Anatomía de un título para el XI Congreso de la AMP | Lluïsa Andreu

XI Congreso AMP-02El pasado 28 de Marzo tuvo lugar en la sede de Barcelona de la Comunidad de Cataluña el primer encuentro preparatorio para el próximo XI Congreso de la AMP, que tendrá lugar en Barcelona del 2 al 5 de Abril de 2018, bajo el título: “Las psicosis ordinarias y las otras bajo transferencia”. “Anatomía de un título para el congreso” fue el título elegido por Anna Aromí para este primer encuentro y estuvo moderado por Claudia González.

Fue J.-A. Miller quién planteó que el próximo congreso tuviera una orientación clínica y al título del Congreso propuesto por la comisión, Miller le añadió “bajo transferencia”. También fue la transferencia generada en el Congreso de Dublín de 2016 “Los signos discretos en las psicosis ordinarias” la que tuvo efecto a la hora de decidir el tema para el XI Congreso cuyo objetivo es hacer avanzar el psicoanálisis, en tres vertientes: clínica, epistémica y política.

En su presentación, Anna Aromí, secciona el título del congreso en tres ejes que facilitan el abordaje de trabajo para el Congreso: las psicosis lacanianas, ordinario-extraordinario y bajo transferencia.

Las psicosis lacanianas siempre parten de la clínica y nuestra transferencia siempre es hacia la psicosis y hacia el caso.

Las psicosis ordinarias tal y como las transmite Miller, surgieron cuando las referencias al Falo, el Edipo y el Nombre del Padre que corresponden a la clínica binaria psicosis-neurosis, no permitían tratar el campo del goce.

Después del Seminario Aún, (1972-1973), con la falta del significante “La Mujer”, soportando la no relación sexual, ya no hay un verdadero Nombre del Padre y éste pasa a ser un predicado, un elemento que para un sujeto funciona como NP.

Es a partir de la clínica de los nudos y del sinthome que podemos decir que la psicosis deja de presentarse como un déficit, la neurosis ya no es la norma.

“Psicosis ordinaria” no es una categoría de Lacan, no es un concepto, Miller considera que es un significante que ha extraído de la última enseñanza de Lacan, nos dice en “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria“ publicado en Freudiana nº 58.

Para Miller las neurosis hay que demostrarlas, localizar las pruebas del menos phi, de la relación con la castración, la impotencia y la imposibilidad. La relación con el NP, una relación clara entre el yo y Ello, así como un superyó marcado, y si no encontramos estas propiedades, entonces podemos estar seguros de encontrarnos en el campo de la psicosis.

El texto de Ivez Vanderveken: “Hacia una generalización de la clínica de los signos discretos” publicado en Freudiana nº 77-78, permite pensar el segundo eje. Vanderveken propone localizar el binario ordinario-extraordinario, no como una oposición, sino como una curva de Gauss, en los extremos lo extraordinario, neurosis en un extremo, psicosis extraordinaria en el otro y en el centro lo ordinario.

Tomando el tercer eje: bajo transferencia. Elaboramos que es solo bajo transferencia que podemos advertir los signos discretos de las psicosis ordinarias.

Una observación bastante generalizada es que actualmente encontramos en la clínica mayor número de psicosis ordinarias, posiblemente debido al desfallecimiento de las figuras de autoridad, ya no resultaría tan fácil el encuentro con un padre.

El tema del Congreso despertó muchas preguntas y reflexiones, algunas que particularmente despertaron mi interés como eje de trabajo: ¿De qué depende que una psicosis no sea desencadenable y qué tipo de “semblante compensatorio”, que tipo de “grapa” garantizaría que tuviera suficiente consistencia para que esa psicosis no se desencadenara?

Surgieron varias hipótesis en la discusión, una de ellas sería la de una identificación a un S1 fuerte que haría de punto de capitón.

Por otro lado hay ciertos tipos de solución que son más estables que otras, podemos ver en Joyce, tratándose de una psicosis ordinaria no desencadenada, que en su construcción del sinthome, según Enric Berenguer, el término identificación se queda corto y no alcanza para dar cuenta de la construcción de un sinthome o un “semblante compensatorio” Sin embargo, Joyce antes de ser artista sostenía una identificación al escritor, esa era identificación-certeza que con sus publicaciones se transforma en algo más sólido.

Otra intervención planteó que estas categorías son epistémicas, pero que posiblemente no se pueden convertir en clasificaciones, en el caso de las psicosis no desencadenables, depende de un encuentro particular, que si no se produce, posiblemente no sea una psicosis desencadenada.

¿Por qué cierto tipo de solución es más estable que otra? ¿Cuál sería el elemento de desencadenamiento? Son preguntas que nos empujan a ponernos a trabajar.

Miquel Bassols, planteó a modo de orientación que podríamos proponer tres tipo de psicosis: Por un lado psicosis ordinarias, que serían las que un día se desencadenaron y posteriormente se estabilizaron, psicosis no desencadenable, que han construido un sinthome no desencadenable y por último las psicosis que no se han desencadenado, pero que pueden desencadenarse bajo transferencia.

Para finalizar Anna Aromí, nos animó a cada uno de nosotros a plantearnos una pregunta: ¿Qué espero del congreso?

Especialmente, me gustaría comentar una “pincelada” de la aportación realizada por Antoni Vicens en relación al cartel del Congreso, el cuadro de Joan Miró elegido por J.-A. Miller, ya que . Miró en la pintura realizó lo que Joyce en la literatura, cambió la pintura, hizo un sinthome entre la pintura y la vida. Miró, tratándose de una psicosis, al pintar las constelaciones consiguió que esa pintura le permitiera construir el sinthome.