Reseña de la "Conversación clínico-política sobre la actualidad del psicoanálisis en institución" | Eugenia Insua

El sábado 24 de febrero en la Sede de Vigo de la ELP tuvo lugar un debate sobre la acción lacaniana en lo social contando con la presencia de Andrés Borderías, director de la FCPOL, convocado y animado por la directora de la Comunidad de Galicia, María Castro que planteó la importancia de encontrar la estrategia política y clínica para avanzar en el campo institucional, preparándonos para la mutación de los síntomas y del propio psicoanálisis, aportando soluciones no segregativas, tanto en instituciones creadas como en las que puedan advenir, abriendo un debate epistémico, haciendo un trabajo en intensión que no se quede en asistencia social.

Andrés Borderías nos hizo partícipes de la creación de la página web de la FCPOL www.fcpol.org presentando a la Fundación como esa herramienta que la ELP creó para entrar en un nuevo terreno. Si bien fue creada para vertebrar los Centros de Psicoanálisis de Consultas y Tratamientos (CPCTs) que se cerraron con un amargo sabor, ese “avión no se reorientó suficientemente, aterrizamos en un islote y la Fundación Clínica Psicoanalítica de Orientación Lacaniana, FCPOL, quedó aparcada”, en tanto herramienta de acción social. No obstante, algunos centros de psicoanálisis aplicado, no vinculados en aquel momento a la Fundación siguieron su camino, encontrándose en este momento como entidades colaboradoras de la Fundación, como FAT, Fundación Atención Temprana, CCF, Clínica del Campo Freudiano en A Coruña, FNB, Fundació Nou Barris per a la Salut Mental en Barcelona… por nombrar algunas de las diez entidades que aparecen ya en la página web de la Fundación, como entidades colaboradoras.

La actualización de la FCPOL y el impulso que desde el Consejo de la ELP, quiere dársele está en relación con un recorrido previo. Se trata de aprender de las dificultades encontradas en otros tiempos. Se trata de vertebrar un trabajo de psicoanálisis en institución, que las entidades colaboradoras viertan sus investigaciones y tener un medio de aportar orientación y respuestas ante posibles legislaciones que borren al sujeto, teniendo una posición en el campo de la política, como Fundación. Y sobre todo en no hacer otra cosa que no sea psicoanálisis, preservando en todo momento su discurso.

A continuación de esta presentación, dos interesantes trabajos abrieron el debate. Fueron expuestos por Iria Rodríguez, socia de la Sede de A Coruña, y por Nieves Figueiras, socia de la Sede de Vigo, en los que relataron sus diversos modos de encontrar ese punto donde uno se sitúa en la institución social pública en la que trabaja, para encontrar la intervención que toque algo de lo que está en juego para el sujeto que acude, buscando respuestas al malestar. En el primero, se mostraba de que modo puede intervenirse para tratar la dimensión subjetiva de los problemas sociales, más allá de una respuesta directa a la demanda que una trabajadora social orientada por el psicoanálisis puede realizar, en otros casos tocar algo del inconsciente para abrir un tramo más allá en otro lugar, donde pueda acudirse, con una interpretación. El segundo trabajo mostraba como cuando la institución está regida por políticas sociales que no prestan acogida y escucha, lo real se muestra cada vez más desnudo, dando lugar a la angustia y a la urgencia. Prácticas de la evaluación, sin diferencias en la estructura, sin lugar ni tiempo para la palabra, donde no hay lugar para lo privado del encuentro, magnificando el nombre de servicio público donde los protocolos son los que deciden sobre el porvenir del adolescente. La posición del practicante orientado por el psicoanálisis es en ocasiones proteger al sujeto de la institución, mantener sus derechos, derechos del síntoma, un derecho a la subjetividad. Cada practicante se verá convocado a inventar en su lugar, en su institución, ganándose ese respeto y esa dignidad que tiene que ver con el propio recorrido analítico.

En el debate se retomaron las cuestiones planteadas, la ideología de la evaluación también produce hartazgo. En general, de lo que se trata es de la dificultad para dar una respuesta frente a lo real, de esa articulación de lo traumático y el discurso analítico, ante esto la plasticidad del practicante será acorde a su propia formación, a su propio recorrido, pero también a partir de poner en marcha espacios para debatir con los colegas sobre la práctica en institución.

Quedamos convocados para la 1ª Jornada de la FCPOL: “El psicoanálisis en instituciones”, el sábado 2 de junio en Madrid, con el título: “La soledad y el vínculo”. Retomaremos allí la conversación.