Presentación en Valencia de "Las Fuentes judaicas del psicoanálisis". Por Mila González y Juana Planells (Valencia)

El pasado día 11 de febrero, la BCF de Valencia presentó la obra de Juan Pundik y el libro “Las fuentes judaicas del psicoanálisis”. Contamos con la entrañable presencia del autor, quien hizo de este acto, con su saber hacer, una intervención desde lo más íntimo.

“Las fuentes judaicas del psicoanálisis” es una obra que versa sobre dos fenómenos de civilización, el psicoanálisis y la religión, la judía. La tesis que defiende su autor es que las fuentes judaicas ejercieron una poderosa influencia sobre el inventor del psicoanálisis, Sigmund Freud, a pesar de que muy poco se ha hablado de ello, y que el producto cultural que constituye el psicoanálisis es elaborado como consecuencia de la historia, la política y la cultura judías.
La cuestión que se plantea Juan Pundik es el por qué del ocultamiento de esta influencia judaica frente a las fácilmente reconocibles de otras culturas como la griega, la romana, la egipcia o la cristiana. Pundik intenta demostrar que las fuentes judaicas dejaron una huella profunda en la gran obra de Freud, el psicoanálisis. La razón de este ocultamiento la encuentra en el terrible antisemitismo que se daba en la época, aunque aclara que el propio Freud no dejó nunca de hacer pública su identidad judía.
A lo largo del texto Pundik va mostrándonos las similitudes existentes entre el método analítico y el midrhásico, que es el propio del estudio de los textos sagrados judíos. En diversas transcripciones de las enseñanzas de la cultura judía se observan paralelismos con cuestiones propias del psicoanálisis como son la interpretación, la escucha, la relación transferencial entre analista y analizante, la supervisión de casos o el gusto por el método de la conversación, entre otras.

Además, introduce muchas otras cosas propias de la religión judía que nos aproximan a la idea que defiende de que el psicoanálisis es un invento judío. Lacan ya dijo en su momento que la religión es el reverso del psicoanálisis y, sin lugar a dudas, la judía es la madre de todas las religiones monoteístas.
Encontramos también en este libro una magnífica síntesis de lo que son el judaísmo y la religión judía, expuesta de una manera sencilla, lo que ha supuesto para el autor un arduo trabajo de selección, lectura, consulta y manejo bibliográfico para poner a disposición del lector, en apenas 160 páginas, los resultados de una investigación minuciosa que, en sus propias palabras, ha resultado ser agotadora a la par que enormemente gratificante.
Esta es una obra de recomendable lectura para aquellos que trabajamos desde el psicoanálisis, pero también para los que lo hacen desde diversos campos de la cultura.
Encontramos entre estas páginas conceptos como la Torá, el Talmud, el Midrásh, el sionismo o tantos otros que ahora se me escapan, definidos, relacionados entre sí y con otros aspectos propios del psicoanálisis de manera inteligible. Cuestiones como la interpretación, la supervisión de casos o la continua revisión de los textos y la atenta observancia de los acontecimientos de cada momento histórico para la extracción conclusiones que nos resultan tan “familiares” del lado del psicoanálisis, lo son también para el judaísmo y para su método de estudio y aproximación al gran Libro de los Libros, la Biblia.
Como buen lacaniano Pundik introduce a Jacques Lacan y la relación que éste tuvo con el mundo judío, del que dice fue un pensador de mentalidad racionalista judía y de educación católica. En primer lugar pone de manifiesto la simpatía que Lacan sentía por un pueblo que defiende a los suyos y del que se lamenta no haberse servido más a lo largo de su vida. Establece una comparación entre la diáspora judía, el exilio al que se vio obligado Freud al final de sus días a causa del nazismo y la excomunión que se dictaminó contra Lacan por cuestiones teóricas y que le valió su expulsión de IPA.
También encontramos entre estas páginas un extracto de una de las sesiones del Seminario “Un effort de poesié” que Jacques-Alain Miller impartió en París entre 2002 y 2003. Lo que supone un regalo de gran valor para aquellos que no tiene un fácil acceso a su enseñanza.
De las cuatro partes en las que divide el texto, una de ellas – “Moisés, parricidio y filicidio” – la dedica a plantear que en el origen del maltrato al que los niños vienen siendo sometidos históricamente por los padres estaría en el filicidio, que sería anterior al parricidio y que ha quedado velado por la historia.
En suma, “Las fuentes judaicas del psicoanálisis” resulta ser un libro de aconsejable lectura fundamentalmente para psicoanalistas y que supone un enorme esfuerzo de síntesis y que nos facilita el camino hacia la comprensión del por qué del surgimiento del psicoanálisis en nuestra civilización y del momento histórico en el que irrumpe en las vidas cotidianas de los occidentales de finales del siglo XIX y principios del XX.

Mila Gonzalez y Juana Planells (Valencia)