Apostadores en las TCC. Eduardo Benito (Buenos Aires)

En el suplemento “Zona” del diario Clarín, de Buenos Aires, del 10 de Octubre de 1994 se lee: “El director de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica L Baraños sugiere “pausterizar” la ciencia argentina, es decir que la ciencia básica “se inspire en el uso” ya que Pasteur no sólo sentó las bases de la microbiología sino que hizo una vacuna contra la rabia.”

Por si quedaran dudas sobre que sería conseguir “una buena inspiración en el uso”, entra en escena la vaca Pampa. Vaca que ha sido clonada para producir la hormona de crecimiento, por el bien de Latinoamérica.

Esta última afirmación queda deslucida cuando aparece la justificación de fondo: “la vaca en lugar de valer 200 dólares, clonada valdría 20 millones, la diferencia es que se le agrega valor”. Aclara el director, por si no nos diéramos cuenta que el bien del que se trata es el bien-dinero. Pingües ganancias a futuro, como para atraer la atención de los así llamados “fondos destinados a la investigación”, es decir, a inversores que apuesten por el éxito del proyecto.

Como vemos no se trata de la ciencia a la manera tradicional, que ellos llaman “aristocrática”, aquella que suponía leyes en lo real etc. etc. sino, en el ejemplo, de manipulaciones genéticas-comerciales y punto. Si después las vacas pampas mueren por envejecimiento prematuro demostrando una irresponsabilidad alarmante de los creadores, poco importa, el negocio ya está hecho...

El problema se agrava cuando en lugar de vacas los “investigadores- apostadores” dirigen la “inspiración en el uso” hacia las personas. Así se publica el 2 de Mayo en el mismo diario Clarín, que se buscan pacientes para probar una terapia en esclerosis múltiple. El objetivo es comparar la eficacia, la tolerabilidad y la seguridad de la droga Betaferon al duplicar la dosis habitual.

Aplicada a 17 casos nos dicen estar muy satisfechos porque hasta entonces no ha habido efectos adversos. ¿Y si el doble de Betaferón hubiera matado? Y, se verificaría “científicamente” ¡qué valor tendría la sobredosis letal!

Dando un paso más siniestro, los “apostadores -investigadores”, ahora vestidos de neurólogos y terapeutas cognitivos, el Domingo 24 de Abril, otras vez en el diario Clarín, informan que “según un estudio elaborado por un equipo de científicos argentinos, los jugadores compulsivos ó ludópatas muestran un patrón de actividad cerebral similar al que se ve en los alcohólicos o los drogadictos”. Por supuesto les queda una duda final, tales alteraciones en el cerebro ¿están causadas por la adicción al juego ó viceversa? Duda que debería impedir expedirse al respecto. ¿Qué los apura? Obviamente “los fondos” pueden volar hacia otra región. Mientras tanto irresponsablemente, recomiendan un coktel de Terapias Cognitivas y medicación psiquiátrica.

La investigación tan “seria”, fue llevada adelante por un tal F.Manes, jefe de la sección Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de la clínica Fleni de Buenos Aires, el mismo que publicara en la revista Noticias del 6 de Mayo bajo el titulo Neurología Cognitiva el articulo “Cómo tomar decisiones”.

Allí nos dice que en ellas influyen, entre otras cosas, ciertos patrones de activación del cerebro, y también aspectos emocionales.

Respecto de los patrones de activación se trata, igual que los ludópatas, de individuos con déficit en la región “frontal” verificado vía el “Iowa Mental Gambling”. Un juego cuyo objetivo es juntar la mayor cantidad de dinero. Hay dos mazos de cartas que dan ganancias seguras a largo plazo y dos de cartas que permiten recompensas grandes de inmediato, pero que si se insiste en ellas se termina perdiendo .(¡Cualquier similitud con la ruleta o la bolsa de comercio es mera coincidencia!)

Una vez advertido tal peligro hay personas normales, traduzcamos con el cerebro en buen estado, que sólo toman un riesgo controlado, una vez cada tanto y otras, aquellas que presentan déficits en la región frontal y en las zonas llamadas cognitivas, que no dejan de apostar a las recompensas inmediatas.

En cuanto a lo emocional se ha probado, vía otro método, que hay quienes son capaces de rechazar propuestas de dinero cuando consideran que la oferta es injusta. Se deduce que se trata de decisiones erradas, cognitivamente hablando, debido a un inadecuado ideal de justicia. Lo llamativo es que tal hallazgo, “los ideales que nublan la razón” no contradicen a algún otro investigador del cerebro, sino a Gary Becker, premio Nobel de Economía, quien, según el artículo, sostiene que las personas eligen las opciones que maximizan sus beneficios. “¿Y no habrá algún cerebro que disocie la emoción de lo cognitivo?” Pregunta el periodista de Noticias, como para que Becker recupere vigencia. La respuesta sorprende y confunde. “Sí, se le contesta, justamente los deficitarios de la región frontal, capaces de tomar apuestas impensadas sin que se les mueva un pelo”. Por eso, concluye L. Manes, “queremos estudiar el cerebro de políticos, brokers de Bolsa, controladores de vuelo o ejecutivos exitosos pues para decidir bien en contextos críticos hay que ser un poco ‘frontalizado’ o psicopático.”

Notable, lo que lleva a un error de cognición en un caso, ¡un cerebro deficitario, permite el acierto en otro! Pero entonces ¿hay que tener o no una alteración cerebral para triunfar en la vida? Según tan serios estudios tal vez convendría, vía una pequeña incisión en el lóbulo prefrontal, liberar lo cognitivo de lo emocional, es decir, curar al enfermo de la inhibiciones a ganar ilimitadamente dinero que introduce todo ideal.

De todos modos a pesar de la falta de lógica del autor, se puede concluir según las notas que en la Argentina existe un curioso grupo de individuos “frontalizados” psicopáticos, adictos al juego, alcohólicos y/o drogadictos que apuestan a ganancias rápidas, capaces de tomar riesgos impensados sin que se le mueva un pelo porque carecen de toda relación con algún ideal.

En realidad ¡¡¡no son otros que ellos mismos!!!, los neurólogos cognitivistas-ludópatas y sus peligrosas alianzas comerciales como única lógica porque de la tradicional, como vemos, no queda nada.

From: http://forumpsy.org.causefreudienne.net/Resource/ALP3_111.html