Presentación del Libro de Manuel Montalbán Peregrín “Comunidad e Inconsciente. El psicoanálisis ante el hecho social”. Presentación de Ricardo Acevedo* (Málaga)

Presentar el libro de un colega, es una deferencia que se agradece especialmente, y por otro lado, es un compromiso importante dado que se trata de representar una intermediación entre público, autor y obra. (Y además, evitar lo apologético).

Bueno, hay una ventaja, porque la temática del texto ingresa en las filas pioneras, primeras, de un propósito, al que seguramente adheriremos por la fecunda oferta de su discernimiento; esto es: Dar cuenta de la capacidad “real” del discurso psicoanalítico para “leer” los avatares de una comunidad contemporánea, con el edificio teórico y clínico, al que usualmente inferíamos más bien en la praxis de los padecimientos particulares.

Para ello, Montalbán rescata, en una historicidad del psicoanálisis, desde Freud a nuestros días, los momentos cruciales, donde, el hecho social y su incidencia en la subjetividad, han sido elevados a la categoría de fundamento. De modo que el lector, tiene, además, la oportunidad de hacer un tránsito provechoso por las avenidas que conforman el territorio de esta “curiosa” disciplina.

Hay una lógica, por cierto, en la aventura de vincular el Inconsciente -gran agalma del psicoanálisis-, y Comunidad: El peligro epidémico de un individualismo creciente, y por ende, la ruptura de los vínculos.

Por eso, el autor nos refiere (pág. 57) la definición de esta lógica “como el arte de producir una necesidad de discurso…, para intentar establecer una barrera simbólica al goce entrópico”. Es, seguramente la invención freudiana la que más profundamente puede decir de lo íntimo, particular y sobre todo, desconocido de cada uno.

Es más, para reforzar la inclusión de lo colectivo, el libro testifica la actualización de la teoría y clínica de lo social, en analistas que prosiguieron a Freud en una ética precisa y preciosa: Lacan, Miller, Laurent, Alemán… Pero también comparecen aquellos filósofos (“clásicos, modernos, posmodernos”), con los que la causa analítica comparte pasión y tensión intelectual en los modos de concebir la subjetividad y su entorno político. Así, es de destacar la referencia al Nihilismo, donde Montalbán, señala a Nietzsche, como su lugar-teniente. El Nihilismo se nos presentifica (pág. 44), “(…) como fenómeno histórico y discursivo (…) un estado psicológico condicionado por un acontecimiento histórico, progresivo e irremediable: los supremos valores, se desvalorizan.” (Vaticinaba Nietzsche en el 1900, al menos dos siglos de Nihilismo). Y un guiño del autor (pág. 46) “Este Siglo II d.N. (después de Nietzche) se inaugura con la total implantación del nihilismo como estado normal de la humanidad…”. Harán falta las perspectivas de Heidegger y Lacan para pensar el atravesamiento y descompletar esa perspectiva circular de “eterno retorno”.

Como ven, se trata de una “tarea del pensar”, que aún no ha ingresado al mercado social como demanda. Es precisamente lo que este libro oferta. Aquí la mención a Marx es de rigor. Despojado de los prejuicios de ciertas políticas, Manuel Montalbán actualiza al filósofo, en una ajustada enumeración de los ítems que dan a entender la consumación del Capitalismo hoy. Aquí, el texto cobra, a mi entender, su densidad más comprometida con la política comunitaria. En esta línea, y como psicoanalista también, el autor nos posibilita -en la vía de la orientación lacaniana-, el matema, la fórmula de la composición del Discurso Capitalista, para -por ejemplo- no ser demasiado incautos en las emboscaduras del mercado y su oferta global de objetos readymade para-todo O qué quiere decir consumismo, como modo enloquecido de gratificación, versus la evidencia analítica de que esta política económica, a la que es forzada la comunidad toda, desampara al individuo de la posibilidad de rescatarse, de cuestionarse en su particularidad y jugar la contingencia de los vínculos y el amor en una Comunidad siempre a la espera.

Dice el texto al respecto: (pág. 89) “(…) el espejismo del ego capitalista -donde nada es imposible-, tiene como efecto inmediato la difuminación de los vínculos sociales y la imposibilidad (ahora sí) de aparición de ningún tipo de práctica discursiva que vehiculice vínculos sociales alternativos, ni signos de amor correlativos, que no estén basados en la simple agrupación masificante en torno a los diversos emblemas del mercado.”

(Hago un inciso aquí, para que el lector sepa que el amor -nunca ausente en estas letras-, tiene una consideración de lectura en varios registros. Y que en el psicoanálisis, es un modo-llamada contra “El olvido del Ser”,“La voz que me llama” como dice José Antonio Muñoz Rojas, a quién está dedicada esta Feria del Libro de Málaga).

¿Qué justifica entonces, en lo Real, todo este esfuerzo en el que Montalbán declara su deseo? Sin duda, el haber constatado en su experiencia clínica, la evidencia en los sujetos de la queja sintomatizada por la fallida confrontación a los obscenos ideales contemporáneos.

Y es que el real que la cuestión del Psicoanálisis despeja (y el texto es una evidencia), es el apropiado para ofrecer al sujeto y a la comunidad, un modo de interrogación portador de una ética lo suficientemente potente como para llevar la existencia a una posibilidad más digna de habitar.

Porque como esta obra recuerda, Freud advirtió tempranamente lo que la Cultura no podía abarcar en su afán civilizador. A este real le dedica texto y nominación: “Malestar en la Cultura”. Lacan lo llama “Impasse de la Civilización” y finalmente Montalbán acuerda con Alemán en la denuncia que el malestar en la comunidad contemporánea se llama Discurso Capitalista (pág. 89).

Por ello sugería al inicio de esta presentación la conveniencia de nuestra adhesión a esta causa, a esta empresa de Montalbán, para refrenar lo que aqueja, más impunemente a los que están viniendo, por la ceguera de los que estamos yendo. Sirva de evidencia que el eje radical de la enfermedad comunitaria hoy, se constituye en lo bipolar que va de la inercia del autista a la desesperación del hiperactivo .

Por último, quiero demostraros en qué, texto y autor materializan la propuesta inicial. Al final, en el apartado “El Psicoanálisis en el Debate Político” hallamos una verdadera “clínica de la comunidad”, tomando como referencia el análisis de un acontecimiento sintomático -propio de estos momentos vertiginosos-: el trágico atentado terrorista del 11M. No comentaré este apartado; pretendo poner al lector en el deseo y la aventura de una clarividencia. Sí, en cambio, declaro hacer consonancia con Montalbán para considerar los efectos de creernos no-responsables de las consecuencias de “una política sin sujeto” en el torbellino de las “derivas del capitalismo”

Mi epílogo particular, apunta al placer añadido de haber encontrado en la prosa y estilo de Montalbán, la destilación de su otro decir; de la poética. Generosa agilidad… para decirlo con Muñóz Rojas: “No pesa el corazón de los veloces”.

* Presentación realizada en la FERIA DEL LIBRO DE MÁLAGA Salón de Actos del Rectorado de la Universidad. 3 de mayo de 2009.