Un modo singular de escritura. Ricardo Rubio (Valencia)

Quisiera hacer un ejercicio de estilo, imitando el punto de perplejidad de un paciente, cuya viñeta clínica, pretendo hacer resonar con las clases del 10 y 17 de diciembre del 2008, del curso de J.-A. Miller “Cosas de finura en psicoanálisis”.

Donde el paciente se esfuerza en buscar un Sujeto supuesto saber que enlace y de sentido a las piezas sueltas de su escritura, yo, voy a prescindir del hilo, usaré solo la aguja, es decir, pondré por escrito, en un juego de azar, las frases subrayadas en el curso de J.A. Miller, luego, en el relato de la viñeta clínica, haré un intento de dilucidar lo particular y lo singular:

“El analista no es una memoria, no hace benchmarking, no compara: recibe la emergencia de lo singular. En todo caso, es lo que implica la orientación hacia lo singular”.

“Lo que Lacan llama síntoma, es por excelencia el concepto singular, aquel que no tiene otra extensión más que el individuo”.

“El discurso analítico, la institución del psicoanálisis confronta al analista con lo singular, y como es insostenible, y bien, se refugia en lo particular”.

“La orientación hacia lo singular no quiere decir que no se descifre el inconsciente. Quiere decir que esta exploración encuentra necesariamente un tope, que el desciframiento se detiene en el fuera de sentido del goce, y que, al lado del inconciente, donde eso habla - y donde eso habla a cada uno, porque el inconciente es siempre sentido común -, al lado del inconciente, está lo singular del síntoma, donde eso no le habla a nadie.”

“Lo que distingue a Joyce,… es que Joyce está identificado a ese singular,…es que él ha encarnado el síntoma. … Es que ha encarnado lo singular allí donde el común de la gente lo borra, allí donde el común de la gente se apresura en abonarse al inconciente”.

“… pág. 556 de Los Otros escritos: ‘Todo en un análisis está por obtenerse’ - es de este modo como Lacan resume la posición de Freud – está por obtenerse como si nada por otra parte se hubiera establecido. Veo allí presente lo que para mi es la orientación hacia lo singular.”

“…lo singular requiere el instante de ver. Hace prevalecer el instante de ver. Modela el entender sobre el instante de ver. Invita, en la práctica del psicoanálisis a mantenerse en el instante de ver”.

“La orientación hacia lo singular apunta, en cada uno, al goce propio del síntoma en tanto que excluido del sentido”,

“El psicoanalista reclama. Para protegerse de lo singular, una asistencia que encuentra en la clase diagnostica y en el grupo analítico – es lo que Lacan designó como SAMCDA, Sociedad de Asistencia Mutua Contra el Discurso Analítico”.

“El analista es un síntoma. Está soportado por el sentido, entonces se lo exime de sus motivaciones, no se explicará. Más bien jugará al acontecimiento de cuerpo, al semblante del traumatismo. Y le será necesario sacrificar mucho para merecer ser, o ser tomado por, un trozo de real”.

Todo lo anterior es importante, pero el paciente que traigo, sabe que, todo lo que se habla es mentira, se refiere al campo del leguaje con el que los humanos se comunican, no entiende cómo la gente no se da cuenta de la mentira, pero también sabe que, aunque eso es así, tiene que encontrar un modo de participar de la mentira, si no, está abocado a lo peor. A lo que el llama “el caos”, eso que le come y lo hace estar perdido, a merced de eso, lo más antiguo, que él no puede tocar, pero que, si lo toca a él, puede desaparecer.

Su vida es un esfuerzo para poner cierta distancia entre la conciencia de sí y el caos. Puede hablar y leer, pero no puede escribir. No sabe cómo pudo sacar su carrera universitaria, tampoco cómo consigue mantener durante los seis últimos años el trabajo que desarrolla de funcionario. No tiene memoria de cómo lo hace,

Se ha inventado un modo de escritura que consiste en lo siguiente, es su creación en los siete años de análisis: Toma la idea sobre la que tiene que escribir, en una gran pizarra dibuja palabras e ideas sobre el tema, no sabe cómo juntarlas, pero ha descubierto un sistema. Busca en Internet discursos que tengan que ver con su idea y entonces, coloca poco a poco las palabras de la pizarra, en ese discurso de otro, hasta sentirlo como propio.

Esta escritura toma para el paciente la forma de litoral, aquello que separa dos cosas que no tienen forma de mantenerse unidas. Esta escritura, es el litoral por el que se mantienen juntos el cuerpo fragmentado y el goce. Podría decirse que es una escritura que hace sinthome. Lo singular viene al lugar de lo particular que no hay, el Nombre del Padre.