Crónica: Conferencia de clausura de las XII Jornadas de la ELP. Miquel Bassols: “La ley y lo real del psicoanálisis”. Betina Ganim (Palma de Mallorca)

Lunes 11 de noviembre de 2013. Luego de haber asistido a estas Jornadas, un primer efecto que quiero compartir es el bricolaje que hice a partir de mis notas (¿”piezas sueltas”?) de la Conferencia Miquel Bassols.

Introducción: hacia el Congreso Mundial de la AMP
Miquel Bassols
aborda su conferencia planteándola en términos de apertura, más que de conclusión. Una apertura hacia temas que confluirán en un próximo encuentro en París, en el Congreso Mundial de la AMP: “Un real para el siglo XXI”.

En el título mismo de esta conferencia tenemos una equivocidad gramatical. ¿Es que se trata del psicoanálisis por un lado, y lo real por el otro? ¿Se trata primero del lenguaje y luego de lo real? ¿O se trata de ambos, emparejados por la conjugación copulativa “y”?

Bassols plantea que este equívoco marca algo fundamental en la práctica analítica: entre lo simbólico y lo real. Es esta misma juntura que será abordada, investigada y trabajada para el próximo Congreso, cuyo título anunció J-A Miller y que sitúa lo real ya anudado a lo simbólico. Es decir, lo real en el mundo simbólico que nos toca vivir: el siglo XXI.

Es en este sentido que existe una historia simbólica de lo real.

En el siglo XVII se trata de lo real medible, cuantificable; un real que aseguraba un retorno a lo mismo, cuyo paradigma lo tenemos en la imagen de los astros. Este real en el siglo XVII nada tiene que ver con el real de nuestro siglo, que pierde cada vez más aquella objetividad y determinación; más bien el real del siglo XXI responde a un principio de incertidumbre generalizada.

A su vez, estos dos momentos de lo real no tienen nada que ver con los dioses griegos, que funcionaban como una revelación de lo real para el sujeto.

El anudamiento entre lo real y lo simbólico depende de la estructura del lenguaje: lo real como lo que vuelve al mismo lugar.

Pero el tema del próximo Congreso introduce la perspectiva de lo real como Uno: un real desanudado de lo simbólico, desanudado del lenguaje con el que lo abordamos. Un real exterior a las leyes de lo simbólico. Un real sin ley, cuyo destino ignoramos y que no depende del psicoanálisis mismo.

Pero de lo que el analista debe estar advertido: que lo real es lo contingente, lo imprevisto, lo traumático, lo sin-ley.

El término faltante
Miquel Bassols toma luego el póster de estas Jornadas, en el que hay tres figuras que parecen estar vinculadas con los tres significantes del título de las mismas: Goce, culpa, impunidad. Y hace su interpretación de este póster.

En principio, el primer par: la culpa y la imagen de un Jesucristo sufriente, que da cuenta de la tradición cristiana en la que estamos inscriptos; tradición que ha introducido en nuestra cultura una relación entre el sujeto y la culpa. Tenemos en Freud, en “Tótem y Tabú” el asesinato del padre y la obediencia retrospectiva a lo que se prohíbe, el acceso a todas las mujeres. La mujer será desde entonces, No-toda. La culpa se nutre del goce prohibido, que tiene la figura del Superyó.

Segundo par: el goce y Superman, una figura de omnipotencia casi divina. Un Superman que en el póster aparece sin mirada. Una mirada ausente que contrasta con la mirada muy presente de las otras dos figuras: la de Jesucristo y la de la serpiente. Cuanto menos puedo mirar, más mirado soy por la mirada que está por fuera del cuadro: la pulsión freudiana que exige satisfacción pero no dice con qué objeto debo satisfacerla.

La S de Superman, es -interpreta Bassols- la S del esquema Z en Lacan; ese S sin barrar, el sujeto pulsional, no dividido por el significante.

Y el tercer par: la impunidad y la serpiente, erguida en su soberbia impune. La serpiente en tanto símbolo de la falta originaria. Aquí Bassols introduce un elemento que es central en la última enseñanza de Lacan, que es la letra. Porque es por la letra que cada elemento imaginario y simbólico del cuadro se hace equívoco. La serpiente del póster es una cobra. Y esto da mucho juego. Si podemos ir de la serpiente del falo a la serpiente de la castración es porque se cobra el goce del síntoma de cada uno, que está en las otras dos imágenes. Es la cobra que dice que cada goce tiene su precio.

El cuarto término que Bassols plantea que permite realizar los emparejamientos entre los tres del póster, es el deseo. El deseo como la defensa fundamental frente al goce de la pulsión. Aquella dimensión que introduce una falta en el goce.

No hay goce impune que no pase por el deseo. Lacan situó en las éticas de occidente la ética del deseo como una nueva posición frente al goce.

El personaje faltante
Para el Lacan de los años ’50, ese deseo llevaba el nombre de Sigmund Freud: un deseo que va a contracorriente de la voluntad y del agrado en el placer.

Freud, hombre de deseo. Leído por Lacan como un deseo que solo puede captarse a la letra. Freud es entonces el cuarto personaje del póster que da a los otros su significación.

En el Seminario 2, Lacan lee el deseo de Freud como el deseo de alguien que se sentía culpable por haberse atrevido a descubrir un nuevo continente. Esa, dice Lacan, es la verdadera interpretación del sueño de “La inyección de Irma”: como el deseo de alguien que pide ser perdonado por interpretar el deseo inconsciente mismo. La forma paradójica de esta operación hace aparecer el punto de incompletud que lo real introduce en la trama del sueño.

Se trata del deseo de ser perdonado por interpretar el deseo que parece no ser impune, un deseo que para Lacan es preso del goce. El ombligo del sueño, ese real, eso externo como interno que hay que enfrentar. Para esto es necesaria la experiencia de la Escuela.

La juntura simbólico–real
En el Seminario 7 Lacan nos plantea ese lugar ambiguo y fundante de este deseo que está en la intersección entre lo real y lo simbólico del lenguaje. Para abordar esta juntura, donde lo simbólico muerde lo real, Bassols nos remite a un film de 1960, “Never on sunday” (1) , que Lacan toma en el Seminario 7. Allí subraya un pequeño detalle, absurdo, pero que puntúa todas las escenas en las que se produce un estruendo. En cada escena de éstas, aparece un tipo accionando la caja registradora de un bar, de modo que la caja registradora se mueve y parece contabilizar el goce de cada acto en la escena.

Esa caja define la estructura con la que tenemos que vérnosla los analistas: todo lo que sucede en lo real es contabilizado en algún lado. Esa caja es la que se cobra un plus de gozar y que deja un defecto imposible de ser contabilizado.

La ciencia que intenta contabilizar todo. Esta máquina de lo simbólico que funciona, por un lado, como plus; pero por otro, con un defecto.

El lenguaje y lalengua
El modo de articular lo simbólico y lo real da lugar a posiciones diferentes, tanto en el discurso de la ciencia como en el discurso del psicoanálisis.

Por un lado, la que toma al lenguaje como reflejo más o menos fiel de lo real; un real identificado a la realidad empírica, anterior al lenguaje. El problema de esto es explicar la propia realidad del lenguaje, de qué está hecho, cómo surge el lenguaje que dice cómo explicar la realidad.

Para la ciencia, el lenguaje es el milagro del Uno, del Universo, Un-verso. En el Seminario 20 Lacan dice que el Universo es un artificio retórico, un hecho de lenguaje, ante los ojos del buen observador que quiere descifrar la respuesta ante ese ombligo de lo real en el lenguaje, y eso es lo que decide la posición ética del sujeto.

Una posición “psi” es la de querer modificar la conducta del sujeto; aquí, el lenguaje del practicante sería como un metalenguaje, un lenguaje en segundo grado sobre el lenguaje del objeto-paciente, quedando forcluído el punto de incompletud de todo el lenguaje (ese ombligo de lo real en lo simbólico)

Tenemos aquella parte de la enseñanza de Lacan sostenida en el inconsciente estructurado como un lenguaje. Un lenguaje que estructura esa realidad que percibe el sujeto. No se trata del lenguaje como superestructura de la realidad, sino de lo que da sostén a esta.

Es en relación a la psicosis que Lacan introduce un tercer elemento entre la palabra y el significante: la letra definida como soporte material del significante. ¿Por qué sitúa a la letra como el recurso fundamental del inconsciente freudiano? En tanto soporte material del lenguaje, la letra es la inscripción del lenguaje en lo real.

Esto es muy diferente a lo que buscan las neurociencias en el sistema nervioso central. El inconsciente no es la inscripción automática, las huellas, sino que más bien el inconsciente es la tachadura de esas huellas por la letra. No se trata del inconsciente como automatismo; sino más bien de la repetición, lo que insiste en inscribirse. Lo que no cesa de no escribirse, que es para Lacan, lo real.

La letra viene al lugar de la huella. La instancia de la letra en el inconsciente será uno de los hilos rectores de la enseñanza lacaniana.

Luego lalengua será el soporte material del síntoma una vez reducido al sinthome.

Y en este hilo, llegamos al nudo de lo real.

Un nuevo real: Jaques Lacan.
Hacia el final de la enseñanza de Lacan, se trata de un nuevo real: lo real no es unívoco, y este nuevo uso de lo real implicará un nuevo uso y un nuevo lugar del lenguaje y de lalengua.

En un principio, teníamos en los trastornos psicóticos los efectos del significante en lo real.

Con Joyce, el Sinthome, Lacan demuestra que el lenguaje mismo es el mayor trastorno de lo real: vivimos en un real trastocado por el lenguaje. Un hombre normal no percibe que la palabra es la forma de cáncer que aqueja al ser humano. El sujeto psicótico es el mejor situado para captarlo.

La experiencia de la escritura de Joyce muestra que no hay trastorno del lenguaje, sino que el lenguaje mismo es un trastorno, y que se puede hacer sinthome: un modo de gozar del sujeto.

Lo real del psicoanálisis no es el real de la ciencia ni el de la religión; sin embargo comparte algunas zonas litorales con ambos, aunque no se contenta con ello. Requiere la experiencia singular de un análisis para que cada sujeto ha sido para él, el encuentro con lo real del lenguaje, con lo que el analista deberá vérsela, de una forma diferente.

Este real lleva el nombre de Jaques Lacan. Él le dio a ese real el estatuto de sinthome, como una invención.

Ese real es el que tendremos que enfrentar en el siglo XXI.

Notas:
1-. http://en.wikipedia.org/wiki/Never_on_Sunday Never on mind (1960). Película griega filmada en blanco y negro, que cuenta la historia de Ilya (una prostituta de espíritu libre, que vive en el puerto de El Pireo, en Grecia) y Homero, un turista estadounidense de Middletown, Connecticut (un erudito clásico enamorado de todo lo griego) que siente que el estilo de vida de Ilya tipifica la degradación de la cultura clásica griega, e intenta dirigirla hacia el camino de la moralidad.