El diálogo con el autista. Notas sobre las VIII Jornadas del RI3 (26 y 27 de enero de 2008). Iván Ruiz (Barcelona)

Dialogar con un sujeto autista es, en sí mismo, plantear una paradoja, pues de entrada es algo que va en contra de la opinión corriente. Para que un diálogo pueda producirse es necesario que los dialogantes compartan una mínima lengua común, pues no es extraño esperar de un diálogo intercambios diversos de ideas y afectos. Salir del autismo por el diálogo –como se propuso en las VIII Jornadas del RI3, celebradas el fin de semana del 26 y 27 de enero en Clermont-Ferrand- requiere entonces de una explicación precisa, que sólo con las herramientas de la enseñanza de Lacan es posible hacer.

El título propuesto, El diálogo con el autista, reunió a más de 800 personas bajo un clima de entusiasmo, el entusiasmo de una clínica que se renueva en el seno de cada institución que trabaja, en mayor o menor medida, a partir de la propuesta lacaniana de un tratamiento posible para la psicosis. Cada una de las instituciones que se hicieron representar por trabajos eminentemente clínicos mostraron que el rigor se impone en la clínica del caso por caso, que el funcionamiento institucional puede ofrecer un partenaire al sujeto psicótico, desde la infancia, y que hay una dignidad posible para el niño psicótico y autista cuando pueden reconocerse las reglas privadas y estrictas de su relación a la lalengua.

El diálogo con el autista fue pluralizado desde el inicio de las jornadas para rescatar la solución que cada sujeto autista encuentra a la defensa radical frente al goce que supone su estricto rechazo del Otro. Si pudiera encontrarse un rasgo en común entre las terapias cognitivo-conductuales que se ofrecen hoy al autista y la propuesta del psicoanálisis, sobretodo la del Lacan de los años 70, se podría decir que tienen en común el significante aprender*. Aunque, se impone aclarar que la diferencia esencial radica en que no se trata de hacer aprender al autista la lengua del Otro –objetivo por el que trabajan tenazmente aquéllas- sino aprender de él su lengua privada, una lalengua que no llegó a alienarse al lenguaje, a la lengua del Otro. Interesarse por su lalengua es hacer al sujeto responsable de ella y acoger el goce que hay detrás, para facilitar al sujeto pasar de la clausura de su mundo autista al mundo del Otro. No es, por otra parte, otra la dificultad de todo sujeto en la relación con su goce, siempre autista.

Las tres I de RI3 (Red de Internacional de Instituciones Infantiles del Campo Freudiano), con sus tres instituciones fundadoras (Antenne 110, Le Courtil y Nonette) permitieron elaborar y poner en funcionamiento la Práctica entre varios, como un modo de ofrecer al sujeto autista la ocasión de una pluralización de encuentros donde hacerse escuchar e inventar un lazo social a su medida.

La gran variedad de casos clínicos presentados y la calidad de las elaboraciones teóricas –entre ellas las que aseguraron una representación española, con las intervenciones de Vilma Coccoz y Elisabeth Escayola evidencia una vez más la existencia de un pulso decidido, que excede las fronteras comunitarias, de ofrecer a los sujetos autistas y psicóticos graves un partenaire que acoja y acompañe su lógica subjetiva, uno por uno.

La Práctica entre varios es correlativa a ese uno por uno y se presenta, así, con la modalidad singular que cada lugar tiene en la implantación de su funcionamiento, como una apuesta firme que permite no retroceder ante el deseo, ante el deseo de autorizar la utilización del crisol de la lalengua propia de cada uno de los sujetos que son acogidos en institución.

Las Jornadas fueron la ocasión, además, de constatar la necesidad de proseguir otro tipo de diálogo, el que se pidió desde algunas asociaciones de padres de niños con autismo, que, reacios al estigma que la epidemia autista actual –promovida por las neurociencias y sus ecos en los medios de comunicación- ejerce sobre estos sujetos, reclaman la dignidad que su modo particular de vínculo social merece y que creyeron escuchar durante ese fin de semana. Buena prueba de ello fue la intervención de Jacqueline Berger, a propósito de su testimonio personal que ha configurado el libro Sortir de l’autisme**.

Las conclusiones de los dos días de trabajo sobre la aplicación del psicoanálisis a los sujetos autistas –que continúan apareciendo en la web del RI3 (http://ri3.courtil.be)- mostraron que la salida del autismo por el diálogo es una apuesta ética a sostener, elaborar y transmitir.

Notas:
* Aprendre, en francés, significa tanto aprender como enseñar.

** Jacqueline Berger, Sortir de l’autisme. Buchet-Chastel. 2007.