El dinero libidinal*. Vicente Verdú (Madrid)

"Al terror intermitente y violento de epidemias excepcionales, ha sucedido el temor constante a endemias ordinarias que hasta ahora habían pasado desapercibidas", dice Paul Virilio en Ce qui arrive. La epidemia es, entre el sensacionalismo, la estrella.

De un superprotagonismo a otro, del "efecto tequila" al "mal de las vacas locas", de la "fiebre aviar" a la "crisis financiera". La película del mundo va plasmándose sobre una pantalla global donde se suceden los sensacionales spots del fin del mundo. Unos más y otros menos, los impactos van todos dirigidos a convertir el temor en la sensación primordial de la existencia, sea la existencia de los seres humanos o de la Naturaleza. Como en los tiempos primitivos el miedo exterior provoca una introyección de la amenaza y con ella se agudiza la desconfianza permanente, la alerta incesante, la vida suspendida de un hilo, cada vez más fino y débil, expuesto al inminente soplo del Fin Final.

¿Será precisamente esta conclusión la que trae consigo la actual implosión del sistema? Si el capitalismo tuvo su pilar inaugural en el comercio y, dentro del comercio, en la estructura libidinal del dinero, signo de la represión sexual de la mujer y su cosificación como mercancía, ¿qué posibilidades le queda al capitalismo de prosperar cuando la mujer se libera y pasa de objeto a sujeto, de mercancía a especulador, de patrón de intercambio a actor, de la esclavitud a la manumisión, del encierro de su libertad a su libre proliferación epidémica en todas las esferas del conocimiento, del negocio, de la cultura o del poder? ¿El verdadero fin del mundo conocido? El radical fin del mundo patriarcal con el dinero/fetiche.

Los tiempos cambian y precisamente por el flanco que menos era posible prever. Todos los hundimientos (del sistema, del imperio, de la normalidad, de la masculinidad, del buque) llegan por el flanco que menos se espera. La Causa Suprema, la Causa Determinante, nunca deja oír sus pasos y jamás muestra el rostro de su causalidad.

*From--> http://www.elboomeran.com/blog/11/vicente-verdu/
Con la amable autorización del autor.