Sobre el programa: La vigencia de Freud en TV3*. Patricia Tassara. (Valencia)

Siendo que he visto el programa que ha salido en la TV catalana sobre la vigencia de Freud, quisiera pronunciarme al respecto sobre algunas cuestiones de las múltiples que allí han surgido.

Paradójicamente, un psicoanalista fue el cuarto gran ausente en la mesa (y posteriormente en la recomendación bibliográfica final), una mesa constituida solamente por tres posiciones: filosófica, cientificista y psicoterapéutica. Sabemos que hay una diferencia sustancial entre psicoterapia psicoanalítica y psicoanálisis. No son lo mismo. Jaques Lacan situó esa diferencia claramente en su obra.

Se equiparó el psicoanálisis a las creaciones de Woody Allen. Es lamentable que siempre sea el único referente mediático al que se recurre para hablar del tema. ¿Por qué es tan difícil en este país, escuchar a un psicoanalista lacaniano en un debate? No es fácil lograr la inclusión de este pensamiento que señala con el dedo lo que 'no anda' en una sociedad post franquista o en la que una corriente se pretende única en su validez: las TCC. Ya lo dijo Freud, 'eso' prefiere reprimirse. Fue la lucha constante del propio Freud, hijo del auge de la ciencia de su siglo. También sabemos que el psicoanálisis no pretende ser un fenómeno de masas y mucho menos algo globalizador, sino todo lo contrario, trata el caso por caso, aislando lo más particular de cada sujeto, haciendo que justamente eso, le permita encontrar una solución propia y única.

Se generó así, un debate sin salida entre la posición cientificista representada por el Dr. Massana, que con su insistencia y degradación, repetía que si algo no es demostrable no es científico- ergo- no tiene validez llegando al límite de decir que todas las infancias son iguales o que cada síntoma es la respuesta de un área cerebral. Por otra parte, la posición psicoterapéutica, representada por A Talarn, intentó hacer una defensa del asunto pero aludiendo a publicaciones de revistas científicas en las que ciertas corrientes que se dicen psicoanalíticas y que comulgan con las neurociencias plantean estudios de curaciones en miles de casos, demostrándose entonces la ‘cientificidad’ del psicoanálisis. Equivocado posicionamiento especular. Ambos desconocían lo que Lacan entiende por ciencia y por cura. Kairós perdido, no había siquiera un león con oportunidad de saltar. Lacan inventó el Pase en su Escuela, como esa forma particular de evaluación, del caso por caso, donde se puede verificar cómo cura el psicoanálisis. Por otra parte, tendremos ocasión de escuchar y hablar en el Foro organizado para el 19 de Junio en Barcelona justamente Lo que la evaluación silencia, esa evaluación supuestamente demostrativa que defiende el Dr. Massana, ¿furor curandis paterno filial?

No obstante se puso en la serie de las caídas de prestigio contemporáneo, a la psiquiatría actual que salvo contadísimas excepciones, confirmamos que solo medica desde una sordera absoluta siendo las 'psicoterapias' las que ahora escuchan. Lo cual es cierto. Lo que luego hacen con eso que escuchan, es lo que marca la diferencia con el psicoanálisis. Las psicoterapias, se quedan en la 'intersubjetividad' de la que habló Lacan al inicio de sus desarrollos y que rápidamente superó. El mismo Antoni Talarn, aludió más de una vez a que él 'dialoga' con sus pacientes sobre las 'relaciones interpersonales'. El psicoanálisis no es ningún diálogo ni lee el inconsciente como lo interpersonal, sencillamente porque no se trata de personas sino del sujeto dividido por el inconsciente, es decir, por la palabra.

Al menos, quien en mi opinión parecía haber hecho una mejor lectura de la obra freudiana, ha sido el filósofo Fernando Pérez. Solo él apuntó al enorme alcance de los desarrollos freudianos más allá de la clínica, como también dio su lugar e importancia a la pulsión de muerte y vida, a la agresividad, al eros, a la sexualidad, a la libido como motor, al malestar en la cultura y fundamentalmente al sinsentido radical que habita en el fondo del ser. Es destacable cómo el psicólogo A Talarn, barrió de cuajo con la libido: "nosotros no hablamos con los pacientes de eso, nos centramos más en las relaciones interpersonales". Para A. Talarn: la relación sexual (interpersonal) existe.

Al menos, el director del programa, elige algo interesante para terminar. Finaliza poniendo en escena a una mujer artista, "Madonna", no es cualquier significante. Esa virgen, mujer bella enigmática, ante la que Dora, uno de los casos princeps de Freud (y señalado por E Trías), quedó extasiada mirándola largo tiempo en el museo. Se trata de un video clip onírico, extraño, en el que Madonna canta sobre 'las palabras'. Goce femenino insondable, ese Otro goce del que habló Lacan, imposible de decir pero posible de bordear con significantes. Freud nos dejó con la pregunta acerca de ¿Qué quiere La mujer? quedando detenido en la roca de la castración y que Lacan con un cambio sutil pero fundamental da un importante paso más reformulando la pregunta: ¿Qué quiere Una mujer? es decir, una por una, en tanto ella es imposible de colocar en un conjunto cerrado. Algo siempre escapa en lo femenino, aunque la ciencia se empecine en querer evaluar, atrapar, nombrar o clasificar en un DSM o la psicoterapia intente dominar o adaptar en supuestas relaciones entre los sexos. Y esto que escapa, no solo toca a las mujeres.

* http://www.tv3.cat/videos/2766990