Reseña Testimonio del Pase de Domenico Cosenza (AE) | Maite Esteban

La sede de Málaga de la ELP dio la bienvenida el pasado viernes 7 de febrero al acto de presentación del testimonio de Domenico Cosenza (AE ) AME y miembro de la SLP. Ricardo Acevedo, miembro de la ELP y encargado de la presentación dio paso al testimonio : “La caída entre fantasma y acontecimiento de cuerpo”.

Un aforo completo pudo escuchar con estilo nítido, como Domenico nos mostraba la extracción de saber obtenida en la experiencia analítica, nos condujo de forma implacable a la lógica que operó en dicha extracción hasta alcanzar la salida. Un largo recorrido dividido en dos análisis, entre ambas experiencias, un importante acontecimiento de cuerpo empujó la decisión en espera de retomar el análisis una vez abandonó el primero, una espera advertida que sería ya con otro analista, analista para cuya elección fue privilegiado su rasgo como gran lector, como lector de Lacan fundamentalmente. Este segundo trayecto encuentra en la transferencia a un padre del acto, un padre vivo en tanto traumático pudiendo finalmente lograr su reducción a objeto. El momento conclusivo acontece de modo sorprendente, se trata de una “revelación” de su palabra que ofrece el marco en el que había construido su neurosis.

La relación temprana con la escritura separada de la demanda del Otro, es situada en un momento decisivo y determinante en la formación de su carácter, un carácter inclinado desde muy pronto a la introspección y a la disciplina en relación al saber, dicha relación al saber encontró pronto el interés por el psicoanálisis teórico, era un joven adolescente cuando comenzó esta relación que ya no abandonaría y que estaría acompañada en adelante por lo vivo de la experiencia analítica.

La entrada en el primer análisis esta presidida por la convergencia de dos síntomas, por un lado una crisis no permite sostener su proyecto vital, por otro, cierta dificultad se hace manifiesta para mantener el lazo amoroso. En este primer encuentro las creencias serán sacudidas por la interpretación analítica, sorpresa con la que se desmonta una firme creencia y que tiene lugar cuando lo que él llama, edad de oro ( modo de nombrar la infancia) queda desestabilizado con la interpretación ¿Edad de oro? No! Pietra ligure, edad de la piedra! Esta interpretación produce un efecto de apertura del inconsciente que permitirá un largo trabajo hasta poder despejar y mostrar el trauma petrificado en la supuesta edad de oro.

De ese largo trabajo Domenico nos va presentando las piezas que devienen fundamentales. El trabajo de reducción permite ir situando las coordenadas inconscientes operantes en los síntomas. Destaca dos padres en la novela familiar, el padre y el abuelo materno. Del primero cabe destacar la relación inconsciente mantenida con él, de tal forma que la relación que establece con el saber es en realidad un tratamiento inconsciente emprendido para regular la relaciones con este y establecer así una especie de división, para el padre las manualidades, la praxis y la vida de pareja, para él, el estudio, el saber y las aventuras ocasionales. Esta solución empieza a fracturarse en la crisis que le condujo al primer análisis, pudo desentrañar más adelante que el desmoronamiento sufrido tenia su fundamento en esta división inconsciente. El otro padre encarnado por el abuelo materno es un hombre amante de las mujeres que supo acoger los sufrimientos de su vida amorosa.

El fantasma fundamental, salvar al Otro de la caída, como partitura, dará claridad a la posición mantenida en la relación con los otros y al sacrifico del deseo que esto comportaba.

Las coordenadas inconscientes que sostenían el impasse amoroso se verán esclarecidas de forma decisiva en la segunda experiencia analítica. La posición de amado en la que se ubicaba estaba ensombrecida de manera incomprensible y se traducía en una desconfianza dirigida a los signos de amor que dificultaban seriamente la posición como amante. El encuentro con la que devino la mujer de su vida, introdujo una discontinuidad en esta lógica afianzado un lazo que perdura en el tiempo.

La crianza del niño seriamente afectado de asma no fue realizada por la madre, esta evidencia toma una nueva dimensión en la experiencia y precipita la pregunta ¿por qué mi madre no puede estar conmigo? Trabajar esta pregunta dará lugar a una serie de pasajes que acompañados del tiempo para comprender, permitieron aislar el nudo que había quedado suspendido.

Un encuentro contingente le revelan el carácter frágil de la madre, una madre angustiada e incapaz de cuidar a un niño enfermo. Esta ausencia siempre fue envuelta por el clima vital que reinaba en casa de sus abuelos sobre los que recayó en buena medida la responsabilidad de dicha crianza. Subjetivar esto modificó su posición y permitió la elaboración que le condujo a la castración del Otro entrando de este modo en otro tiempo de análisis donde experimentaba un goce de sesión separado del efecto de verdad. Esta situación podía haberse prolongado en el tiempo indefinidamente, pero una vez más una caída, esta vez y por fortuna con efectos solo de angustia, lo despertó del refugio en que se había convertido la experiencia iniciando de este modo el trayecto hacía el final.

Por último algunos sueños arrojan la decisión de concluir. Para llevar esta decisión queda aún un tiempo que permite dar todo su relieve a un relato materno que ya había sido mencionado en otras ocasiones. Se trata de la perdida del primer y avanzado embarazo de la madre fruto de una caída accidental, es en este momento que dicho relato alcanza todo su peso y se puede presentar como precipitado conclusivo, algo que estaba desde siempre pero no se veía, es alcanzado de manera inédita.

El ¿Oui? que acompañó siempre la despedida del analista hasta la siguiente sesión es sustituido por un bien que abre camino hacia el pase.

Por último se estableció un intercambio con el público, un público interesado en destacar algunos puntos expuestos sobre los que hubo animada charla e interesado también en conocer como este recorrido acompañó los cambio en su clínica como practicante, todo ello antes de despedir y agradecer el acto de presentación del testimonio.