Jornada PIPOL IV en Madrid: Sinthomatizar la (des)inserción*. Vilma Coccoz (Madrid)

En sus palabras de introducción a la jornada de trabajo sobre Pipol IV, Vicente Palomera aportó una muy novedosa perspectiva desde la que concebir la sinthomatización de la desinserción. A partir de la consideración del estado líquido de la civilización que estamos atravesando, Vicente encontró, en una cita del Seminario XXIII, la indicación precisa que debe orientar nuestra pragmática. Esto es, la contemplación de los puntos de elección subjetivos que permiten una solidificación, los puntos en torno a los cuales puede operarse el anudamiento propio del sínthoma, como la solución particular a cada ser hablante.

Este aporte contribuye a expandir el campo de referencias que permiten ordenar, en nuestra clínica pragmática, la problemática de la desinserción. Entendiendo que, en el psicoanálisis, dicha expresión viene a indicar una perspectiva nueva, en contraste a la “dogmática” de la clínica diferencial entre neurosis y psicosis, según lo expuso Jacques-Alain Miller en ocasión de la conversación clínica del 8 de septiembre de 2008 en Courtil (1).

El tema de la desinserción social tiene un largo recorrido en las políticas sanitarias y sociales. Desde la concepción del discurso del amo se elaboran las medidas y recursos destinados a favorecer la “reinserción”, basados en soluciones homologables. Patrick Declerck, en su libro Los náufragos, define la ideología que sustenta estas acciones: La resinserción supone, la mayoría de las veces, de manera implícita o explícita, la idea de un regreso del sujeto al seno de la normalidad social y económica. Esta representación va acompañada de una dimensión espacial. Se suele imaginar al sujeto como una pieza del puzzle aislada y, por eso mismo, carente de sentido, que volveríamos a colocar (…)en su lugar preciso, insertado, ciudadano por fin entre otros, en el marco de las obligaciones del funcionamiento social, económico y relacional. Curado, autónomo, viviría el resto de su existencia, colmado de las delicias de la normalidad, es decir, en definitiva, del trabajo.” (2)

De ahí que, según versa la presentación de la jornada del 30 de mayo en Madrid (3), la original “apuesta del psicoanálisis no es hacer desaparecer la desinserción que forma parte del malestar de la civilización sino invitar a saber hacer con ella, que se sinthomatice. La reinserción, si es el caso, vendrá por añadidura.” Esta perspectiva clínica sobre la desinserción se desprende del diagnóstico del estado actual de los discursos en la medida en que “el Nombre del padre no tiene más la función que ha operado durante el curso de los siglos. (…) Lo que ha venido a ocupar el lugar (del nombre del padre) es el ser nombrado para… ejercer tal función, tal empleo. Por ejemplo: soy secretario general, soy consejero, etc. He aquí lo que otorga un anclaje al sujeto.” En este punto de su exposición Jacques-Alain Miller avanzaba una tesis de gran alcance, clínico y doctrinal: “Esto aclara el problema del desasimiento social o de la desinserción: cuando se pierde el nombre del empleo, se producen consecuencias que eventualmente se parecen a aquéllas que hemos ordenado en la rúbrica “forclusión del nombre del padre.” (4)

Entre las referencias lacanianas que forman el suelo de nuestra investigación actual, Judith Miller había aportado algunas, de suma importancia, que son contemporáneas a la elaboración de la lógica del fantasma como “lo que opera la entrada del sujeto a lo real”, o sea, a un imposible lógico, lo que podrá dar lugar a “…la inserción del sujeto supuesto saber en lo real” (5) en la operación de la transferencia.

En el seminario XIV Lacan distingue la existencia del sujeto “de hecho” de la existencia “de derecho”, derivada de su alojamiento en el discurso. Podemos pensar que dicha diferencia sustenta la distinción, el texto de La Equivocación el sujeto supuesto saber:

“a) la inserción del ser vivo en la realidad que es lo que de ella imagina y que puede calibrarse por el modo en que ante ella reacciona.
b) el lazo del sujeto con un discurso del que puede ser reprimido, es decir, no saber que ese discurso lo implica.” (6)

Los casos presentados por Rosa Liguori, Ana Castaño y Silvia Nieto ilustran esta diferencia entre la inserción del vivo y el lazo al discurso: testimonian de una realidad, sumamente precaria en su aspecto de wirklichkeit, de realidad operativa y, por otra parte, evidencian un desasimiento del lazo al discurso. Se presentan como seres vivos pero sin el recurso al inconsciente y al fantasma para ordenar el goce -debido a la ausencia de función del objeto a y el menos phi-, que asegura la “inserción del goce en el deseo.” (7)

En esta jornada de trabajo hemos tenido ocasión de verificar el modo en que se orienta nuestra pragmática en la clínica de la desinserción. Cada una de las intervenciones analíticas ha hecho presentes la falla de A, la ausencia de saber en la lógica del discurso. Gracias a su mediación, se hizo efectivo el hueco necesario para que el saber comenzara a elaborarse por parte de sujeto, iniciándose así su trabajo de inserción, en el lazo del discurso, de lo real particular que define su existencia como hablante. En palabras de Pierre-Gilles Guéguen (8), siendo como somos, todos, desinsertados del Otro, cada uno tiene el derecho de construir la realidad que le conviene a su lugar en la estructura y a partir de su lazo particular a la lengua. Quien orienta su acción desde el discurso analítico asume la responsabilidad de propiciar esta construcción.

* Intervención de Vilma Coccoz en la jornada preparatoria PIPOL IV el día 30 de mayo de 2009

Notas
1-. Reencontré clinique du 8 septembre avec la participation de Jacques-Alain Miller. Les feuillets du Courtil nº 28. Pág. 14
2-. Patrick Declerck: Los náufragos. AEN, 2006. Pág. 229-230
3-. Texto elaborado por Carmen Cuñat y Mónica Untemberger
4-. Jacques-Alain Miller, En Les feuillets…. Nº 28. Pág 15
5-. J. Lacan. Reseñas de enseñanza. La lógica del fantasma. Hacia el tercer encuentro del Campo Freudiano. Buenos Aires. 1984. Pág. 43-4
6-. J. Lacan. La equivocación del sujeto supuesto saber. En Momentos cruciales de la experiencia analítica. Manantial. Buenos Aires. 1987. Pág.31
7-. Jacques-Alain Miller. Curso 1, 2, 3, 4.
8-. Pierre-Gilles Guéguen: Nous sommes tous désinsérés. En Lettre Mensuelle nº 277