, ga, etc. en la duración de sus expiraciones durante el periodo de euforia que le lleva a canturrear. Pero hay más, este ritmo, siguiendo a esta eminente foniatra, tendría un carácter de prelenguaje porque ella escribe “las pausas entre las frases rítmicas coinciden con una más profunda toma de aliento. Y ahí se manifiestan los dones expresivos del sujeto, sus frases sin vocabulario poseen una melodía, una curva de canto variable con la intención y sus intervalos, que sin ser musical en el sentido riguroso del termino producen sin embargo una impresión de precisión”21.

No seguiré con la detallada descripción, catalogación que propone Pichon. Me interesaba subrayar como en este momento en el que el lenguaje es calificado de “humus”, de “chancro” (úlcera), es decir, el lenguaje se aproxima a una sustancia gozante, encontramos a través de la lallation, la dimensión de voz en lalangue.

Con sus características actividad lúdica elemental, onomatopeya, fuera de la compresión y el interés comunicativo, en el que encontramos la dimensión del goce a-personal, lugar de nadie, del que van emergiendo los dones expresivos del sujeto: frases sin vocabulario que “poseen una melodía, una curva de canto variable con la intención y sus intervalos, que sin ser musical producen una impresión de precisión”22.

Síntomas: maneras de decir

La cristalización, de uno de estos algoritmos de función lógica, es decir, la extracción de un S123 del “moho” del lenguaje, acto de fundación del sujeto, sirve para alojar el goce del cuerpo en lalengua24, o como lo dice Lacan: “Si efectivamente se cristaliza en una etapa precoz para el niño lo que cabe llamar por su nombre, a saber, los síntomas25, si esto se produce algo volverá a surgir “en toda suerte de maneras de decir, en función de la manera en que lalengua fue hablada y también escuchada por tal o cual en su particularidad...En ese materialismo reside el asidero del inconsciente26.

Eso cristaliza muy tempranamente y surge en una suerte de manera de decir.

El decir del análisis, produce un corte y toca lo real –cito a Philippe La Sagna: “es el encuentro entre la palabra analizante y una palabra que interpreta27. Si esto es así, una interpretación es entonces un decir que se impone a los dichos. La produzca el analizante o el analista. “Un decir que importe en lo real”28.

 

Notas:

  1. Lacan, J. Hablo a las paredes. Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 22.
  2. Ibid., p. 23.
  3. Ibid., p. 24.
  4. Lacan, J. “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”. Intervenciones y textos 2. Manantial, Buenos Aires, 1988, p. 124.
  5. Ibid., p. 125.
  6. Ibid., p. 125.
  7. Ibid., p. 129.
  8. Ibid., p. 129.
  9. Lacan, J. El Seminario,. Libro 20, Aún. Barcelona: Paidós 1981. pp. 32-35.
  10. Cf. Miller, J.-A. Un esfuerzo de poesía. Paidós, Buenos Aires, 2016. pp. 18-19.
  11. Spitz, R. El primer año de la vida del niño. Aguilar, Madrid, 1981. p. 31.
  12. Lacan, J. Conferencia sobre el síntoma en Ginebra, op.cit., p.133.
  13. Spitz, R. El primer año de la vida del niño, op.cit., p. 65.
  14. Spitz, R. El primer año de la vida del niño, op.cit., p. 67.
  15. Spitz, R. El primer año de la vida del niño, op.cit., p. 68
  16. Lalande, André. Vocabulaire de la philosophie. Paris 1932, I, p. 29. Aunque más adelante también desestimará la lógica: “No es por el lado de la lógica articulada por donde hay que considerar el alcance de nuestro decir” (Seminario XXIV, 17 de abril 1977. Colofón nº 25. p. 36).
  17. Pichon, E. Le developpement Psychique de l’enfant et l’adolescent. Masson, Paris 1947.
  18. Ibid., p. 55.
  19. Ibid., p. 55.
  20. Ibid., p. 55.
  21. Ibid., p. 57.
  22. Ibid., p. 57.
  23. El ejemplo de Spitz implica la dimensión de corte y negatividad, vacío, que conlleva el “no”. En el Seminario XVII el S1 implica la castración.
  24. La Sagna, P. “La lalengua y el atolondradicho”. El psicoanálisis nº 41, marzo 2003, p.168.
  25. Lacan, J. “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma” Intervenciones y Textos, Ed. Manantial, Buenos Aires, 1988, p. 123.
  26. Ibid., p. 126.
  27. La Sagna, P. “La lalengua y el atolondradicho”, op.cit., p. 168.
  28. Lacan, J. Apertura de la sección clínica. Ornicar? nº 3. Barcelona, Petrel 1981, p. 39.