Plenaria. Descrédito de la palabra hoy. Si te digo te miento*

“…Cuando dices que viajas a Cracovia
me quieres hacer creer que viajas a Lemberg.
Pero yo sé bien que realmente viajas a Cracovia.
¿Por qué mientes entonces?
S. Freud1

 

“El lenguaje del hombre, ese instrumento de su mentira,
está atravesado de parte a parte, por el problema de su verdad.”
J. Lacan2

 

Si te digo te miento, es una expresión propia de Canarias cuyo significado apunta al valor de la palabra, diríamos a lo sagrado de la palabra en relación con la verdad; es decir, sobre aquello que no se sabe, es mejor callar para no engañar. Es una frase aún vigente, aunque las resonancias semánticas hayan deslizado el acento desde lo metafórico a la palabra vacía de las normas de cortesía.

Esta frase me surgió como rasgo de un trabajo de cártel que llamamos: El secreto de su cifra. El secreto, lo escondido... El proton pseudos… el poder de la palabra en la Dirección de la cura, empezando por el Déjeme hablar, de los primeros casos de Freud. Primeros tiempos del romanticismo de la palabra y también de la mentira. Ya no creo en mi neurótica, escribía Freud en la Carta 69.

¿Por qué me mientes diciéndome la verdad?

Si te digo te miento, va más allá del mero desconocimiento. Puede ser una invitación a articular las resonancias de la riqueza de las lenguas con el tema de nuestras Jornadas: Lo que hablar quiere decir y especialmente en relación al descrédito de la palabra en la época, que es el tema que nos convoca en esta mesa.

Descrédito y riqueza no dejan de ser referentes del argot del mercado capitalista. Crédito, credibilidad, descrédito…El discurso capitalista atraviesa las palabras y los cuerpos… La palabra cotiza a la baja, circula de forma ilimitada difundiéndose en una amplia globalización, a través de plataformas digitales, redes sociales, como Twitter, ahora “X”, como máximo exponente. Ha tomado el carácter de un psitacismo generalizado, haciéndose objeto de consumo de noticias falsas, traspasando los límites de la legalidad de contenidos

Hay entonces la maquinaría ideológica de producción en serie de falsedades. Incluidas en la cadena de producción de los gadgets, que entran en el mercado como objeto de usar y tirar.

Hoy por hoy, hasta lo real científico, tambalea no sólo hacia el cientificismo, sino desde prejuicios y supersticiones oscuras de las que se nutren los discursos totalitarios. Hoy por hoy, se publican no noticias que no se han producido.

En esta época de las Trump-news, de individuos consumidores y productores de palabrería, de fake news, bulos, desinformación, propaganda, ya no hay ningún discurso que se imponga como La Verdad3, como dice Marie-Hélène Brousse en El Triunfo de los objetos.

Esta factoría cínica de palabras vacías genera una tendencia a la credibilidad de las noticias falsas que permiten influir en la opinión de una manera mucho más eficaz que cualquier otro tipo de verdades de diversos campos de lo social.

Descrédito de la palabra, devaluación de la verdad, entonces. ¿A qué responde esta caída en picado? En la era de la llamada pos-verdad, ha desaparecido la confianza en el Otro como figura que encarnaría un saber, no hay el aval del Otro; en su lugar se pretende decirlo todo pero también, mostrarlo todo, desde un empuje a la transparencia...Es casi el panóptico de Bentham, hecho banal cotidianeidad…Hasta la guerra, con cámaras que muestran el horror en directo, sin filtro. La desvergüenza, la impudicia se alzan como brújula. Y especialmente las mentiras como moneda de intercambio. Enunciadas desde una posición de goce sin límite, resuenan con el goce más opaco de los individuos.

Las mentiras venden

Podríamos plantear una época que usa la verdad, pero, para prescindir de ella. En la geopolítica contemporánea, las semillas que los discursos desde el autoritarismo pueden esparcir, llevan a lo peor; el ejercicio de la desinformación responde a fundamentalismos que pretenden imponer su ideología, favoreciéndose la difusión de los hechos que sean más convenientes a sus fines, con o sin suficiente evidencia que los sustenten.

¿Qué lugar posible para la palabra singular sin recurrir al autoritarismo?

Hace falta coraje, hace falta “corashe” (como dice una canción de una artista contemporánea, Naty Peluso); hace falta coraje …y consentimiento, para no ceder frente al deseo. Esto tiene un precio. Se paga con la libra de carne. El sujeto debe consentir a desprenderse, separarse de una cierta relación con los bienes y con el goce.

Si te digo te miento, es un dicho que no anda sin decir; apunta en la diana de la verdad, pero de la verdad mentirosa. Decimos verdad mentirosa, no porque exista la verdad verdadera como la reclamaba una pequeña niña a sus padres increpándoles por la existencia o no de Papá Noël. No se trata de la existencia de una verdad verídica, sino, como señala Miller en Sutilezas analíticas, “…la verdad misma es una mentira” 4.

Lacan se interesó muy pronto por la danza de las abejas comentada por Emile Benveniste. El código de señales de las abejas es unívoco, y me ha evocado la pretendida autodeterminación del Yo soy lo que digo. ¿Yo soy lo que digo o Si te digo te miento? El sujeto no es una abeja…aunque bien podría ser un nombre de goce.

La estructura de ficción de la verdad es la manera de poder decir algo de lo real. No todo. Un juez da comienzo al auto de apertura de una Audiencia diciendo: ¿Jura o promete decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? lo cual lleva a darse de cabeza contra la pared, frente a la verdad no toda. En efecto, no se trata de la exactitud de los hechos sino de la posición que el sujeto toma con respecto a sus propios dichos, como señala Miller en Causa y consentimiento: “Y de nuestra posición de sujeto somos siempre responsables”5.

¿Dónde queda la responsabilidad subjetiva en esta época, la del Donde digo digo, digo Diego?. Tomando esta cuestión a la letra, es un chiste del impacto de la época que acalla la verdad que habla (como ejemplo reciente del escenario político: Que buena está la fruta…)

En su primera enseñanza, Lacan profesó un culto a la verdad de las formaciones del Inconsciente. Se trata de una verdad que habla en la enunciación. Surge por sorpresa. Para tener acceso a ella hay que dejarla hablar, no ponerle obstáculos desde el muro de las palabras vacías.

Sin embargo, esta verdad, que tuvo tanto valor para Lacan, miente. Habla pero miente. No puede ser más que semblante de la imposibilidad de decir lo verdadero: el “troumatisme” del impacto de la lengua en el cuerpo…

Cito a Lacan en Televisión “yo digo siempre la verdad: no toda, puesto que a decirla toda, no alcanzamos. Decirla toda es imposible, materialmente: las palabras faltan para ellos. Incluso por ese imposible la verdad es solidaria de lo real”6.

Entonces, podemos decir: Si te digo, me miento, aunque sea un pleonasmo.

Lacan no esperó a que la época devaluara la verdad subjetiva para cuestionarla de manera más radical de lo que Freud lo había hecho. Más allá del inconsciente -verdad, del semblante, buscó ceñir el inconsciente real. “Pero no fue en nombre de una pos-verdad, sino más bien en nombre de un más acá de la verdad que Lacan hizo valer una verdad que aspira a lo real. Paradojas de una estafa que toca lo real”7.

Paradoja, por un lado porque la palabra que llamamos auténtica, distinta al discurso corriente se produce sobre el fondo del goce del blabla, pero es un parloteo necesario, en tanto que se precisa un tiempo para que surja un decir que tenga consecuencias, un decir que se lea como letra. Esa letra que ex-siste a los dichos, que se extrae en un análisis.

Esa letra vale oro.

Termino aquí, con una frase de Rick a Ilsa, en la película Casablanca: Siempre nos quedará París, como horizonte de nuestro próximo Congreso de la AMP.

* Texto presentado en las XXII Jornadas de la ELP “Lo que hablar quiere decir”. Madrid, 2-3 de diciembre de 2023.

 

Notas:

  1. Freud, Sigmund. "El chiste y su relación con lo inconsciente". Obras completas. Vol. VIII. Amorrortu, Buenos Aires, 1976, p.108.
  2. Lacan, Jacques. Acerca de la causalidad psíquica. Escritos 1. Siglo XXI, Buenos Aires, 1988, p. 156.
  3. Brousse, M.H. LC-cero-806.pdf (eol.org.ar).
  4. Miller, Jacques Alain. Sutilezas Analíticas. Los cursos psicoanalíticos de Jacques Alain Miller. Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 140.
  5. J.-A. Miller. Causa y Consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques Alain Miller. Paidós. Buenos Aires,2019, p. 19.
  6. Lacan Jacques. Televisión. Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2021, p. 535.
  7. Miller, Jacques Alain. “Cuestión de Escuela acerca de la garantía”. El Psicoanálisis. Revista de la Escuela lacaniana de Psicoanálisis. nº 32.