EL CPCT: un remedio para la angustia. Por Vilma Coccoz Turinetto (Madrid).

EL CPCT: un remedio para la angustia

En las últimas jornadas de la ELP que tuvieron lugar los días 11 y 12 de noviembre pasados en la ciudad de Málaga, con el título "La angustia, el afecto que no engaña", tuvimos ocasión de manifestar un extenso y emocionado homenaje a nuestro querido amigo, el psicoanalista José Antonio Naranjo, recientemente desaparecido. El alcance de su ausencia sólo se iguala a todo cuanto nos dejó su presencia. Gracias a su acción, valiente y decidida, pudieron ponerse en marcha los Centros de consulta y tratamiento de la ELP (Madrid, Bilbao y Málaga) e impulsar el ya existente en Barcelona.

En estas jornadas hemos dedicado un tiempo particular a la reflexión que venimos elaborando a partir de la singular y novedosa experiencia clínica en los CPCT, regida por una duración limitada y por la gratuidad. Tal limitación de la operación analítica en el marco de estos centros de atención exige de nosotros una detección muy precisa y rápida del motivo que ha conducido a alguien, habitualmente en un estado de urgencia subjetiva, a formular su pedido de encontrar un psicoanalista en el marco del CPCT. Este marco es simbólico y, a la vez, muerde en lo real. Es simbólico porque proviene del discurso analítico, del saber producido a partir de las enseñanzas de Freud y Lacan. Es real porque es una respuesta en acto, en el filo de la angustia, a la emergencia subjetiva. La angustia empuja a actuar, a hacer algo. Acudir al CPCT como solución a la angustia puede ser, in extremis, una elección entre actuar malamente o hablar a un analista del CPCT. Este ofrece la realización de un ciclo en la dimensión de la palabra, aliviando al sujeto de dirigirse, sin saberlo, a lo peor.

El CPCT es un remedio simbólico a la angustia del sujeto que ha sido dejado plantado (1) por el Otro, quedando sin recursos, sin nombre, sin lugar, a menudo después de una experiencia traumática. También lo es para el sujeto errante, desorientado y a la deriva, avocado al desastre personal, a la ruina afectiva, a decisiones irremediables.

El CPCT es un remedio eficaz en la prevención de los pasajes al acto suicidas o violentos. Un ciclo en el CPCT puede otorgar, a través de un pasaje por la experiencia del inconsciente, una confianza renovada en la palabra, en el lazo social, en el deseo.

En estos tiempos en el que las terapias abominables(2) y persecutorias, en una siniestra colaboración de psicofármacos y abusos de autoridad terapéutica, producen estragos en los desgraciados y temerosos, sugestionados por los avales “científicos” y mediáticos, el psicoanálisis de orientación lacaniana pone al servicio de los ciudadanos, las estructuras simbólicas que recomponen el tejido humano, el sostén de la subjetividad.


Desde los CPCT apostamos por devolver la dignidad al sufriente desde el tratamiento ético de su síntoma para que, más allá del dolor de existir, y aún habitando un mundo hostil, avieso y amenazante, algo del goce de la vida pueda serle devuelto, una vez que ha podido ser escuchada su singularidad creadora, surgida de las necesidades más humildes(3), aquellas en la que todos hemos sido formados.

VILMA COCCOZ (Madrid)

NOTAS:
(1) Expresión de D.P.Schreber.
(2) Expresión de Jacques-Alain Miller.
(3) Expresión de Jacques Lacan.