Ecos de la presentación del libro Lo que nadie quiere saber, de Lierni Irizar Lazpiur

Presentación realizada en la Sede de Donostia de la CPV el 5 de marzo de 2021, vía Zoom.

En primer lugar, quiero agradecer a la Biblioteca de la Sede de San Sebastián de la CPV de la ELP permitirme contribuir en la presentación del último libro de Lierni Irizar que lleva por título Lo que nadie quiere saber 1. Además, me siento honrada de compartir esta breve referencia al libro con Santiago Castellanos, que lo ha prologado y con la autora.

La lectura de este último libro de Lierni Irizar ha dejado, entre otros, un efecto con resonancias de ternura y calidez.

No sé si podré decirles con las palabras por qué. Como resalta una y otra vez la autora, en este deseo de transmisión del discurso psicoanalítico de orientación lacaniana, para el ser que llamamos humano, es decir, para el ser hablante, no todo puede simbolizarse, ni imaginarizarse, algo queda por fuera de lo simbólico y lo imaginario, instituyendo lo imposible, registro de lo Real.

A través de su lectura se escucha un susurrar poético.

Quizás porque para poder escribir sobre lo que nadie quiere saber, es decir, sobre ese Real que concierne al ser hablante, sobre ese ser humano agujereado, como nos propone la autora, para poder seguir investigando sobre la condición humana, tal como ella refiere, y de la que comienza nombrando como nada optimista, para resistir y proseguir su labor de investigadora y transmisora destacando lo humano desde la inhumanidad que lo constituye, un cierto aire poético viene de suyo.

Si ese resonar poético recorre el libro, destaca la profundidad de la posición ética de la autora que acompaña el trabajo que presenta.

Al escribir los primeros párrafos que acompañan este breve comentario para la presentación resuena para mí la gratitud para con la autora por su esfuerzo de escritura, por el trabajo decidido por transmitir las enseñanzas del psicoanálisis de orientación lacaniana de una manera que invita a seguir leyendo, a seguir interesándose, cediéndonos lo que hasta ahora ha extraído de lo que llama lecciones aprendidas.

En el libro vamos a ir recorriendo su posición con relación a otras disciplinas como la filosofía, la psicología, la pedagogía, la neurología, la política; con temas de actualidad candente como son las teorías del género. A través de su lectura podrán situar cómo agujerea estos discursos con lo que ella nombra como  lecciones aprendidas desde el psicoanálisis  para hacer lugar a un más allá del sentido, un más allá de armonía en la condición humana, para hacer lugar a lo imposible, a esa opacidad radical que rige la vida de cada ser humano, a ese alejamiento de lo natural que supone para el hombre entrar en el lenguaje, lecciones  de las que ella da cuenta a través del contenido del libro, manteniendo un debate necesario, nos recalca, y que nos invita a no cesar de escribir, de dar cuenta.

De ahí que también podemos considerar una vertiente política en sus desarrollos.

En la página 153 abre el apartado sobre Lo Real del capítulo que titula “Lo que no se quiere y no se puede saber”, con una cita que toma de la obra de A. Nothomb, Riquete el del Copete: “¡No se lo contaron todo, pero no por vana coquetería, sino porque eran conscientes de tener cada uno una parte indecible!”

Con qué maestría a través de una cita extraída de una novela ella nos acerca a ese no-todo que nos constituye como seres hablantes.

Lierni nos invita a seguir, no cesar, no dejarse atrapar en el intento de dejarse ilusionar por ese todo que tapona lo más singular de cada existencia y que tiene que ver con esas marcas propias, esos surcos que se labraron en cada carnalidad, tomando un término de la autora.

Lecciones aprendidas: lecciones extraídas de la experiencia como lectora, no sólo de los libros, aunque sí, de los libros, porque más allá de los libros en papel, o en formato digital ahora, podemos pensarnos a cada cual como libro, permítanme esta licencia, páginas que se han ido forjando, construyendo al ser humano como cuerpo escrito.

El apartado “El humano, un ser de lenguaje” se abre con una cita de Don Miguel de Unamuno, de su novela Niebla: “Y hace poco mi nieto Miguelín me preguntaba si el gato Félix -el de los cuentos para niños- era de carne. Quería decir vivo. Y al insinuarle yo que cuento, sueño o mentira, me replicó, ¿Pero sueño de carne?”

Y cito, en la página 63: “Aquello que llamamos humano, es una carnalidad atravesada por el lenguaje. Utilizo carnalidad para hablar del viviente, no en general, sino como un modo de nombrar aquello que a través del lenguaje devendrá humano”.

Recalca este no en general, haciendo existir cada carnalidad, una por una, por usar el mismo término, cada carnalidad impactada por esa lengua materna, esa lalengua del sin sentido, del sin orden, esa sonoridad pura, que impacta y transforma la materia biológica en materia humana única, porque su escritura se efectúa con esos restos de la lalengua que han percutido esa carnalidad haciendo posible construir un cuerpo, tener un cuerpo.

Cito, en la misma página: “Se trata por tanto de un viviente que mediante un proceso complejo se convierte en un ser hablante, en lo que hemos llamado el humano agujereado”.

Lacan lo llama así, ser hablante, y afirma que es precisamente por hablar que se constituye como ser, ya que no hay más ser que en el lenguaje. De nuevo la autora hace un esfuerzo para acercarnos a comprender esta distinción fundamental lacaniana entre la lalengua y el lenguaje. Va dando puntadas alrededor de ese ojal para acercarnos hacia él, hacia ese ojal primordial que hace existir la imposibilidad misma y poder comprender la existencia de ese ser humano y su sufrimiento.

Lierni Irizar nos hace entrega a través de este libro de su aprendizaje, de su experiencia, de los conocimientos que ella ha ido y va obteniendo y que le sirven para repensar la condición humana, esa materia orgánica que deberá humanizarse, que deberá consentir al habla y al lenguaje, operación que permite un vaciamiento de goce, que permite colocar un menos que podrá recuperarse, aunque no todo, a través del lenguaje mismo. De ahí la importancia de dar el lugar a la palabra y los efectos que de ello se deducen, como se puede constatar en el caso que expone como broche del libro. Hacer existir al sujeto de la palabra no es sin consecuencias para la vida propia, más allá del mal orgánico que lo aqueja o con el que haya acudido al mundo.

Es un libro que habla de cómo advenimos humanos, seres hablantes; cuales son los desfiladeros por los que transitar, cuál es el efecto de esta entrada en el lenguaje y las consecuencias que ellos deparan a la vida humana.

Para ayudar a comprender lo que el lenguaje significa en ese arduo y difícil proceso de convertirse en humano (ser hablante), la autora se adentra en los testimonios de los sujetos autistas, haciendo honor a lo que el psicoanálisis enseña, como es desde el tropiezo mismo, desde el obstáculo, desde el síntoma, desde lo que no va que se aprehende sobre la verdadera naturaleza de la condición humana.  Es un capítulo escrito con muchos matices, nos proporciona una lectura al detalle; nos da a escuchar los efectos y las consecuencias de esa no entrada en el lenguaje, cuerpos que no tienen consistencia imaginaria y están desanudados de lo simbólico.

Los testimonios escogidos y trabajados por la autora nos muestran detalladamente lo que supone la no entrada en el lenguaje.

¿Cómo hacen para habitar el mundo del lenguaje? ¿Cómo cada sujeto autista ha ido inventando sus soluciones para vivir el mundo de lo humano: el objeto autístico, el doble, los islotes de competencia y el Otro de síntesis…?

Hay tanto respeto, tanto trabajo hacia el detalle en este capítulo, tanta enseñanza expuesta desde ellos, que podría formar por sí solo un libro propio. Cito en la página 116: “Estos testimonios son un claro ejemplo de las dificultades que surgen en la incorporación del lenguaje por parte de los sujetos autistas”.

Lierni Irizar nos hace transitar no solo por los testimonios, sino que nos brinda un seleccionado conjunto de autores que se ocupan del trabajo de investigación y conocimiento del autismo, desde los más clásicos hasta los más actuales.

Tras este capítulo se abre el que da nombre al libro propiamente, “Lo que no se quiere y no se puede saber”. Desde él nos adentra en conceptos que son claves para comprender la conceptualización del ser humano agujereado, conceptos que no se pueden entender sin los capítulos precedentes que sientan la base del ser humano como ser hablante. No me voy a adentrar en él, tendrán que comprar el libro y leerlo. No es fácil adentrarse como lo hace la autora, respetuosa con una enseñanza que hay que saber temporizar, contextualizar, que requiere de un saber localizar los conceptos, sus recorridos.

Termina el libro con la escritura de un tratamiento analítico en el que la autora da cuenta de lo que ha supuesto para ese sujeto en su existencia, el encuentro con una analista de orientación lacaniana.

Es una parte evidentemente clínica, desde la que se anudan los conceptos.

El libro nos acerca a través de referencias culturales desde diversos ámbitos, destacando especialmente el cinematográfico, el literario y el musical, otra manera de acercarnos a los conceptos. Estas referencias nos permiten hacer pausas, paradas, cortes que abren el deseo de ir a consultarlas, de tomarse el tiempo para explorarlas, comprenderlas y anudarlas a los conceptos.

El uso de estas herramientas referenciales dentro del ámbito de la cultura, escogidas con precisión, permiten encontrar palabras, imágenes, que creo que estando fuera del discurso analítico -no sé si se puede decir así- acercan al lector a ese efecto de transmisión que la autora busca en su obra.

Hay un efecto de ir y volver, ir desde el concepto a la referencia y volver a él, contorneándolo a través de ellas, sin perder en ningún momento la rigurosidad conceptual.

El libro se presta a este entrecruzamiento de las lecciones aprendidas también con referencias culturales, dando a una lectura difícil, una condición de frescura y rigurosidad.

Les agradezco la posibilidad de poder haberme adentrado en este libro y haberme dejado enredar por él. Merece la pena, al menos lo ha sido para mí.

Y agradezco a la autora el esfuerzo, porque aunque sea producto de un deseo, este conlleva un gran esfuerzo para  poner en nuestras manos sus lecciones aprendidas al servicio de hacer valer la inhumanidad que habita en el ser hablante, porque aunque comienza el libro hablando de algo nada optimista, concluye, desde este ser humano agujereado, atravesado por el lenguaje, incluso antes de haber nacido, que la vida, la vida del ser hablante se puede hacer más vivible y soportable cuando se la da un lugar a esa imposibilidad.

Quiero cerrar esta presentación, que espero haya contribuido a poder suscitar en ustedes el deseo de leerlo, de nuevo con una cita de la autora: “El humano agujereado que aquí se propone, inhumano por incluir el agujero, el goce y lo real, es la oportunidad para sostener un discurso que pueda pensar modos de resistir a las dinámicas totalitarias contemporáneas… el agujero es por tanto fundamental para sostener la brújula de una práctica que no sea de poder, que busque la singularidad de los modos en que cada sujeto trata de hacer algo vivible”.

 

Notas:

  1. Irizar, Lierni. Lo que nadie quiere saber. Xoroi Edicions, Barcelona, 2021.