Reseña del libro "Horizontes neoliberales en la subjetividad" de Jorge Alemán | Marta García de Lucio

Presentacion libro jorge AlemánJorge Alemán, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano en España (ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), vuelve a alumbrar algunas pistas de cómo puede hacerse una política menos tonta si se tienen en cuenta las claves que el psicoanálisis nos aporta en torno a la subjetividad. Su último libro Horizontes Neoliberales en la subjetividad da cuenta de esto.

Las dos primeras presentaciones del texto han tenido lugar en dos lugares emblemáticos de la cultura y política madrileñas hoy: La morada, sede cultural de Podemos y Cruce, espacio de Arte y Pensamiento contemporáneo. En el primero, se originó un debate muy interesante en torno la situación política actual desde las perspectivas teóricas que se debaten en el partido político de reciente emergencia. No podía ser para menos teniendo en cuenta que entre los participantes de la mesa se encontraba su líder Pablo Iglesias. Una mesa compuesta de psicoanalistas (Jorge Alemán y Ana Castaño), filósofos (Carlos Fernández Liria) y políticos (Pablo Iglesias y Jorge Lago), algo no visto antes en un país que apenas se va librando de sus amarres conservadores.

En la segunda presentación, realizada el 25 de octubre, la mesa estaba configurada de psicoanalistas y filósofos, y por ello la presentación esta vez giró en torno al contenido teórico del libro. Las presentaciones estuvieron a cargo de María Victoria Gimbel, profesora de filosofía, quien dio las premisas fundamentales del libro haciendo un recorrido por el mismo. Concluyó su intervención señalando cómo la propuesta del autor “dibuja un mapa complejo y cruzado, porque si los antagonismos no desaparecen, si la tensión se tiene que dar entre el acto instituyente y lo instituido de la política, lo único posible, a su juicio, es la construcción de un momento hegemónico, emergido de una voluntad “popular”, y que teniendo en cuenta la fragilidad del sujeto, pudiese articular las diferencias, que como tales son imposibles de superar. Dicho momento, eso sí, nunca podría ser liberador, sino inestable y precario… Tarea aunque no imposible para el autor, pues pende de un alambre, el que nos sostiene, en la frontera. Sin embargo, precisamente en esa fragilidad radical del sujeto está la única posibilidad de que los horizontes neoliberales en la subjetividad no se cumplan definitivamente y la catástrofe no esté ya -desde ahora- anunciada de antemano.”; después intervino Tim Appleton, Doctor en filosofía, que realizó las preguntas pertinentes en torno al libro apuntando a cuestiones fundamentales y metiéndose en debates de fondo con el autor, resaltando la importancia del texto en tanto que constituye le primera presentación completa de la tesis de que el capitalismo no es una hegemonía. Para Appleton “esto plantea muchas cuestiones, sobre todo la del estatuto epistemológico del psicoanálisis, dado que la tesis principal del libro es el producto de una lectura psicoanalítica del capitalismo”. Afirmó además que todo el mundo acepta la necesidad de la institución en la política pero la cuestión sería: ¿en qué momento se funda ésta? Resaltando que para él ésta es la cuestión fundamental con respecto al destino instituyente de la política; Por último José Alberto Raymondi, Doctor en filosofía y psicoanalista,  ofreció una panorámica de lo que puede suscitar el libro teniendo en cuenta la trayectoria y experiencia analítica del autor y las implicaciones de sus apuestas teóricas conjeturales en los contextos psicoanalítico y político hoy. Entre lo que más llamó la atención de su intervención, resaltamos el momento en que se metió con las malas noticias que el autor introdujo al mundo de la política alguna vez. Dijo Raymondi: “¿Cuál es esa noticia? ¿buena? ¿mala? ¿Estamos ante el riesgo de una afirmación que pierde su carácter fértil de tanto repetirla? Me parece que es una noticia de lo que no se ha podido tomar nota, no se ha hecho acuse de recibo, toca algo de la castración, de la asunción de la imposibilidad, de ahí el hecho de que choque o tropiece con eso que Lacan decía de sí mismo al inicio de su Seminario en el año 73, “no quiero saber nada de eso”. No es que no se sepa la noticia, es que no se puede incorporar. La “mala noticia” no encaja en lo establecido, ni en el proyecto neoliberal ni en el emancipatorio. No se quiere saber de eso, en eso Freud fue tajante, no hay una pulsión epistemofílica, nadie quiere realmente saber. Hay horror al saber, vencer ese horror pasa por la destitución de un cierto amor a la verdad. Si se ama la verdad no se quiere saber. El psicoanálisis esta cargado de malas noticias que tocan ese núcleo del ser, un “no querer saber” constitutivo del sujeto, y por ello, de cualquier elaboración teórica, de cualquier enseñanza, de allí la admisión o confesión de Lacan, él mismo establece una lucha con ese “no querer saber nada de eso”. Esa es la dimensión que está en juego con las repetidas malas noticias del psicoanálisis.

Especialmente en la presentación que tuvo lugar en Cruce, Jorge Alemán se detuvo a responder detalladamente a los interrogantes planteados por sus presentadores. Incluso nos ofreció el sentido de la portada del libro, un río argentino, el Río de la Plata cuyo extremo se pierde a la vista dejando a su masa de agua formar un horizonte. Habló de sí mismo, de su llegada al diván, de su recorrido migratorio… Acontecimientos todos que marcaron seguro su periplo intelectual y político hasta hoy.

A pesar de haber sido dos presentaciones extensas, faltó tiempo para discutir todas las tramas interesantes que plantea el autor entre la política de hoy y el psicoanálisis. En los nuevos escenarios políticos que estamos presenciando hoy se hace más pertinente que nunca incorporar las perspectivas que Alemán aporta para hacer una política más alertada de lo inapropiable del sujeto, y tomando la cita del libro con la que José Alberto Raymondi comenzó su presentación termino esta reseña:

“Creo que el psicoanálisis es en sí mismo un hecho político que aporta elementos para pensar lo que es inapropiable para los dispositivos neoliberales; pero también pienso que puede contribuir a pensar lo colectivo desde la malas noticias”.