In Memoriam. Comunicado de Presidencia: Condolencias | Oscar Ventura

Lamento profundamente tener que enviar este mensaje, no es exactamente lo que desearía escribir en este momento. Nuestra querida colega Rosa María Calvet i Romaní, amiga de algunos de nosotros y miembro del Consejo de la Escuela, ha fallecido ayer domingo 26 de mayo en su ciudad, Barcelona.

Hace dos semanas Rosa estuvo presente, activa y con el mejor ánimo, en el último acontecimiento que reunió a muchos colegas de la Escuela, amigos del Psicoanálisis y de otras disciplinas. Ella fue una parte fundamental en la organización de las II Conferencias Internacionales Jacques Lacan organizadas por la FCPOL. Su temperamento, su ironía, sus comentarios directos como flechas certeras al corazón de lo real, estuvieron presentes durante el transcurso de esas jornadas de trabajo. También fuimos testigos de su silencio y su discreción. Fue, queridos colegas, quizás su manera de despedirse.

Rosa ocupó un lugar fundamental en el devenir de la historia del Psicoanálisis de orientación lacaniana en España. Desde su ciudad, Barcelona, formó parte desde el comienzo de todos los dispositivos que se fueron construyendo, allí donde el discurso analítico lo requería, ella estuvo presente. Ocupó lugares de relevancia, y su entusiasmo, desde los albores hasta el presente más inmediato, no desfalleció en ningún momento. Fue Presidenta de la Sección de Cataluña de la Escuela Europea de Psicoanálisis, de la EEP-España y presidió también provisionalmente el proyecto de la Escuela del Campo Freudiano de Barcelona. Su presencia y sus actos estuvieron presentes en los diferentes impases con los que nos fuimos encontrando en la construcción de nuestra Escuela. Ella también formó parte del debate amplio que concluyó en la fundación de la ELP en el año 2000. Y se sumó a ella sin ambages y con toda su decisión. Sus responsabilidades en los inicios y en el desarrollo de la Sección Clínica de Barcelona dejaron, para generaciones de analistas, su rasgo como docente e investigadora.

En esta última etapa Rosa formaba parte del Consejo de administración de la Escuela. Y desde allí, en este breve lapso de tiempo, no dejó de intervenir sobre las cuestiones que conciernen al Psicoanálisis y a la Escuela, de aportar su experiencia y su entusiasmo, de empujar para volver operativos los proyectos que nos conciernen. Un verdadero terremoto de reflexiones, atravesadas por su singularidad. Rosa era una experta en objetar al Otro. En contradecir de entrada sus enunciados. No era fácil un si de entrada. Sin embargo en la conversación franca, cuando los semblantes tenían que dar paso al buen lugar de la polémica, era cuando se podía aprender de ella, y cuando ella también se dejaba enseñar. Una pasión por los jóvenes analistas la habitaba, era su manera de no perder el hilo de la época, siempre dispuesta a alojar al recién llegado. Siempre dispuesta a ponerlo al trabajo de la buena manera. Un agujero se abre con su ausencia. Bordearlo forma parte de los que, con ella, trabajamos en diversos lugares y en distintos momentos.

Rosa ha elegido marcharse sin casi despedirse. Me pidió expresamente que escribiese estas líneas de despedida para la Escuela, sin extenderme demasiado. Rosa no deseaba ninguna ceremonia que fuera más allá de la estricta intimidad familiar. No era afecta ni a los discursos de despedida ni a las pompas fúnebres, me dijo, con un rasgo de humor que conservó hasta el último momento.

En nombre del Directorio, del Consejo de Administración de la Escuela y del Directorio Ampliado, les hacemos llegar a sus familiares, especialmente a su sobrino Toni, a sus analizantes, a sus colegas y a sus amigos, nuestras más sentidas condolencias. A cada cual nos quedará en la memoria lo vertiginoso e imprevisto de algún encuentro con Rosa, difícil salir indemne de eso. Ella supo escribir su rasgo en esta Escuela.

Oscar Ventura. Presidente de la ELP.